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Microbioma bucal saludable, sinónimo de bienestar

Virus, hongos y alrededor de 700 especies de bacterias habitan normalmente en la boca, de ahí la importancia de promover hábitos, como la buena higiene oral, para mantener su equilibrio natural y evitar alteraciones que puedan afectar el resto del organismo, incluso permitiendo que microorganismos nocivos viajen por el cuerpo y exacerben problemas de salud que puede ir desde enfermedades cardiovasculares hasta cáncer, obesidad, diabetes, Alzheimer y otras.

Ayudar a los pacientes a conservar una microbiota bucal es fundamental para su salud bucal y general.Esta comunidad compleja de microorganismos, que incluyen virus, hongos, bacterias y protozoos, que habitan la cavidad oral desempeña varias funciones cruciales para:

  • Mantenimiento del pH bucal: aporta al equilibrio del pH en la cavidad oral, lo que permite prevenir la desmineralización del esmalte dental y la formación de caries.
  • Protección contra patógenos: una microbiota saludable actúa como una barrera de defensa en contra de infecciones orales al competir con microorganismos patógenos por nutrientes y espacio. Además, algunas bacterias producen sustancias antimicrobianas que inhiben el crecimiento de patógenos.
  • Modulación del sistema inmunológico: esta microbiota interactúa con el sistema inmunológico, ayudando a regular las respuestas y a mantener un equilibrio entre la defensa contra patógenos y la tolerancia a microorganismos.
  • Digestión inicial de alimentos: participa en la digestión inicial al descomponer carbohidratos y otras moléculas complejas en la boca, facilitando así el proceso digestivo y la absorción de alimentos.

“Es fundamental mantener una microbiota bucal en equilibrio para evitar alteraciones que puedan llevar a problemas como caries, enfermedad periodontal y contribuir a la progresión de condiciones sistémicas graves como cáncer, Alzheimer y artritis. Mantener la salud de la microbiota bucal es esencial no solo para la prevención de enfermedades orales, sino también para proteger la salud general del individuo”, asegura Angélica Melo Suescún, odontóloga y especialista en Rehabilitación Oral de la Universidad Javeriana.

Apoye a su paciente

Algunas de las estrategias consisten en guardar equilibrio en la microbiota de la siguiente manera:

  1. Educación del paciente
    • Informar: explicar a los pacientes la importancia de la microbiota y cómo su equilibrio puede influir en la salud oral y general.
    • Consecuencias: educar sobre las consecuencias de una microbiota desequilibrada, como la caries dental, enfermedades periodontales y la relación con enfermedades sistémicas.
  2. Promoción de una higiene oral óptima
    • Cepillado regular: instruir a los pacientes para que cepillen sus dientes al menos tres veces al día con una pasta o crema dental con flúor para eliminar la placa bacteriana y prevenir la proliferación de patógenos. Cambio del cepillo en lo posible cada tres meses.
    • Uso del hilo dental: fomentar el uso diario del hilo dental para remover restos de alimentos y placa en áreas donde el cepillo no alcanza, ayudando a evitar la formación de caries y la inflamación de las encías.
  3. Fomentar hábitos alimenticios saludables:
    • Dieta balanceada: aconsejar una dieta rica en frutas, verduras, y alimentos con alto contenido de fibra, que promuevan la salivación y contribuyan a un ambiente oral equilibrado.
    • Reducción de azúcares y alimentos procesados: desincentivar el consumo excesivo de azúcares y alimentos ultraprocesados, que pueden alterar la microbiota y favorecer el crecimiento de bacterias.
    • Hidratación adecuada: asegurar una buena hidratación, ya que la saliva es crucial para mantener la microbiota bucal al ayudar a limpiar la boca (autoclisis) y conseguir un pH adecuado.
  4. Estilo de vida saludable:
    • Evitar el tabaco y el alcohol: fomentar la reducción o eliminación del consumo de tabaco y alcohol, dado que estos factores pueden alterar negativamente la microbiota y predisponer a enfermedades orales y sistémicas.
    • Control del estrés: Enseñar técnicas de manejo del estrés, toda vez que el estrés crónico puede alterar la función inmunológica y afectar el equilibrio de la microbiota.
  5. Visitas regulares al odontólogo:
    • Revisiones periódicas: debemos aconsejar y generar conciencia sobre la importancia que tiene la valoración odontológica periódica para prevenir, identificar y tratar condiciones o enfermedades que puede afectar la salud oral y general.
    • Tratamientos preventivos: recomendar y explicar el impacto positivo que pueden generar acciones preventivas como las limpiezas profesionales y otros tratamientos como sellantes y topicación con flúor, particularmente con la indicación y frecuencia elegida según cada caso.
  6. Personalización del cuidado bucal:
    • Plan de cuidado personalizado: Crear un plan de cuidado oral personalizado basado en la evaluación del estado de la microbiota y las necesidades específicas del paciente.
    • Monitorización de cambios: Monitorear regularmente la salud bucal del paciente y ajustar las recomendaciones según sea necesario para mantener un ambiente oral saludable.

