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La juventud, un estado mental que beneficia a los adultos mayores

la juventud, un estado mental que beneficia a los adultos mayores

Diferentes estudios coinciden en afirmar que las personas de la tercera edad, que adoptan una actitud más optimista y se sienten más jóvenes, pueden gozar de una mejor salud y vivir más años.

“¡Vieja, la cédula!” es una frase con la que coloquial y humorísticamente suele responder una persona en Colombia cuando su interlocutor le hace ver que está entrado en años o tiene una edad superior a la que aparenta.

Más allá del tono cómico, este tipo de actitudes hacen parte de una tendencia que cada vez está siendo objeto de un mayor estudio, como lo es el impacto que puede tener en las personas mayores el hecho de adoptar y asumir comportamientos y actitudes juveniles.

A la par con la edad real existe una “edad subjetiva”, que refleja cómo se siente el individuo frente a diversos aspectos de su vida, razón por la cual los investigadores buscan entender aquellos motivos que “rejuvenecen” a adultos de la tercera edad, pero que en otras personas pueden tener el efecto contrario, agregándoles más años de los que realmente tienen.

De acuerdo con Brian Nosek, director del Center for Open Science y profesor de psicología en la Universidad de Virginia (Estados Unidos) “la medida en que los adultos mayores se sientan mucho más jóvenes de lo que son puede determinar decisiones importantes en la vida diaria o en la vida para lo que harán a continuación”.

Estudiosos del asunto coinciden en que la “edad subjetiva” es un reflejo del estado de salud de la persona, que a su vez puede ser el resultado directo de los cambios de personalidad: una persona con una edad subjetiva más baja puede disfrutar de una mayor variedad de actividades.

En una de sus publicaciones, el Centro Internacional sobre el Envejecimiento (Cenie) de España, indica: “sentirse joven parece venir con un menor riesgo de depresión y mayor bienestar mental a medida que envejecemos. También significa una mejor salud física y menos posibilidades de ser hospitalizado por enfermedad”.

Frenando el envejecimiento cerebral

Otra de las sentencias populares que se escuchan en torno al número de años dice que “La edad está en la mente”. Y así parece certificarlo un estudio realizado en 2018 por la Universidad Nacional de Seúl (Corea del Sur), en el que se observó el volumen de materia gris de 68 personas con buena salud, pertenecientes a un rango entre los 59 y los 84 años, a quienes se les realizaron preguntas sobre si se sentían mayores o menores a su edad real.

 

Por medio de imágenes de resonancias magnéticas, el estudio mostró que la “edad subjetiva” puede reflejar el envejecimiento cerebral. En efecto, quienes dijeron sentirse más jóvenes mostraron menos señales de deterioro, en comparación con quienes afirmaron sentirse con más años de los que realmente tenían.

Según el doctor Jeanyung Chey, miembro del equipo que realizó el análisis: “la gente que se siente más joven posee las características estructurales de un cerebro más joven. Esta diferencia seguía siendo sólida aun cuando se tenían en cuenta otros factores como la personalidad, la salud subjetiva, los síntomas de depresión o las funciones cognitivas”.

«Inevitable, pero no desagradable»

Guardando una directa correlación con el estudio de la institución asiática, otro análisis publicado en 2015 en JAMA Internal Medicine señala que “el envejecimiento no tiene por qué ser un proceso desagradable). Por el contrario, el diagnóstico concluye que “sentirse más joven y, por definición, poseer entusiasmo, en realidad puede prolongar la vida”.

La investigación agrega que no obstante la existencia de afecciones médicas, “la perspectiva mental y emocional de la persona y la actitud general pueden hacer que los beneficios del envejecimiento superen los desafíos. Una persona que se sienta joven vivirá más que alguien que sienta su edad”.

En concordancia con esta corriente, un estudio del año 2009 divulgado en Circulation, revista de la Asociación Estadounidense del Corazón, determinó que los factores psicológicos influyeron en el riesgo de mortalidad por enfermedad coronaria. Igualmente, factores como la depresión, la ansiedad, la ira y las actitudes negativas u hostiles frente a otras personas predijeron tasas de muerte más tempranas, en contraposición al optimismo, el cual redujo los riesgos de enfermedad y mortalidad.

Pregúntele a su paciente por la “edad subjetiva”

El concepto de la “edad subjetiva”, cada vez más aceptado por la comunidad médica, ayuda a quienes dicen sentirse más jóvenes a tener un mayor bienestar mental, una mejor salud física, una menor probabilidad de entrar en depresión, disminuir las posibilidades de hospitalización y, lo más importante, a predecir resultados de salud relevantes, incluyendo el riesgo de muerte.

Debido a su poder predictivo, autores como Nosek son de la opinión que los médicos deberían preguntar a todos sus pacientes cuáles son sus “edades subjetivas”. El interrogante, más allá de cualquier factor cronológico o estadístico, podría contribuir a identificar a los adultos mayores que están en mayor riesgo de problemas futuros de salud, al tiempo que permitiría planificar su atención médica de manera más efectiva.

“Si alguien se siente mayor de lo que es, puede ser una señal para que evalúen su estilo de vida, hábitos y actividades que podrán contribuir al envejecimiento cerebral y tomar medidas para mejorar su salud mental”, comenta el doctor Chey.

Adicionalmente, para que las personas mayores se sientan más jóvenes, los estudios aconsejan la promoción de rutinas que los mantengan en actividad, como el ejercicio físico, independientemente de que existan problemas de movilidad en el paciente.

De la misma manera, otra recomendación es la realización de tareas orientadas a fortalecer la agudeza mental, otro componente clave de la “edad subjetiva”, mediante el aprendizaje, el regreso a una institución educativa para recibir educación formal o la participación en la comunidad o con grupos religiosos.

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