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¡Cuidado! Acumular le altera la vida

¡Cuidado! Acumular le altera la vida

Seguro le ha pasado que cuando llega a casa o está en ella un día entero se siente agobiado, tenso y hasta malhumorado. Quizás, hace rato no bota lo que ya no usa ni se libera de esos objetos que, sin darse cuenta, le vuelven la vida más pesada. Es hora de saber si es un acumulador en potencia y cómo puede evitar esa práctica.

Acumular objetos en exceso y ‘permitirles’ adueñarse de nuestros espacios es una costumbre que adquirimos casi sin darnos cuenta, pero que crece poco a poco como una bola de nieve. Y al preguntarnos ¿por qué acumulamos?, salen a la luz varias razones que psicólogos y psiquiatras han estudiado con el fin de entender ese hábito y ayudar a buscar una solución a quienes lo practican en exceso.

Unas personas guardan casi todo porque tienen una conexión muy fuerte con el pasado y se aferran a cosas que les recuerdan emociones gratas, personas especiales que ya no están, vacaciones en las que fueron muy felices, premios o reconocimientos que recibieron en su época de estudio o de trabajo; en fin, momentos gratos que se añoran y producen nostalgia. “Pensamos que si botamos esos objetos traicionamos a quien nos los regaló o ese sentimiento especial que representan, por eso experimentamos sentimiento de culpa. Pero hay que tener presente que son solo cosas y, al final del día, si no les damos un uso no tiene sentido guardarlas. Al conservarlas, quedamos anclados al pasado y no cerramos ciclos”, opina la psicóloga Karla González.

Otros se convierten en acumuladores, justo por la razón contraria; es decir, porque sienten ansiedad por el futuro. Son los que compran medicinas por si se enferman, colecciones de linternas y velas por si algún día se va la luz, elementos inusuales para cuando haya una catástrofe y cosas que, aunque saben que quizás nunca las usen, los hacen sentir más seguros. Según la doctora González, actuar así los ‘saca’ del presente y les impide disfrutar el aquí y el ahora para pensar en un futuro que siempre es incierto y en el que nunca se sabe qué puede pasar; y si algo sucediera, de cualquier forma, el ser humano tiene capacidad de adaptarse y de ser resiliente.

También, como lo explica la conferencista japonesa Hideko Yamashita en uno de sus libros más famosos (Ordena tu vida. Quédate solo con lo necesario ¡y encuentra la felicidad!),muchos evitan estar en casa porque tienen un conflicto familiar del que quieren escapar. Entonces terminan amontonando objetos y los mantienen desorganizados hasta que, inevitablemente, pasan a ser acumuladores de todo lo que no necesitan.

Adicionalmente, y así lo afirma el psiquiatra Óscar Cortés, están los que padecen un TOC (Trastorno Obsesivo compulsivo) y nacen con una genética cerebral determinada que los hace aferrarse a ciertas cosas, o quienes lo desarrollan porque crecieron, por ejemplo, en familias muy estrictas donde la exigencia por cumplir las normas siempre fue exagerada. “Estos pacientes con TOC no pueden decidir si acumulan o no, simplemente tienen que hacerlo. Sufren una especie de corto circuito cerebral y mental que les produce pensamientos obsesivos y ansiedad. Estas sensaciones solo se calman mediante comportamientos compulsivos: los de acumular ocupan el tercer lugar entre los TOC, luego de los de limpieza excesiva y los que se manifiestan en el fanatismo religioso”. Si ese es el caso y las personas son conscientes de que su trastorno es inmanejable y les interfiere en su cotidianidad, deben acudir a un especialista porque requieren tratamiento médico con psiquiatría.

¡Cuidado! Acumular le altera la vida

10 tips que no fallan

El auge actual de la decoración y tener que adaptarse cada vez más a espacios pequeños esclave para que los acumuladores encuentren consejos prácticos y empiecen a ‘exorcizar’ esa manía que no saben cómo manejar. Por eso, y tomando en consideración que para lograr una mejor productividad laboral, mayor atención y una vida más tranquila es ideal estar en espacios limpios, ordenados y livianos, recopilamos estas sugerencias para organizar con orden y sin remordimientos:

1. Examen de conciencia: antes de iniciar la limpieza hay que estar muy seguros. Para eso, mire todo el desorden a su alrededor y pregúntese si compra por impulso o por necesidad, si todo eso que le ocupa su espacio es necesario y si cree que tiene tendencia a acumular.
 