Relación de la microbiota bucal con la enfermedad

Según reportes de Flemer y colaboradores en el año 2018, en el artículo publicado en BMJ Journal GUT, de la Universidad Nacional de Irlanda, esta relación puede darse con:

El cáncer

  • Cáncer oral y de cabeza y cuello: se ha observado que las bacterias como P. gingivalisy Fusobacterium nucleatum están presentes en niveles elevados en pacientes con cáncer oral y de cabeza y cuello. Estas bacterias propician la inflamación crónica y al daño celular, lo que puede favorecer la carcinogénesis.
  • Cáncer colorrectal: F. nucleatum no solo está asociada con el cáncer oral, sino del mismo modo con el cáncer colorrectal. Esta bacteria puede invadir los tejidos y alterar las respuestas inmunitarias locales, promoviendo un entorno propicio para el crecimiento y la diseminación del cáncer.

Mecanismos propuestos: los mecanismos incluyen la producción de toxinas bacterianas, la inducción de inflamación crónica, la alteración del ciclo celular y la inhibición de la apoptosis (muerte celular programada). Esto crea un ambiente que facilita la transformación maligna de las células.

El Alzheimer

En la publicación Science Advances, de enero 2019, el autor Dominy y colaboradores reportan:

Inflamación sistémica y acceso al cerebro: bacterias orales patógenas, como P. gingivalis, pueden ingresar al torrente sanguíneo y llegar al cerebro, donde desencadenan respuestas inflamatorias. Esta inflamación está vinculada con la neurodegeneración y la formación de placas beta-amiloides, características de la enfermedad de Alzheimer. Además, toxinas bacterianas como las gingipaínas producidas por P. gingivalis han sido identificadas en el cerebro de estos pacientes, sugiriendo un vínculo directo con la progresión de la enfermedad.

  • Impacto en la salud cognitiva: la inflamación crónica y la respuesta inmune desregulada pueden alentar el declive cognitivo, lo que resalta la pertinencia de una buena salud oral como posible factor preventivo para el Alzheimer.

La artritis reumatoide (AR)

Konig y colaboradores reportan en la revista indexada Science Translational Medicine, del año 2016, lo siguiente:

  • Inflamación y autoinmunidad: el desequilibrio bucal, en particular la presencia de bacterias periodontales como A. actinomycetemcomitans yP. gingivalis, está asociada con un mayor riesgo de artritis reumatoide. Estas bacterias pueden desencadenar procesos inflamatorios y autoinmunes, aumentando la producción de autoanticuerpos que atacan las articulaciones.
  • Mecanismo de citrulinación: la P. gingivalis es capaz de inducir la citrulinación de proteínas, un proceso que puede desencadenar respuestas autoinmunes en individuos predispuestos, exacerbando así la artritis reumatoide. Los autoanticuerpos contra estas proteínas son un marcador característico de la enfermedad.
  • Evidencia epidemiológica: estudios han mostrado que individuos con enfermedades periodontales tienen una acentuada prevalencia de artritis, y el tratamiento de las infecciones bucales puede reducir la actividad de la enfermedad.

Evite el declive o pérdida funcional de la microbiota

Dewhirst, en el año 2010, publicó en Journal of Bacteriology las siguientes recomendaciones:

  1. Diagnóstico temprano y monitoreo regular:
    • Evaluaciones periódicas: realizar chequeos dentales regulares para detectar signos tempranos de disbiosis, como inflamación de las encías, aumento de placa o cambios en el aliento.
    • Pruebas de microbiota: utilizar pruebas diagnósticas específicas que analicen la composición de la microbiota bucal para identificar desequilibrios que puedan requerir intervención.

