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¿Faltan políticas para reducir el impacto de la obesidad en Colombia?

La obesidad es una de las principales problemáticas de salud pública a nivel mundial. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo una de cada ocho personas es obesa. En las últimas 3 décadas se ha duplicado en los adultos y se ha cuadriplicado en los adolescentes.

Aunque los datos más recientes datan del 2015, los números son alarmantes. La Encuesta Nacional de Situación Nutricional (Ensin 2015), la más reciente que se ha hecho, indicaba en su momento que el 56,4% de la población presentaba problemas con su peso, es decir, uno de cada tres jóvenes y adultos tenía sobrepeso (37,7%), mientras que uno de cada cinco era obeso (18,7%) y en la población infantil, casi el 25% sufría de exceso de peso.

Sin embargo, una investigación publicada por The Lancet acerca del sobrepeso y la obesidad (1990-2022), coloca a Colombia en el puesto 63 en prevalencia de obesidad en niñas (12%) y en el 116, en niños (9%).

A pesar de que estaba prevista una nueva encuesta en 2020 – 2021 la pandemia COVID–19 no permitió ni siquiera programarla. “Pasada la pandemia, de todos modos, no hemos visto que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) esté promoviendo la realización de una nueva Ensin, la cual es urgente dado que, de los resultados, se valora la situación del país en diferentes aspectos de nutrición”, indica el doctor Iván Darío Escobar, médico endocrinólogo.

La realidad de Colombia es más que preocupante. Se conoce la problemática, se cuenta con la ‘Guía de Práctica Clínica (GPC) para la prevención, diagnóstico y tratamiento del sobrepeso y la obesidad en adultos’ (2016), y se tiene la Ley 1355 de 2009 que define la obesidad como una prioridad de salud pública y las enfermedades crónicas no transmisibles asociadas a esta.

También está la participación del estado a través de los Ministerios de Salud y Protección social, Cultura, Educación, Deporte, entre otros. A esta participación se suma el ICBF para promover políticas de seguridad alimentaria que buscan favorecer ambientes saludables y seguros, aun así, no se implementa de forma rigurosa y mucho menos actualizada para su manejo y prevención.

“En tanto, la problemática continúa y crece. La guía, por ejemplo, tuvo su vigencia para el momento en que se elaboró (y quizás para unos pocos años más), pero ha habido un avance en la parte farmacológica, bastante importante, lo que hace necesaria una actualización al respecto”, considera el doctor Escobar.

Además, un estudio de la Universidad Nacional y publicado en su revista científica, indica que sí hay iniciativas de acción política (IAP), sin embargo, señala que el gobierno necesita comprometerse más con la implementación de medidas regulatorias que permitan mejorar los hábitos alimentarios.

Por otra parte, en 2023, la Corte Constitucional también instó al gobierno a actuar frente a esta problemática, considerando que faltan acciones concretas y es primordial “reglamentar y promover políticas públicas” enfocadas en mejorar la vida de los ciudadanos, para reducir las cifras alarmantes de obesidad y sus consecuencias, buscando igualmente un impacto positivo en la economía nacional a través de la disminución de los gastos en tratamientos y atención médica.

“Vemos los daños y consecuencias, pero no estamos haciendo mayor cosa por prevenir y mejorar la situación de sobrepeso y obesidad de las personas. Es más, pareciera que la sociedad de consumo se complaciera con la obesidad, pues se ‘nutre’ económicamente de ella”, comenta el doctor Escobar.

Como hemos mencionado, Colombia tiene normativas, pero ha fallado en su implementación rigurosa, y en otros casos ha avanzado, aunque no son soluciones determinantes aún.

Uno de los avances más destacados es la Resolución 2492 de 2022 que regula el etiquetado de alimentos como parte de la Ley 2120 de 2021 (modifica la 810 de 2021).

Si bien esta medida ha demostrado ser efectiva para que la población “sepa lo que va a comprar y a consumir” los expertos consideran que es insuficiente frente a la magnitud del problema.

Gremios científicos, como la Asociación Colombiana de Obesidad y Cirugía Bariátrica (Acobib), la Fundación Colombiana de Obesidad (Funcobes) y la Asociación Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo, han declarado que la obesidad es una emergencia médica multifactorial y son múltiples los factores que inciden para que se presente, por ejemplo: Genéticos, endocrinos, neurológicos, psicológicos, fisiológicos y psicosociales. A esto se le suma la comercialización masiva de alimentos ultraprocesados, bebidas azucaradas y altos niveles de sedentarismo que contribuyen al problema.

Por eso, la invitación es a actuar ya.“Llegó el momento de activar el código azul: ¡Es una gran emergencia médica!”, argumenta el doctor Escobar, así, con signos de exclamación, porque considera urgente resaltar lo grave del asunto.

En ese sentido, en 2023, la OMS publicó el documento WHO acceleration plan to stop obesity, con miras a estimular y apoyar la adopción de medidas multisectoriales a nivel nacional en el mundo, a partir de políticas exitosas y basadas en la ciencia. Allí incluye un ‘paquete técnico’ que sugiere medidas estructurales, fiscales y normativas destinadas a crear entornos alimentarios saludables que conviertan los alimentos más sanos en una opción disponible, accesible y deseable, e invita a disponer de espacios sanos para la actividad física y medidas de educación y sensibilización públicas.