2. Identificar lo que sobra: en esta lista van, sin dudarlo, aparatos dañados, periódicos y revistas viejas, correspondencia y facturas acumuladas, medicamentos vencidos, pilas usadas, baterías y cargadores de celulares obsoletos, etc.
 
3. Primero, lo que no le importa: empiece por objetos con los que no tiene vínculo sentimental como ropa pasada de moda, elementos de la cocina y del baño, vasijas de plástico, etc.
 
4. De menos a más: como botar cosas no es fácil, mejor empezar por los cajones pequeños, gavetas de la cocina y sitios que se puedan arreglar fácilmente y sin complicaciones.
 
5. No deje para mañana… Una vez elegido el objeto, tírelo de una vez sin pensar si puede necesitarlo después o si mejor lo guarda un tiempo más; en fin, la duda no es una buena consejera.
 
6. Esconder no funciona: ni se le ocurra escoger los objetos que son para botar y guardarlos en el garaje, en una caja debajo de la cama o llevarlos a la casa de sus padres. Eso solo retrasa lo inevitable e involucra a otras personas que no son responsables de su desorden.
 
7. Los límites sí funcionan: una buena técnica es elegir un número máximo de objetos por categoría; por ejemplo, ¿cuántos moldes para tortas usa de verdad?, ¿cuántas almohadas y toallas necesita?, ¿cuántos esmaltes para uñas sirven y cuántos están secos? Y así sucesivamente. Además, recuerde la regla de oro: cuando adquiere algo nuevo, antes de almacenarlo saque algo para botar.
 
8. Lo que no sirve, que no estorbe: todo lo que ya cumplió su función debe ir a la basura. Por ejemplo, los manuales, certificados de garantías y cajas de los electrodomésticos, los juguetes que sus hijos ya no usan, las bolsas de las compras, los frascos usados, etc.
 
9. Póngale fecha de vencimiento: esta norma aplica para cada cosa, o sea, si al analizar una por una, nota que hace tres o seis meses ni la toca ni la usa, es porque no le hace falta. Usted decide cuánto tiempo de vida les da a los objetos, pero los expertos sugieren que, en total, cada uno no debe estar en nuestra casa más de tres años.
 
10. Puede darles una nueva vida: seguro tiene libros que ya leyó y que nunca va a volver a consultar, ropa que le sirve a alguien, unos portavasos para su hermana, una mesa que ya no le combina con la nueva decoración. Hay muchas cosas en buen estado que, en manos de otras personas, adquirirían una nueva vida.

 

Al final, el ejercicio para deshacernos de lo que nos genera peso emocional es un proceso que requiere decisión, valentía, desapegos y practicidad, nadie dijo que fuera fácil. Lo importante es, al menos, tener la teoría clara y saber que, como lo reitera la escritora Yamashita, “ordenar su casa puede ser el primer paso para ordenar su vida”. De hecho, estafrase ha sido el inicio de una especie de método de autoayuda que esta oriental ha difundido en sus charlas y seminarios por el mundo desde 2008.

Su técnica se basa en la teoría asiática del Dan-sha-ri, creada por ella misma en su libro El arte de tirar, la cual invita a quienes la practican a llevar una vida más sencilla, menos cargada de cosas materiales y orientada hacia la búsqueda de la esencia de las personas y su riqueza interior. La autora compone la palabra con los tres conceptos básicos para ella. Dan: rechazar las cosas innecesarias. Sha: deshacerse de los objetos inútiles que se poseen, y Ri: detectar en cada uno ese deseo insano por lo que no se necesita. Su filosofía hace parte de esa tendencia actual donde también son fundamentales otros conceptos como el yoga (práctica física y mental para evolucionar a través de la disciplina), el mindfulness (estar aquí y ahora) y el feng shui (ocupación consciente y armónica del espacio).

 

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