Una de las revistas científicas más leída por los periodoncistas, Periodontology 2000, reportó en el año 2017, en el artículo del doctor Jorgen Slots, lo siguiente sobre el tratamiento de las infecciones bucales.

  1. Tratamiento:
    • Control de enfermedades periodontales: tratar infecciones como la gingivitis y la periodontitis de manera agresiva y temprana para evitar que los patógenos bucales se diseminen al torrente sanguíneo y afecten otras áreas del cuerpo.
    • Uso de antimicrobianos: en casos de infecciones severas, considerar el uso de antimicrobianos tópicos o sistémicos bajo supervisión médica para reducir la carga bacteriana patógena.

En la misma revista Periodontology 2000, el doctor Van der Weijden, en el año 2011 indica:

  1. Promoción de la salud bucal:
    • Higiene bucal estricta: implementar una rutina rigurosa de cepillado, uso del hilo dental y enjuagues bucales antimicrobianos para mantener la carga bacteriana bajo control y prevenir el desequilibrio.
    • Educación al paciente: educar a los pacientes sobre la relevancia de la higiene oral, no solo para alertar sobre las enfermedades locales, sino igual para reducir el riesgo de complicaciones sistémicas.

Taylor y colaboradores, en el año 2008, publican en la revista Oral Diseases lo siguiente:

  1. Manejo de factores sistémicos:
    • Control de enfermedades sistémicas: manejar adecuadamente enfermedades crónicas como la diabetes, que pueden afectar la microbiota bucal y aumentar el riesgo de complicaciones orales.
    • Manejo del estrés: promover técnicas de manejo del estrés, debido a que el estrés crónico puede alterar la inmunidad y afectar la microbiota bucal.

Tonetti y colaboradores en el año 2017 en la revista Journal of Clinical Periodontology, indican:

  1. Enfoque integral y multidisciplinario:
    • Colaboración interdisciplinaria: fomentar la colaboración entre odontólogos, médicos y otros profesionales de la salud para abordar integralmente la salud bucal y su impacto en el bienestar general del paciente.
    • Protocolos personalizados de atención: diseñar planes de cuidado oral personalizados basados en las necesidades individuales del paciente, incluyendo factores de riesgo y condiciones médicas preexistentes.

“Estas estrategias combinadas proporcionan un enfoque completo y preventivo para evitar la pérdida de funciones y el declive de la salud cuando la microbiota bucal se ve afectada. Al mantener un equilibrio saludable de la microbiota, se puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades tanto locales como sistémicas, mejorando la calidad de vida del paciente”, complementa la doctora Melo Suescún.

Recomendaciones claves

Genco y Sanz, en el año 2020, en la publicación de la revista Periodontology 2000 recomiendan para los profesionales:

  1. Incorporar la salud bucal en la evaluación integral del paciente:
    • Incluir la salud bucal como parte del examen de rutina, sobre todo en pacientes con enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardiovasculares y trastornos inmunológicos, en vista que estas condiciones están estrechamente relacionadas con la microbiota bucal.
  2. Fomentar la colaboración interdisciplinaria:
    • Trabajar en conjunto con odontólogos y otros profesionales de la salud para desarrollar planes de tratamiento integrales que aborden tanto la salud bucal como las condiciones sistémicas. Esta colaboración es fundamental para identificar y manejar los factores de riesgo compartidos.
  3. Promover la educación continua:
    • Permanecer actualizado sobre las últimas investigaciones en microbiota bucal y su impacto en la salud general. Participar en programas de formación y seminarios que aborden las interconexiones entre la salud bucal y enfermedades sistémicas.
  4. Implementar protocolos de prevención y tratamiento estandarizados:
    • Establecer y seguir protocolos basados en la evidencia para la prevención y el tratamiento de enfermedades bucales, como la periodontitis, que tienen implicaciones sistémicas. Estos protocolos deben incluir estrategias para restaurar el equilibrio microbiano mediante tratamientos antimicrobianos, probióticos, y modificaciones en el estilo de vida del paciente.
  5. Vigilar el uso de antibióticos:
    • Restringir el uso de antibióticos a los casos estrictamente necesarios para evitar el desarrollo de resistencia y preservar la microbiota saludable. Considerar alternativas como la terapia fotodinámica o el uso de agentes antimicrobianos específicos para la boca.