La Comisión sobre Obesidad clínica publicó el pasado 15 de enero en The Lancet Diabetes and Endocrinology una nueva definición y criterios de diagnóstico de la obesidad clínica:

  • Obesidad preclínica: Una condición de exceso de adiposidad sin disfunción orgánica actual ni limitaciones en las actividades diarias, pero con un mayor riesgo futuro para la salud.
  • Obesidad clínica: Una enfermedad sistémica crónica causada directamente por el exceso de adiposidad

De igual forma, considera que conocer el IMC es limitado para saber la realidad de las personas obesas, y sugiere utilizar otras medidas del tamaño corporal (circunferencia de la cintura, índice cintura-cadera o índice cintura-altura), además del IMC, para definir el estado de obesidad.

La implementación de este nuevo marco de diagnóstico debería abrir las puertas a un manejo más accesible y efectivo de la obesidad. Las políticas existentes para el acceso a la atención (es decir, cirugía o medicación) son inadecuadas y deberían actualizarse para priorizar de manera rentable a las personas que más necesitan estas intervenciones.

Para aquellos clasificados como que viven con obesidad preclínica, la mitigación del riesgo será una prioridad clave. Las personas con menores riesgos podrían ser tratadas principalmente a través de cambios en el estilo de vida; sin embargo, se necesita más trabajo para identificar a aquellos con mayor riesgo que podrían requerir intervención médica.

Para empezar, los datos epidemiológicos actuales sobre la prevalencia de la obesidad, que se basan únicamente en el IMC, deben actualizarse e incluir un panorama más completo del estado de salud del individuo y enfocarse en las necesidades únicas de la cada persona.

Para la prevención de enfermedades como la obesidad y la diabetes, el doctor Iván Darío Escobar sugiere:

Hacer una extensa promoción de la actividad física, de la mano de los Ministerios del Deporte y Salud, y de organizaciones como la Red Colombiana de Actividad Física (Redcolaf).

Promover una alimentación saludable a través del consumo de productos naturales, cocinando en casa, y evitando productos ultraprocesados (paquetes, cereales de caja, bebidas azucaradas).

Educar a la población sobre los beneficios de un ‘buen dormir’ (higiene del sueño) y de un bienestar emocional psicológico y social que contribuya a una adecuada salud mental (manejo del estrés, la ansiedad y la depresión).

Promover más los programas de escuelas saludables, y de tiendas y restaurantes escolares saludables

Elaborar e implementar nuevas guías de diabetes y de obesidad, las cuales no solo estén diseñadas para tratamiento, sino también para prevención.

Crear una cátedra desde la escuela y en bachillerato sobre conductas de vida saludable, que incluya educación y prácticas de huertas escolares.

Mejorar el etiquetado de los productos que se consumen, que señalen de forma idónea la cantidad de calorías y los riesgos para la salud.

Mantener los impuestos ya instaurados a las bebidas azucaradas y aplicar nuevos a productos ultraprocesados, que tengan mayor impacto sobre la salud.

Los médicos pueden orientar a sus pacientes para adquirir estilos de vida saludable y para conocer su Índice de Masa Corporal (IMC), que se calcula al dividir el peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de la estatura en metros, el cual brinda una orientación sobre la realidad de su peso. Así:

IMC menor a 18,5. Se encuentra en el rango de peso insuficiente.

IMC entre 18.5 y 24.9. Rango de peso normal o saludable.

IMC entre 25,0 y 29,9. Sobrepeso.

IMC de 30 o superior. Rango de obesidad y entre mayor sea, riesgo de sufrir obesidad mórbida, que es muy peligrosa. 

Atlas mundial de la obesidad. (2023). Consultado en:
https://www.worldobesity.org/resources/resource-library/world-obesity-atlas-2023

Genetics and obesity. Consultado en:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK573068

Guía de Práctica Clínica (GPC) para la prevención, diagnóstico y tratamiento del sobrepeso y la obesidad en adultos (Sistema General de Seguridad Social en Salud – Colombia. (2016). Guía para Profesionales de la Salud No. 52. . Consultado en:
https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/DE/CA/gpc-completa-sobrepeso-obesidad-adultos.pdf

Iniciativas de acción de política contra la obesidad en Colombia: una revisión de la literatura a partir de la metodología del marco NOURISHING. (2022). Universidad Nacional. Revista Facultad de Medicina., vol.70. Consultado en:
https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/article/view/90282

Ley 1355 de 2009. Consultado en:
https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=37604

Ministerio de Salud y Protección Social. Obesidad infantil, una amenaza silenciosa. (2019). Consultado en: https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/DE/PES/resumen-politica-obesidad-infantil-amenaza-silenciosa.pdf

OMS. Plan de aceleración para frenar la obesidad. (2023). Consultado en:
https://www.who.int/publications/i/item/9789240075634

OPS. (2024). Más que una cuestión de peso. Consultado en:
https://www.paho.org/es/noticias/7-3-2024-mas-que-cuestion-peso

The Lancet. (2024). Worldwide trends in underweight and obesity from 1990 to 2022: a pooled analysis of 3663 population-representative studies with 222 million children, adolescents, and adults. Consultado en:
https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(23)02750-2/fulltext

The Lancet. (2025). Redefining obesity: advancing care for better lives. Consultado en: https://www.thelancet.com/journals/landia/article/PIIS2213-8587(25)00004-X/fulltext

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