La única forma de prevenir el avance de esta condición y de garantizar la salud visual es practicarse un examen anual, a partir de los 60 años o a los 35, si se tienen factores de riesgo.
El glaucoma puede causar ceguera, pero la mayoría de las veces ocurre por descuido o por falta de información. Y, precisamente, la misión de Glaucoma Unit S.A.S. es y será cuidar a los pacientes y educarlos para que se adhieran lo mejor posible a los protocolos de seguimiento y tratamiento de esta enfermedad. Contamos con la tecnología de punta que exigen los protocolos internacionales para el cuidado de los pacientes con un recurso humano idóneo y con experiencia.
Y, justamente, con el sentido de informar, les contamos lo que deben conocer sobre el glaucoma.
¿Qué es el glaucoma?
El glaucoma es una enfermedad que se manifiesta cuando el nervio óptico se encuentra dañado de manera típica, asociado a la perdida de la visión periférica, y puede o no estar asociado a un incremento de la presión ocular. Esta condición produce una pérdida de visión progresiva y, de no ser atendida a tiempo, podría conducir a una ceguera irreversible.
¿Qué es la hipertensión ocular?
El ojo humano, al igual que el de otras especies de seres vivos, posee un sistema de producción de líquido interno llamado humor acuoso, cuyo fin es alimentar las estructuras transparentes del ojo y mantener “inflado” el globo ocular en volumen constante. Este humor acuoso sale del ojo por diferentes drenajes y cuando alguno de ellos falla se aumenta la presión ocular. Esta no tiene que ver con la presión arterial y su equilibrio depende de factores diferentes. Cuando la presión ocular se sostiene por mucho tiempo o cuando se sube en exceso, se puede producir el glaucoma de presión alta.
¿Cuáles son los tipos de glaucoma?
Primario o secundario: si el mecanismo del daño se origina por una alteración propia de las estructuras internas del ojo se llama primario y si es el producto de una condición externa que termina dañando las estructuras internas del ojo, se llama secundario
De presión alta o de presión normal: si el mecanismo del daño principal se asocia la presión ocular alta, se llama de presión alta. Si el mecanismo del daño principal se asocia a la mala circulación del ojo o a debilidades de los tejidos nerviosos se llama de tensión normal.
De ángulo abierto o cerrado: si el mecanismo principal del daño está directamente en los conductos del drenaje se llama de ángulo abierto. Si el mecanismo principal del daño está en algo que obstruye la entrada de los conductos de drenaje se llama de ángulo cerrado.
En el glaucoma de presión alta, el desencadenante de esta patología ocurre cuando el ojo no es capaz de drenar adecuadamente el fluido intraocular o humor acuoso. Si el sistema de drenaje del ojo está bloqueado se acumula fluido en el interior del ojo, aumentando la presión intraocular al no poder salir.
La presión elevada comprime los pequeños capilares que nutren al nervio óptico, dificultando el aporte de oxígeno y nutrientes y dañando su estructura fibrilar, este daño compromete progresivamente la visión, por ello, es fundamental detectar a tiempo esta condición y aplicar el tratamiento adecuado para evitar que evolucione en una ceguera.
Tomografía con glaucoma
Tomografía sin glaucoma
¿Cuáles son los factores de riesgo para sufrir de hipertensión ocular y glaucoma?
Existen diversos factores de riesgo que pueden aumentar nuestra posibilidad de sufrir de glaucoma, conocerlos es importante para detectar la posible presencia de esta condición y aplicar el tratamiento oportuno.
Esta enfermedad ocular es más común en:
• Personas con antecedentes familiares de glaucoma agresivo.
• En pacientes mayores de 60 años.
• Sufrir de miopía, puede ser una manifestación de glaucoma o ser un factor de riesgo para tenerlo
• Hipertensión arterial, diabetes o trastornos circulatorios, disautonomía, apnea del sueño, incrementan el riesgo de padecer esta condición y su severidad.
• Esta enfermedad tiene mayor incidencia en personas afroamericanas o de origen hispano.
• La ingesta de fármacos como ansiolíticos, antidepresivos o esteroides, y otros, también pueden incrementar el riesgo de sufrir glaucoma.
• Antecedente de trauma ocular, cirugía ocular compleja o complicada, personas que se rascan muy duro los ojos, aumentan riesgo de padecer glaucoma.
Los síntomas
En la mayoría de ocasiones, el glaucoma es asintomático, es decir, el incremento de la presión intraocular no produce molestias aparentes, el paciente no nota nada y esto hace que la enfermedad siga avanzando de manera silenciosa sin alertar al afectado. Algunas personas sí pueden sentir síntomas vagos como sensación de peso en los ojos o episodios transitorios de visión borrosa que pueden aparecer al despertar y al realizar actividades de lectura.
Justamente esta característica convierte al glaucoma en una de las causas de ceguera más frecuentes en el mundo, pues la falta de chequeos periódicos podría comprometer la salud visual del paciente. El daño que se produce en el nervio óptico irá lesionando los tejidos internos hasta que se inicia la pérdida de visión, en este punto el paciente puede presentar los siguientes síntomas:
Pérdida de la visión en la zona periférica del campo visual, lo que produce una reducción de los contrastes y alteración de los colores.
Si avanza, se presenta la pérdida de la visión central, el paciente comenzará a experimentar una visión tipo túnel que indica que el nervio óptico está muy comprometido.
Tan solo en las formas agudas de glaucoma de ángulo cerrado se produce un dolor intenso que obliga al paciente a acudir al oftalmólogo, aunque representa el 1% de los casos.
