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Estado nutricional de niños y adolescentes en el país

La situación de pobreza en Colombia ha llevado a que gran parte de la población no acceda a una canasta básica de alimentos y otros tantos vivan en inseguridad alimentaria. Sin descontar las muertes por desnutrición. El estudio ‘El estado de la situación nutricional de niños, niñas y adolescentes en los departamentos del país’, revela datos sorprendentes. ¿Qué dice?

Durante el año 2023, la situación alimentaria de la población colombiana vivió un serio deterioro tal como lo muestran las cifras arrojadas por el Hunger Map Live del Programa Mundial de Alimentos y las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) y el Instituto Nacional de Salud (INS).

De acuerdo con los reportes del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Colombia se encuentra entre los 21 países del mundo con mayor riesgo de inseguridad alimentaria basándose en dos criterios principales: la prevalencia, o tasa, de consumo insuficiente de alimentos y de hogares que recurren a estrategias de supervivencia relacionadas con la alimentación en situaciones de crisis.

En el país, a la fecha, hay 17.1 millones de colombianos que no consumen todos los días alimentos ricos en vitaminas y minerales como frutas y verduras y rara vez incluyen carnes o lácteos en su alimentación.

“Es así como 17.6 millones de colombianos deben recurrir a estrategias como reducir el tamaño de las porciones, saltarse tiempos de comida, bajar la calidad de los alimentos por falta de recursos —PMA, 2023—. Los informes del PMA señalaron que, al iniciar el año, 16 departamentos del país fueron considerados en alto riesgo o riesgo moderado, a mitad del año se presentó un aumento de 21 departamentos en situación de alto riesgo y en deterioro”, describe Sara Méndez París, gerente de la Alianza por la Nutrición de la Red de Bancos de Alimentos de Colombia.

A marzo de 2024, 10 departamentos están en alto riesgo de inseguridad alimentaria y deteriorándose, y el resto está en riesgo moderado, pero en deterioro. Igualmente, el reporte de muertes por desnutrición reportadas por el DANE muestra un aumento exponencial de los casos en los últimos cinco años.

La gravedad de esta situación llevó a la Alianza por la Nutrición Infantil, ‘Alimentando Sueños’, a crear en el año 2021 el Observatorio de Nutrición Infantil donde se consolidan los datos provenientes de fuentes oficiales de carácter nacional e internacional como una herramienta de apoyo para la formulación de instrumentos de planificación territorial y de política social basada en evidencia.

Los reportes del estudio: ‘El estado de la situación nutricional de niños, niñas y adolescentes en los departamentos del país’,son una de estas herramientas publicadas desde el observatorio con el fin de que puedan convertirse en un documento orientador para que los nuevos mandatarios locales electos puedan trabajar en mejorar la situación nutricional de la población de su territorio.

Principales resultados

En Colombia, 6,9 millones de personas tienen ingresos mensuales promedio de 198.000 mil pesos, lo que no les permite acceder a una canasta básica de alimentos. Y 15,5 millones de personas viven en inseguridad alimentaria moderada o grave.

Además, los departamentos con la mayor prevalencia son la Guajira, Sucre, Atlántico, Magdalena y Chocó. También se evidencia un aumento en las muertes por desnutrición: en 2022, Colombia cerró con la cifra más alta de muertes de la última década por esta causa, con 377 niños menores de 5 años fallecidos.

“Estos resultados forman parte del estudio en mención, que contó con el apoyo de la Alianza por la Nutrición infantil, una iniciativa liderada por la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO) y la Cámara de la Industria de Alimentos de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI)”, describe la doctora Méndez París.

El resumen general del estado de la situación nutricional de niños, niñas y adolescentes en los departamentos del país, presenta las siguientes conclusiones:

Crecimiento y distribución demográfica 

  • En Colombia, la población de niños, niñas y adolescentes en 2018 alcanzaba los 12.238.025 individuos; 3 de cada 10 personas eran menores de 18 años; según proyecciones del DANE para 2023, los menores de 18 eran 14.020.265, preservando la proporción de 3 por cada 10.
  • Los departamentos con mayor proporción de niños, niñas y adolescentes son: Vaupés, Guainía, Vichada y La Guajira, con porcentajes que superan el 40% del total de su población. 

Características de los hogares 

  • Según el DANE en 2022, la cantidad de hogares en Colombia alcanzó la cifra de 17.526.000, con un promedio de 2,95 personas por hogar, el 77,34% de estos se encuentran en áreas urbanas. 
  • El 14.9% de los hogares rurales disponen de gas natural frente al 84.3% en áreas urbanas.
  • El 97.8% de los hogares ubicados en zonas urbanas tienen servicio de acueducto frente al 58.6% de los situados en áreas rurales. 
  • El 93.2% de los hogares urbanos cuentan con alcantarillado, frente al 14.8% de los rurales.
  • El 98.4% de los hogares urbanos poseen servicio de recolección de basura frente al 29.8% de los rurales. 

