Beber en soledad en la juventud es una señal de alerta que predice problemas con el consumo excesivo de alcohol en la edad adulta. A esa conclusión llegó un análisis que le hizo seguimiento a un grupo de estudiantes de preparatoria de escuelas públicas y privadas de Estados Unidos durante 17 años y que pronosticó prospectivamente el trastorno por consumo de alcohol a los 35 años. El riesgo fue en particular alto para las mujeres: 86% más para las adolescentes que reportaron beber solo en entornos sociales. Para los hombres de 18 años fue 8% más alto, de acuerdo con la autora principal, Kasey G. Creswell, Ph. D., profesora asociada de Psicología en Carnegie Mellon University, Pittsburgh.
La experta explica que, en general, “las herramientas de detección de alcohol contienen solo preguntas sobre la frecuencia y la cantidad de bebida, pero un factor de riesgo subestimado para el desarrollo de un problema con la bebida es el contexto social en el que los adolescentes y adultos jóvenes consumen alcohol”, afirma.
Y agrega que, la mayoría de los jóvenes que consumen alcohol lo hacen con amigos en entornos sociales, pero cuando beben solos, esto representa un problema más complejo.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron los datos del estudio ‘Monitoring the Future’ (MTF), sobre el consumo de drogas y alcohol entre los jóvenes estadounidenses con seguimiento hasta la edad adulta. Este realiza encuestas desde 1975, de aproximadamente 15 mil estudiantes cada año. La mayoría de los estudiantes (de 18 años) completan la encuesta durante un periodo de clase y luego se seleccionan al azar cerca de 2.400 de cada cohorte y se les hace seguimiento.
En el análisis se incluyeron 4.464 adolescentes y 4.561 adultos jóvenes que completaron encuestas que preguntaban sobre su consumo de alcohol en tres momentos diferentes: 18 años, 23 a 24 años, y 35 años. Las encuestas se realizaron entre 1981 y 2019. En general, alrededor de 25% de los adolescentes y 40% de los adultos jóvenes informaron haber bebido a solas. Y este consumo se reflejó en su futuro.
En comparación con sus compañeros que solo bebían en entornos sociales, las probabilidades de síntomas de trastorno por consumo de alcohol a los 35 años eran un 35% más altas para los adolescentes que bebían solos.
«Necesitamos preguntar sobre el contexto en el que beben estos jóvenes, y si identificamos a las personas en riesgo desde el principio, eso es muy beneficioso porque las intervenciones para los problemas con el alcohol funcionan mejor cuando se detectan temprano», agregó. «Esta podría ser una manera de detectar temprano el consumo de alcohol potencialmente problemático«.
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