Para los pacientes, según Hajishengallis & Chavakis en la revista Nature Reviews Immunology, publicada en el año 2021:

  1. Seguir una rutina de higiene bucal adecuada:
    • Cepillar los dientes al menos dos veces al día con crema dental con flúor y usar seda dental a diario. Utilizar enjuagues bucales antimicrobianos para ayudar a reducir la placa y mantener el equilibrio de la microbiota.
  2. Realizar revisiones dentales regulares:
    • Visitar al odontólogo al menos dos veces al año para limpiezas y chequeos regulares. Esto ayuda a detectar y tratar problemas tempranos, como la gingivitis, antes de que se conviertan en complicaciones mayores.
  3. Adoptar una dieta saludable:
    • Consumir una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y alimentos con fibra que promuevan la salud bucal y reduzcan la inflamación. Limitar el consumo de azúcares y alimentos procesados que alimentan a las bacterias patógenas.
  4. Evitar hábitos dañinos:
    • Dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol, ya que estos factores no solo afectan la salud bucal, sino que adicionalmente pueden alterar el equilibrio de la microbiota y aumentar el riesgo de enfermedades sistémicas.
  5. Controlar el estrés y preservar una buena salud general:
    • Manejar el estrés mediante técnicas de relajación, ejercicio regular, y un sueño adecuado. Un cuerpo sano puede regular mejor la microbiota y mantener un sistema inmunológico fuerte.
  6. Considerar el uso de probióticos bucales:
    • Consultar con un profesional de la salud sobre la posibilidad de incluir probióticos específicos para la salud bucal, que pueden restaurar y mantener un equilibrio saludable en la microbiota oral.
  7. Reconocer la importancia de la salud bucal en la salud general:
    • Entender que la salud bucal es una parte integral de la salud general. Las infecciones bucales no tratadas pueden tener repercusiones en otros sistemas del cuerpo, por lo que velar por una buena salud bucal es esencial para el bienestar general.

Referencias bibliográficas:

  1. Genco, R. J., & Sanz, M. (2020). Clinical and public health implications of periodontal and systemic diseases: An overview. Periodontology 2000, 83(1), 7-13. https://doi.org/10.1111/prd.12344
  2. Hajishengallis, G., & Chavakis, T. (2021). Local and systemic mechanisms linking periodontal disease and inflammatory comorbidities. Nature Reviews Immunology, 21(7), 426-440. https://doi.org/10.1038/s41577-021-00516-7
  3. Lamont, R. J., Koo, H., & Hajishengallis, G. (2021). The oral microbiota: Dynamic communities and host interactions. Nature Reviews Microbiology, 19(10), 559-574. https://doi.org/10.1038/s41579-021-00534-3
  4. Dominy, S. S., Lynch, C., Ermini, F., et al. (2019). Porphyromonas gingivalis in Alzheimer’s disease brains: Evidence for disease causation and treatment with small-molecule inhibitors. Science Advances, 5(1), eaau3333. https://doi.org/10.1126/sciadv.aau3333 (Nota: aunque es de 2019, sigue siendo altamente relevante).
  5. Konig, M. F., Abusleme, L., Reinholdt, J., et al. (2016). Aggregatibacter actinomycetemcomitans–induced hypercitrullination links periodontal infection to autoimmunity in rheumatoid arthritis. Science Translational Medicine, 8(369), 369ra176. https://doi.org/10.1126/scitranslmed.aaj1921 (Incluida por su relevancia en el vínculo directo con artritis reumatoide).
  6. Sanz, M., Beighton, D., Curtis, M. A., et al. (2020). Role of microbial biofilms in the maintenance of oral health and in the development of dental caries and periodontal diseases. Journal of Clinical Periodontology, 47(S22), S5-S15. https://doi.org/10.1111/jcpe.13295
  7. Sweeney, L. C., Dave, J., Chambers, P. A., & Heritage, J. (2020). Antibiotic resistance in general dental practice: A cause for concern? Journal of Antimicrobial Chemotherapy, 75(2), 255-261. https://doi.org/10.1093/jac/dkz391
  8. Flemer, B., Warren, R. D., Barrett, M. P. H., et al. (2018). The oral microbiota in colorectal cancer is distinctive and predictive. Gut, 67(8), 1454-1463. https://doi.org/10.1136/gutjnl-2017-314814.
  9. Haukioja, A. (2020). Probiotics and oral health. European Journal of Dentistry, 14(1), 29-36. https://doi.org/10.1055/s-0040-1702238.

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