Indicadores de pobreza monetaria y multidimensional

  • De acuerdo con la información del DANE, en 2021 en Colombia, la pobreza monetaria fue del 39,3% y la pobreza monetaria extrema del 12,2%. En el 2022, la pobreza monetaria disminuyó a 36,6% (-3,3 puntos porcentuales); sin embargo, la pobreza monetaria extrema experimentó un incremento, situándose en el 13,8% (1,6 puntos porcentuales). 
  • En 2022, la tasa nacional de pobreza multidimensional fue del 12,9%, reflejando una significativa reducción de 3,1 puntos porcentuales respecto a 2021. Esta disminución resultó evidente en las cabeceras del país, con un 8,7% (-2,8 puntos porcentuales), y en áreas rurales y centros poblados, con un 27,3% (-3,8 puntos porcentuales). 
  • La incidencia de pobreza multidimensional en el 2022 fue mayor que la media nacional (12.9%) en Vichada (75.4%), Vaupés (47.1%), Guainía (46.5%) La Guajira (42,9%), Chocó (36.8%), Amazonas (27.9%), Córdoba (26.9%), Guaviare (26.9%), Sucre (26%), Magdalena (23%), Arauca (22.6%), Putumayo (20.8%), Caquetá (19.6%), Bolívar (19.4%), Cesar (19.1%), Norte de Santander (18.5%), Cauca (18.3%), Nariño (17.6%), Huila (13.3%), y Casanare (13.3%).
  • La incidencia de la pobreza monetaria en el 2021 fue mayor a la media nacional (39.3%) en La Guajira (67,4%), Chocó (63,4%), Magdalena (61,1%), Córdoba (58,6%), Cauca (58,3%) Cesar (56.0%), Sucre (54.6%), Norte de Santander (52.5%), Bolívar (48.5%), Nariño (47.6%), Caquetá (44.8%), Huila (43.7%) y Tolima (43.2%) (No se cuentan con datos departamentales para el 2022). 

Salud y seguridad alimentaria 

  • Los departamentos con mayor prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave en el 2022 fueron La Guajira (59.7%), Sucre (47.9%), Atlántico (46.1%), Magdalena (45.3%) y Chocó (43.2%), Cesar (41.1%), Arauca (39.3%), Córdoba (38.9%), Nariño (37.1%), Vaupés (36.5%) y Bolívar (32.6%).
  • Según las Estadísticas Vitales de DANE, durante el año 2022, se registraron 377 fallecimientos de menores de 5 años, cifra que equivale a 10.01 defunciones por cada 100.000 niños y niñas en primera infancia y a 7,25 niños y niñas fallecidos cada semana.
  • Las tasas de mortalidad por deficiencias y anemias nutricionales en la primera infancia más altas en virtud del comportamiento de resultados del histórico de 10 años (2012- 2022pr) se registraron en: Vichada, Guainía, La Guajira, Chocó y Amazonas y las más bajas en San Andrés Providencia y Santa Catalina, Bogotá DC, Cundinamarca, Quindío y Caldas. 
  • Los departamentos, en los que la tasa de mortalidad por deficiencias y anemias nutricionales en la primera infancia, supera en todos los años (2012 – 2022pr) el valor de la tasa nacional, son: Cesar, Chocó, La Guajira, Magdalena, Amazonas, Guainía y Vichada. 

Calidad del agua 

  • En 2021, las muestras ‘sin riesgo’ disminuyeron al 70.53%, mientras que las que advertían algún riesgo aumentaron al 29.47%; de todas las muestras de ese año, el 7.91% se identificó como ‘inviable sanitariamente’. 
  • Conforme al Índice de Riesgo de Calidad del Agua (IRCA) 2021, los departamentos de Vaupés (39,15%) y Guainía (49,89%) presentaban riesgo alto en la calidad del agua. 
  • En las áreas urbanas de Guainía y Vaupés, el IRCA indicaba un riesgo alto con porcentajes de 49,89% y 39,15%, respectivamente. 
  • En el entorno rural, el IRCA indicó riesgo alto en los departamentos de La Guajira (41,21%), Nariño (51,31%) y Caldas (61,57 %). Cabe destacar que no existen registros disponibles para los departamentos de Chocó, Amazonas, Guainía, Guaviare y Vichada. 
  • Por otro lado, el IRCA rural se categorizó como ‘sin riesgo’ en los departamentos del Meta (0.24%), Quindío (0.82%), Santander (4.69%) y San Andrés, Providencia y Santa Catalina (4.74%). 

