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Tiempo de familia y perdón

Tiempo de familia y perdón

La Navidad, una época esperada cada año por muchos, es el momento para reunirse en familia y compartir con los más cercanos. Además, es un espacio ideal para reconectarse con los seres queridos y fortalecer esas relaciones que a lo mejor se encuentran quebrantadas.

Más allá de una celebración religiosa, la Navidad es un tiempo especial para millones de personas alrededor del mundo, que cada año esperan con ansias la llegada de diciembre. Y ya sea por las celebraciones que se dan en torno a esta o por la unión familiar que trae, es simplemente una época que inspira, acoge y pone a reflexionar a más de uno.

Si bien, cada fin de año es la ocasión perfecta para compartir en familia, al igualpuede ser una época nostálgica para algunas personas. Problemas familiares, rupturas en relaciones o pérdidas, hacen que este sea un momento lleno de sensibilidad. Pero contrario a lo que se podría creer, es justamente esta festividad la que puede ayudar a llevar de nuevo a la unión familiar y la reconciliación con los otros y consigo mismo.

Es importante darle una connotación familiar a la Navidad, puesto que la familia es la base de la sociedad. Sin familia, la sociedad no tendría bases sólidas y no seríamos lo que somos en la actualidad: seres evolucionados con principios y valores. La familia no se debe dejar de lado porque en ella también tenemos nuestro lugar seguro en el cual podemos recibir amor, ánimo en momentos difíciles y en la Navidad es de gran importancia estar unidos para compartir las vivencias del año, proyectos, ver al otro con empatía y, de algún modo, ver québatallas libra y si podemos ser ese bálsamo que alivia sus preocupaciones”, resalta Paola Cruz Correa, psicóloga clínica y de la salud.

 

Mantener vivo el espíritu

Sí, suena cliché hablar del espíritu navideño y de la unión en familia, pero la realidad es que ese espíritu no es otra cosa que la motivación que lleva a muchas personas a recibir con los brazos abiertos esta época, a vivirla con alegría y a dedicarse a descansar y a reflexionar sobre el año que está terminando.

Por tanto, mantenerlo vivo, es una tarea familiar, pues las tradiciones y la compañía hacen que esto sea posible. Según Cruz, existen algunas estrategias que ayudan a darle fuerza a este espíritu y a las relaciones familiares y con los seres queridos:

1. La empatía es fundamental al entender que podemos pensar distinto o tener diferente personalidad. Lo importante es saber que nos une el amor y algunas vivencias durante toda nuestra vida.
 
2. Es clave tener espacios durante en el año en el cual hacemos actividades en familia, tales como caminatas o viajes. De igual forma, brindar compañía en momentos difíciles, a veces solo escuchando o en ocasiones prestando nuestra ayuda en la situación que sea.
 
3. Tener una comunicación asertiva. En este caso, saber hablarle al otro exponiendo el punto de vista propio y, del mismo modo, entendiéndolovalidando las emociones de esa persona o familiar.
 
4. No juzgar. En ocasiones, creemos que podemos ser jueces de los demás y no sabemos las batallas que libra la otra persona. Si pensáramos y actuáramos como quisiéramos que nos trataran, nuestras relaciones familiares serían mucho más sanas, empáticas y respetuosas.
 

Así mismo, cultivar la magia de la Navidad tiene que ver con ser consciente de vivir esta época a plenitud, de pasarle a las nuevas generaciones esta tradición y,sobre todo, la importancia de mantenerse unido en familia. De comunicarle a los más jóvenes que no solo es una conmemoración religiosa en la que se reciben regalos, sino para entregar lo mejor de sí, y claro para fortalecer los vínculos con sus seres queridos.

¿Época de reconciliación?

La sensibilidad que trae la Navidad y la necesidad de estar con los seres más queridos hace que por eso esta sea una oportunidad de reconciliación y de volver a tener cerca algunas personas o familiares. No obstante, pedir perdón o acercarse de nuevo, para muchos, es algo casi que imposible. Sin embargo, lograrlo permite liberar cargas emocionales y convertirlo en el primer paso para reconstruir relaciones o sanar heridas propias.

“Si hay dificultades familiares y heridas profundas, no siempre reconstruir larelaciones familiares puede ser una forma de llegar a la paz y a la tranquilidadMuchas veces las personas toman distancia porque no hay otro camino, porque al acercarse y al exponerse a algunas relaciones familiares pueden salir heridas, entonces el distanciarse puede ser una estrategia de protección de salud mental. En cuanto al perdón, lo ideal es que haya acompañamiento por parte de un terapeuta, ya que es un proceso. El perdón no es un hecho y se necesita un acompañamiento”, comenta Yoana Losada, psicóloga clínica.

Si bien no es un proceso sencillo, y más dependiendo de la raíz del problema, lo cierto es que pedir perdón o darlo puede ser una buena práctica. Sanar es cuestión de un paso a paso, no sucede de la noche a la mañana y puede haber resistencia al diálogo por las consecuencias que generó dicha situación. El perdón debe ser una decisión, no por la otra persona sino por el bien personal y odiar es cargar una pesada maleta que solo deja amargura, sin sabor, dolor, frustración. El ejercicio del perdón es algo que debemos hacer a diario,principalmente por nuestro bienestar emocional”, acota la psicóloga Paola Cruz.

Si lo que desde luego se busca es la reconciliación, la Navidad puede ser un momento para dar los primeros pasos, sin olvidar que este es un camino que puede tardar mucho. La clave está en tener presente que el otro es tan humano como usted, que puede cometer errores, pero, más aún que controlarlo todo no es posible, y soltar es la mejor opción para hallar tranquilidad. Entender esto, permitirá sentirse más ligero y ayudará a ver que las demás personas actúan muchas veces por sus experiencias de vida y no, necesariamente, con una mala intención.  

Paso a paso

Tomar la decisión de querer estar mejor con alguien y volver a compartir es un acto valiente y, además, el primer paso de este proceso. De acuerdo con las expertas consultadas, algunos consejos para iniciar este camino son:

1. Decidir perdonar a las personas que nos hirieron, siempre pensando que es una decisión propia y que es primordial para el crecimiento personal y el bienestar emocional.
2. Reconocer y validar esas emociones que se sienten es definitivo, pues permiten analizar sentimientos como la rabia, conectarse con el fondo de la situación, hacerse responsable de las emociones negativas y dejarlas ir o transformarlas para obtener un aprendizaje.
3. Tomar acción y entender la responsabilidad que se tiene y aceptar que no es posible controlar a los demás y sus actos. Admitir que es posible transformar todo es trabajar con inteligencia emocional, lo que permite dejar cosas en el pasado y seguir en el presente.
4. Aceptar y empezar a perdonar: aquí es clave tener siempre presente que cuando hay perdón, hay liberación de sentimientos que no son agradables. Entender que perdonar no siempre significa retomar una relación como lo era antes, sino también es encontrar tranquilidad, cerrar un capítulo y continuar adelante.

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