Diagnóstico
Un examen ocular completo realizado por un oftalmólogo es la única forma de diagnosticar efectivamente el glaucoma. Mediante una revisión, el especialista podrá medir la presión intraocular del ojo, revisar el ángulo de drenaje ocular, comprobar la visión periférica y examinar el nervio óptico para evaluar el estado del mismo. El valor normal de la presión ocular oscila entre 10 y 21 mmHg, sin embargo, este puede cambiar dependiendo de la rigidez ocular, que también se puede medir.
Una vez determinado en el examen que una persona tiene probabilidad de sufrir glaucoma, se le deben realizar al paciente exámenes complementarios como la tomografía óptica coherente, el campo visual computarizado, la medición del espesor corneal y la rigidez corneal y se debe hacer un registro fotográfico del nervio óptico para poder comparar con años posteriores. Estos exámenes en conjunto tienen una sensibilidad y una especificidad conjunta superior al 90% y nos dan la seguridad de tratar los pacientes adecuados con las estrategias adecuadas.
Es recomendable que cualquier persona que cuente con factores de riesgo de padecer glaucoma se examine anualmente a partir de los 35 años. Asimismo, todas las personas mayores de 60 años deben realizarse un examen anual con el fin de descartar la presencia de glaucoma. Esta es la única forma de prevenir el avance de la enfermedad y garantizar la salud visual.
Tratamiento
En la mayoría de casos, el tratamiento del glaucoma va dirigido a reducir la presión intraocular recurriendo a medicación de uso tópico y a las terapias con láser. En casos puntuales, se puede recurrir también a la cirugía. La decisión acerca de cuál es la opción más indicada solo puede ser tomada por un especialista.
Tratamiento con láser
Si la hipertensión ocular es casi siempre por disminución del drenaje del humor acuoso, el primer objetivo debe ser mejorar su salida. Esto se logra en los glaucomas de ángulo abierto con un procedimiento llamado trabeculoplastia laser y en los glaucomas de ángulo estrecho o cerrado con la iridotomía y/o la iridoplastia láser.
La trabeculoplastia láser consiste en estimular con un láser específico el trabéculo del ojo para que mejore la salida del humor acuoso. El láser limpia y regenera las células del trabéculo y mejora su funcionamiento.
La iridotomía láser consiste en hacer una microperforación al iris con un láser específico para desbloquear la circulación interna del humor acuoso y permitir el paso de este hacia el trabéculo. El láser hace una comunicación entre la cámara posterior hacia la cámara anterior al iris.
La iridoplastia láser consiste en adelgazar el iris periférico que está cerca al trabéculo con un láser específico para que éste no choque con el trabéculo. El láser desbloquea el trabéculo cuando el iris mismo se apoya en él y lo obstruye.
No todos los pacientes responden al láser y su efecto en ocasiones es temporal, por lo cual tenemos que recurrir a los medicamentos o la cirugía.
Medicación de uso tópico
Como la causa del glaucoma suele ser un déficit en el drenaje del líquido intraocular, la segunda opción es usar medicamentos que aumentan la salida del humor acuoso por otras vías y/o disminuir parcialmente la producción del humor acuoso. La vía principal del drenaje es el trabéculo, pero hay otras vías como la linfática. Para ello, utilizamos colirios que tienen un alto grado de seguridad y eficacia, se prescriben por el oftalmólogo y deben ser controlados por este de manera indefinida. El tratamiento médico es usualmente de por vida y el problema radica en que estos no están exentos de efectos secundarios, algunos producen irritación, ojo seco, alteraciones en el corazón o a nivel respiratorio.
Es fundamental nunca suspender o cambiar el tratamiento sin la aprobación del oftalmólogo, pues esto podría conducir a un avance de la condición que comprometa la visión.
Tratamiento con cirugía
La cirugía del glaucoma se define como cirugía invasiva o cirugía mínimamente invasiva. La cirugía invasiva más común y clásica es la trabeculectomía. La reservamos para la mayoría de glaucomas avanzados como cirugía de primera línea. En los glaucoma leves o moderados preferimos las cirugías mínimamente invasivas que pretender restaurar el drenaje natural del ojo. Las hay con y sin implantes y nuestra experiencia es amplia. Cuando la trabeculectomía no funciona o cuando tenemos glaucomas complicados como los inflamatorios y los postraumáticos, las válvulas de drenaje pueden estar indicadas.
El Centro de Oftalmología, Glaucoma Unit S.A.S., nace para dar solución especifica al paciente con glaucoma en toda su dimensión. Los pacientes de glaucoma presentan situaciones que pueden requerir de otros especialistas por los efectos secundarios del tratamiento. Tenemos un equipo multidisciplinario en las áreas de córnea, retina, cirugía plástica ocular y oftalmología pediátrica.
En esta Unidad disponemos de los nuevos sistemas de toma de presión intraocular, paquimetría, fotografía del nervio óptico, campimetría computarizada, tomografía óptica coherente OCT de campo amplio y análisis 3D con tecnología Swept Source, el más exacto y sensible de la ciudad para la detección de la enfermedad y de su progresión.
Prevención
Dado que este cuadro puede ser muy severo es importante realizar la prevención mediante revisiones oftalmológicas.
El ángulo estrecho o la predisposición a sufrir un glaucoma se pude detectar mediante una revisión oftalmológica rutinaria. Además, hoy en día disponemos del OCT que puede realizar mediciones de la retina y el nervio óptico, visualización y medición del ángulo para tener diagnósticos más certeros.
En Glaucoma Unit S.A.S nuestro modelo de atención garantiza desde la consulta, la realización de todos los estudios sin necesidad de tener que pedir otras citas para la unidad de diagnóstico y para la revisión de exámenes. Todo se hace el mismo día, se toman decisiones el mismo día. A esto se le suma la atención por oftalmólogos actualizados y especializados y con la mejor experiencia en esta patología.