Recomendaciones

Estas orientaciones dirigidas a mandatarios, al Estado y a los profesionales de la salud se sustentan en la ruta de acciones sustentadas en la evidencia de la Alianza por la Nutrición infantil:

  1. Lograr que alcaldes y gobernadores desarrollen acciones encaminadas a mejorar la situación nutricional de la población.
  2. Acordar planes de trabajo para formar agentes de salud y comunitarios en los territorios con temas relacionados a nutrición.
  3. Contar las secretarías de salud con sistemas para registrar los casos de malnutrición infantil, de adolescentes y madres gestantes y lactantes.
  4. Disponer de un plan de trabajo intersectorial para dar respuesta a los caos detectados.
  5. Identificar las necesidades nutricionales del territorio para implementar un plan de abastecimiento local.
  6. Incrementar un 11% de los kilos recibidos por los bancos de alimentos de la región.
    Subir del 10% al 50% de empresas que donan al banco de alimentos de la región.
    Aumentar el 10% del número de familias atendidas por el banco de alimentos de la región.
  7. Realizar estudios locales o regionales sobre el reconocimiento, la protección y promoción del patrimonio agroalimentario familiar, comunitario, campesino y étnico.
  8. Mejorar el suministro de alimentos en situaciones de emergencia.
  9. Construir e implementar protocolos locales para atención de emergencias.
  10. Contar con bancos de alimentos en las ciudades entregando paquetes de transferencias en especie.
  11. Elaborar programas de acompañamiento a campesinos para mejorar sus prácticas agrícolas.
  12. Diseñar e implementar un programa de educación alimentaria y nutricional en el ámbito educativo, comunitario y laboral.
  13. Tener un plan de acción de conservación y cuidado del agua.
  14. Supervisar, por parte de las secretarías de salud, que las IPS y EPS den cumplimiento a las acciones definidas en las Rutas de Atención Integral en Salud (RIAS) para mujeres gestantes y lactantes, niños en primera infancia y adolescentes.
  15. Implementar y mejorar las salas amigas de la lactancia materna comunitarias y laborales.
  16. Definir las secretarías de salud una ruta de acción para la prevención de todas las formas de malnutrición en los departamentos.

Además, bajo el concepto de malnutrición por defecto —aquella que se caracteriza por el consumo de menos calorías y nutrientes para el requerimiento diario—, la nutrióloga Catalina Saldarriaga, máster en Educación Clínica y Nutrición Infantil, explica que esta se da, principalmente, por las condiciones de vida actual donde no hay tiempo para preparar alimentos de calidad, y se presenta en zonas de difícil acceso donde los niños no consumen lo que requieren para su crecimiento y la cual viene en aumento, siendo el año 2022 donde más muertes en menores de 5 años se presentaron por este motivo.

“Debemos tener algunas estrategias tanto de gobierno como individuales para evitar estas situaciones, la malnutrición por exceso nos va a llevar a que el niño tenga unas enfermedades crónicas no transmisibles, como si fueran adultos y esto va a sobrecargar el sistema de salud y disminuir los recursos para tratar otras enfermedades”.

Entre esas estrategias que debe tomar el Estado, se propone:

  • Mejorar la seguridad en carreteras, para que las cargas de alimentos lleguen a sus destinos.
  • Garantizar que haya disponibilidad de alimentos y facilidad para acceder a ellos.
  • Mejorar las condiciones sanitarias, que haya agua potable para que disminuyan las infecciones gastrointestinales y respiratorias.
  • Promover la educación en las áreas menos favorecidas, en temas cómo preparar alimentos y variar la alimentación.
  • Garantizar que con el consumo de alimentos se suplan las necesidades y requerimientos diarios, que sus materias primarias sean inocuas para la salud y tratar de disminuir la presencia de microorganismos; esto se logra con el acceso a agua potable.
  • Garantizar la variedad de alimentos y el desarrollo del mercado agroalimentario.
  • Ayudar a las empresas de alimentos para que mejoren su disponibilidad.
  • Fomentar la buena alimentación por medio de la educación y un estilo vida saludable.
  • Mejorar los servicios públicos.
  • Mejorar la calidad del suelo.
  • Promover y proteger el apoyo de la lactancia materna.

Llamado al personal de salud

Lo más importante es la educación, y allí el papel del personal de salud es fundamental para salvar vidas, ellos deben trabajar en captar familias con inseguridad alimentaria y hacer algún tipo de reporte para que —en conjunto con los tomadores de decisiones en salud y organismos estatales— contribuyan a mejorar la nutrición en el país y entiendan la alimentación como una forma de mantener y preservar la salud.

En el caso específico de los profesionales y del sector sanitario, es primordial saber que la salud y la nutrición están estrechamente vinculadas. Las personas afectadas por enfermedades pueden tener mayores necesidades nutricionales para combatir las infecciones de manera eficaz. La mala nutrición, sobre todo, durante la primera infancia (incluso durante la gestación), puede perjudicar el crecimiento del niño, impedir el desarrollo cognitivo y social y acrecentar la mortalidad infantil.

Los sistemas de salud son una plataforma crucial para la intervención en las acciones directas en nutrición, las cuales deben enfocarse en el ciclo de vida, pensando en las acciones a proveerse desde la concepción hasta la edad adulta mayor. Estas intervenciones enfatizan la ventana de oportunidad crítica desde la concepción hasta el segundo año del niño (los primeros mil días) a través de los servicios de cuidado prenatal, nacimiento y unidades pediátricas (donde el papel de los profesionales de salud es determinante), pasando por programas y políticas de servicios de salud para mejorar la nutrición.

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