Un pequeño implante inflable que se puede inyectar en la columna vertebral podría proporcionar un alivio a largo plazo del dolor crónico. Este funciona emitiendo cargas eléctricas que le indican al cerebro que deje de percibir el dolor.
La estimulación de la médula espinal para controlar el dolor crónico en el cuerpo, los brazos o las piernas no es nueva, pero su eficacia se ha visto obstaculizada por cuestiones de practicidad, dice Damiano Barone, docente clínico, de la Universidad de Cambridge. Para que estos dispositivos funcionen bien, deben tener hasta 32 electrodos que se dirijan hasta la médula espinal.
Antes, se requería de un implante relativamente grande, que medía 12 milímetros de ancho y de una cirugía compleja bajo anestesia general, que representaba riesgos, como daño a la médula espinal y la extracción de parte de la columna vertebral, factores que podrían superar los beneficios de dicho implante. Ahora, Barone y sus colegas han desarrollado un dispositivo inflable que solo requeriría una cirugía mínima con anestesia local. Está hecho de plástico ultradelgado y láminas de oro puro, enrollado hasta un grosor de menos de 2 milímetros, tan pequeño que cabe dentro de una aguja de tamaño moderado.
Está diseñado para inyectarse en el espacio epidural, una región alrededor de la médula espinal que es el objetivo de los anestesiólogos para las mujeres en trabajo de parto, enseguida se desenrolla y se llena cuando se bombea con unos pocos mililitros de aire, como un pequeño colchón de campamento. Podría alimentarse con una batería implantada y cargarse por inducción, como la carga inalámbrica de un teléfono inteligente.
El equipo estima que los riesgos serían similares a los asociados con el alivio del dolor epidural para las personas en trabajo de parto y solo con un riesgo, en promedio, de 1 en 100.000 de complicaciones como un coágulo de sangre.
Science Advances, DOI: 10.1126 / sciadv.abg7833