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¿Cómo afecta el azúcar al cerebro?

Descubre su impacto y previene los riesgos.

La glucosa es la principal fuente de energía del cerebro y, por ello, los sistemas homeostáticos están diseñados para mantener unos niveles normales, pero su exceso causa problemas.

Fotos © 2025 - SHUTTERSTOCKPHOTS

El lado dulce y peligroso del azúcar en el cerebro

Para algunas personas resulta muy difícil decir ‘no’ cuando tienen en frente una torta de chocolate pues para el organismo significa una sensación de felicidad y energía.  El problema está en que, poco a poco, el cerebro va a preferir estos alimentos por encima de otros y su consumo en exceso puede generar daños irreversibles, alterando la plasticidad neuronal y aumentando el riesgo de enfermedades como la diabetes, el Alzheimer y la demencia. Según estudios de la Sociedad Alemana de Neurología (DGN) y la Fundación Alemana del Cerebro, el abuso del azúcar no solo afecta la salud metabólica, sino que también deteriora la función cognitiva y el sistema nervioso central. 

Entonces, ¿Por qué el cerebro busca más azúcar?

Es claro que el azúcar es vital para el buen funcionamiento cerebral, es su combustible primordial, y funciones como el pensamiento, la memoria y el aprendizaje están estrechamente relacionadas con los niveles de glucosa en sangre y con la eficiencia con la que el cerebro utiliza esta fuente de energía, señalan expertos de Harvard Medical School
Si no hay suficiente glucosa, no se producen neurotransmisores, que son los mensajeros químicos del cerebro, por ende, la comunicación entre neuronas se interrumpe.  

Además, la hipoglucemia, una complicación común de la diabetes causada por niveles bajos de glucosa en la sangre, puede provocar la pérdida de energía para la función cerebral y está relacionada con una mala atención y función cognitiva. Pero, en el otro lado de la balanza, está el exceso de esta fuente de energía. Investigadores del Instituto Max Planck de Investigación del Metabolismo, en Colonia (Alemania), en colaboración con la Universidad de Yale, demostraron que el consumo de alimentos con un alto contenido de grasa y azúcares, incluso en pequeñas cantidades, modifican el cerebro, promoviendo la preferencia de este tipo de alimentos.

Datos clave sobre el azúcar y el cerebro:

La tentación es difícil de evitar, pero se puede

El grupo de investigación alemán, liderado por el doctor Marc Tittgemeyer lo comprobó con pacientes que comieron un pudín con un alto contenido de azúcar y grasa todos los días durante ocho semanas y luego mostraron un efecto gratificante más fuerte frente a este tipo de alimentos, en relación con aquellos que comieron una cantidad significativamente menor.
Es por ello, entre otras cosas, que a algunas personas les cuesta mucho decir que no a un dulce, porque el cerebro aprende esta preferencia, se reconfigura, comenta la doctora Sharmili Edwin Thanarajah, otra de las investigadoras destacadas del estudio. 
En esta misma línea podemos ver cómo esta fuente principal de energía, en estados de elevación va produciendo daños en el cerebro de forma crónica, alteraciones como disminución del autocontrol, desórdenes alimenticios, afectación de la memoria y la concentración, y bajo desempeño cognitivo, refiere la doctora Lucía Correa de Ruiz, nutricionista dietista colombiana.  
En el caso de pacientes con diabetes, presentan “mayor riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer, pues los niveles altos de glucosa aumentan la producción de beta amiloide, el componente de las placas encontradas en esta enfermedad. La hiperglucemia crónica también altera (estrecha) los vasos sanguíneos cerebrales lo que incrementa el riesgo de la demencia vascular. De igual forma, produce inflamación del tejido nervioso y disminución del factor neurotrófico derivado del cerebro, lo que incide en la disminución de la memoria y de la atención”, explica el doctor Iván Darío Escobar, médico endocrinólogo colombiano. 
La clave de todo está en la moderación, o como dice el doctor Frank Erbguth, presidente de la Fundación Alemana del Cerebro, en la cantidad. “Por supuesto, la dosis es la que hace el veneno, ya que el cerebro, como fuente de energía del cuerpo, necesita glucosa para funcionar”, afirma. 

Cifras que impactan

Se pronostica que la esperanza de vida se seguirá ampliando con un promedio de 4.6 años entre 2022 y 2050.
Las enfermedades cardiacas, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y el Alzheimer figuran entre las 10 principales causas de muerte en el mundo.
Según el Ministerio de salud, el azúcar no debe superar entre el 6% y el 10% del consumo calórico total diario. (Máximo 200 calorías en una dieta de 2.000 calorías)  

Consejos para una salud general óptima y, por supuesto, ¡a cuidar el cerebro!

Mejorar los hábitos alimenticios llevando una dieta balanceada y evitar sustancias nocivas como la nicotina, el alcohol y por supuesto, el exceso de azúcar. 

Hacer ejercicio regularmente, ya que estimula la neurogénesis (generación de nuevas neuronas) e incrementa la neuroplasticidad (conexiones interneuronales). Además, reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas y mejora el funcionamiento del cerebro.

Dormir bien, controlar es estrés y tener una estimulación cognitiva constante son claves para el buen funcionamiento cerebral.  

Bibliografia

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https://www.cell.com/cell-metabolism/fulltext/S1550-4131(23)00466-7 
Cell Metabolism. (2023). Habitual daily intake of a sweet and fatty snack modulates reward processing in humans. Consultado en:
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https://www.sf.mpg.de/2078394/How-does-sugar-influence-our-brain 
Ministerio de Salud y Protección Social. Colombia. El azúcar en la alimentación, evitemos los excesos. (2013). Consultado en:
https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/PP/SNA/azucar-en-alimentacion.pdf 
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https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35879409/ 

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