Esta forma de alimentación ha ganado popularidad por la rápida pérdida de peso que se experimenta y los beneficios para el control del azúcar en sangre, pero recientes investigaciones revelan que podría estar poniendo la salud en peligro.
La dieta cetogénica, tan popular hoy en día en redes sociales y conocida por sus drásticos recortes en el consumo de carbohidratos y su enfoque en el aumento de grasas, ha sido aclamada como una solución rápida para la pérdida de peso.
Su popularidad ha crecido en los últimos años, tanto en el ámbito del fitness como en el de la salud, con miles de personas adoptándola en busca de un cuerpo más delgado o un mejor control de enfermedades como la diabetes tipo 2.
Sin embargo, los beneficios de esta dieta no están exentos de controversia. Hace poco, varias investigaciones han comenzado a arrojar luz sobre los posibles riesgos a largo plazo que este régimen extremo podría implicar: desde el aumento en la probabilidad de enfermedades cardiovasculares hasta un impacto en el envejecimiento y la aparición de ciertos tipos de cáncer.
¿En qué consiste?
La dieta cetogénica se basa en un concepto relativamente simple: reducir al mínimo el consumo de carbohidratos (por lo general menos de 50 gramos al día) para forzar al cuerpo a entrar en un estado metabólico llamado ‘cetosis’. En este estado, el cuerpo deja de utilizar la glucosa derivada de los carbohidratos como fuente primaria de energía y comienza a quemar grasas, convirtiéndolas en cetonas que sirven como combustible para el cerebro y otros órganos.
Esta dieta está compuesta por un alto porcentaje de grasas (más o menos el 70% de las calorías diarias), una cantidad moderada de proteínas (alrededor del 20%) y una ingesta muy baja de carbohidratos (cercano al 10%).
Una de las razones por las que ha ganado tantos seguidores es debido a sus resultados inmediatos en la pérdida de peso. Al reducir la ingesta de carbohidratos, el cuerpo pierde rápidamente peso en forma de agua y grasa. Además, estudios sugieren que la dieta puede ayudar a mejorar los niveles de glucosa en sangre y la sensibilidad a la insulina, lo que la convierte en una opción atractiva para quienes padecen de diabetes tipo 2 o están en riesgo de desarrollar esta enfermedad.
¿Un peligro para la salud?
La comunidad científica está dividida en cuanto a la seguridad y efectividad a largo plazo de la dieta cetogénica. Mientras que algunos expertos creen que puede ser una herramienta útil en circunstancias controladas y específicas, otros son más cautelosos sobre su adopción generalizada para la pérdida de peso. Nutricionistas y cardiólogos destacan que cualquier plan alimenticio que implique una restricción tan drástica de un grupo de alimentos debería ser evaluado y supervisado por un profesional de la salud.
Por este motivo, la Asociación Americana del Corazón (AHA) lanzó su informe en el que clasificó a esta dieta como una de las menos saludables. Y es que, aunque muchas personas siguen la dieta cetogénica para perder peso rápidamente o controlar los niveles de azúcar en la sangre, existen preocupaciones importantes sobre su impacto en la salud a largo plazo. Se trata de un régimen que limita el consumo de carbohidratos saludables, como los cereales integrales, las frutas y verduras, lo que reduce la ingesta de fitoquímicos y fibra, esenciales para el organismo.
En la actualidad, no hay estudios concluyentes que analicen los efectos a largo plazo de la dieta, pero algunos expertos como Kristina Petersen, profesora de ciencias de la nutrición en la Universidad Tecnológica de Texas (Estados Unidos) y quien colaboró con el informe de la AHA afirma en el portal de National Geographic: “Basándonos en lo que sabemos sobre esta dieta, los alimentos que se incluyen y se enfatizan, los alimentos que se limitan, especulamos que estaría asociada con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, y sabemos que en los estudios a corto plazo realizados con la dieta cetogénica las personas presentan elevaciones de los niveles de colesterol en sangre, que es un factor de riesgo clave”.
Así mismo, Petersen destaca que los cereales integrales ayudan a reducir el colesterol en sangre y que las frutas y verduras son esenciales para controlar la presión arterial, ambos factores primordiales para reducir el riesgo cardiovascular. Además, la falta de fibra al eliminar estos alimentos podría aumentar la amenaza de ciertos tipos de cáncer y tener un impacto negativo en el control del colesterol.
¿Funciona para los diabéticos?
En cuanto a las personas diabéticas, aunque algunos optan por la dieta cetogénica con la esperanza de mejorar sus niveles de azúcar en sangre, la AHA advierte que este enfoque podría elevar el colesterol LDL, lo que incrementa la posibilidad de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Por ello, es determinante tener en cuenta que la desinformación sobre la nutrición es un problema, ya que muchas personas no comprenden bien cómo este tipo de dietas pueden influir en su salud.
Según el informe de la AHA, seguir patrones dietéticos populares sin orientación adecuada puede llevar a hábitos alimenticios poco saludables y hay otras maneras más sanas de conseguir algunos objetivos, sin caer en estos patrones que ponen en riesgo la salud. No obstante, la recomendación de los especialistas es que, si una persona decide empezar una dieta de este tipo, siempre consulte con profesionales de la salud, quienes le indicarán qué es lo mejor según su caso.
Referencias
https://www.ahajournals.org/doi/epdf/10.1161/CIR.0000000000001040