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El impacto del COVID-19 en las migraciones y la necesidad de incluir a la población migrante en la vacunación

El impacto del Covid-19 en las migraciones

Los Gobiernos de los países que acogen a quienes dejan sus naciones de origen deben brindar atención especial a estos grupos de la población e incorporarlos a sus planes y políticas de inmunización frente a la pandemia.

Una disminución en el número de migrantes, con un efecto en la reducción de las remesas serían las consecuencias principales del COVID-19, de acuerdo con un análisis realizado por la División de Planeación de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El cierre de fronteras y la cancelación de viajes debido a la pandemia del coronavirus habría detenido el aumento del número de migrantes internacionales en alrededor de dos millones de personas a mediados de 2020, una cifra un 27 % menor que el crecimiento previsto a mediados de 2019”, señala el estudio.

De acuerdo con estimativos de la ONU, se calcula que el año anterior existían cerca de 281 millones de migrantes internacionales (3,6 % de la población mundial), cuyo principal destino es Estados Unidos (51 millones), seguido por Alemania (16 millones), Arabia Saudita (13 millones), Rusia (12 millones) y Reino Unido (9 millones).

El estudio citó proyecciones del Banco Mundial que indican que las remesas, que contribuyen considerablemente al desarrollo de los países de origen de los migrantes, podrían reducirse por impacto del COVID-19 al pasar de 548.000 millones de dólares en 2019 a cerca de 470.000 millones de dólares en el 2021, es decir, una caída del 14 %.

Migración y vacunación

Por su parte, los Gobiernos de las naciones a donde llegan los migrantes, de las cuales Colombia entró a hacer parte en los últimos años, por causa del éxodo de ciudadanos venezolanos, deben incluir en sus políticas y planes de vacunación contra la pandemia a estas poblaciones, como una medida que contribuirá a mitigar los efectos de la pandemia.

Al respecto, Jacqueline Weekers, directora de Salud y Migración de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), y Michele LeVoy, directora de la Plataforma para la Cooperación Internacional en el Ámbito de los Migrantes Indocumentados (Picum), señalan que el COVID-19 ha expuesto a estos grupos a nuevos riesgos, especialmente si no tienen hogar o viven en condiciones precarias y estrechas donde el distanciamiento físico es un desafío y el acceso al agua potable es limitado.

De acuerdo con las expertas algunos perdieron sus trabajos debido a las repercusiones socioeconómicas de la pandemia y otros tuvieron que seguir trabajando, ya sea porque laboran en sectores esenciales o porque no podían permitirse perder un solo día sin ingresos, sin la protección adecuada. Sumado a esto, vivir con un estatus migratorio irregular a menudo significa acceso restringido a los servicios de salud e inmigración”.

Por esta razón, señalan que los Estados deben fomentar el desarrollo de políticas específicas hacia las poblaciones migrantes y destacan ejemplos de países de la Unión Europea, como Holanda, España, Francia e Italia, donde la vacunación se ha realizado de forma gratuita, sin exigir tarjeta o documento de seguro médico, garantizando el acceso de la población en general a los medicamentos.

“Para los migrantes en situación irregular, que forman parte de los grupos priorizados debido a una mayor vulnerabilidad a la infección, como trabajadores de primera línea, personas con comorbilidades o sin hogar, es fundamental un acercamiento proactivo para informarles sobre sus derechos y cómo acceder a la vacuna, afirman.

Migrantes ayudan a la recuperación del COVID-19

La ONU ha sido enfática en sus llamamientos tanto a los Gobiernos como a la sociedad en general frente a la consideración que deben tener hacia las poblaciones migrantes, que, pese a ser con frecuencia “invisibles” dentro de las comunidades, han contribuido a apoyar desde diversos frentes las acciones orientadas a atender los problemas ocasionados por la pandemia.

Los migrantes han tenido una función destacada en la primera línea de respuesta a la crisis, ya sea cuidando a enfermos y ancianos o asegurando el suministro de alimentos durante los confinamientos, lo que pone de relieve su gran contribución a las sociedades de todo el mundo”, dijo António Guterres, secretario general de la ONU, con ocasión del Día Internacional del Migrante, que en su más reciente versión se celebró el 18 de diciembre de 2020.

Al respecto, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud, resaltó que muchos de los trabajadores sanitarios en el mundo son migrantes, especialmente mujeres, género que constituye el 70 % del personal de la salud. El funcionario destacó los casos de migrantes turcos que fundaron en Alemania la primera farmacéutica que desarrollo la primera vacuna aprobada contra la pandemia y el de una enfermera filipina encargada de suministrar la primera dosis a una persona en el Reino Unido.

Instamos a todos los países a eliminar las barreras financieras y de otro tipo para la atención de los migrantes, como parte de su camino hacia la cobertura sanitaria universal. Salud para todos significa todos, incluidos los migrantes”, afirmó Adhanom.

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