Según la Asociación Americana del Corazón (AHA), las mujeres no deberían consumir más de seis pequeñas cucharadas de azúcar al día y los hombres no más de nueve.
Terminó la temporada de fiestas, reuniones y nuevos propósitos y los excesos en comidas y bebidas, pero ¿qué le pasa a nuestro cuerpo cuando no medimos el consumo de azúcar o grasas? Lamentablemente, se absorben estas sustancias lo que aumenta bruscamente la glucosa en la sangre y libera insulina en grandes cantidades, lo que estimula el almacenamiento de grasas. De allí, su relación con el sobrepeso, lo que además propicia la hipertensión.
La mayor amenaza, la diabetes
El consumo excesivo de azúcar es una de las principales razones de fallo cardiaco, mencionan médicos consultados, ya que ataca a los vasos sanguíneos que aportan oxígeno al corazón. Esto favorece la aparición de la hipertensión arterial e hipertrofia cardíaca, cuyo resultado en promedio será que una de cada tres personas con este problema sufra de insuficiencia cardíaca.
Estos datos han llevado a que diversas instituciones científicas hayan declarado a la diabetes como uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. En la actualidad, se la considera como una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares, incluso más grave que fumar o tener la presión arterial y el colesterol elevados.
La Dra. Irina Arias, Directora Médica de Merck para Colombia & Ecuador, compañía líder en ciencia y tecnología en el cuidado de la salud, ciencias de la vida y materiales electrónicos, comenta que “las enfermedades cardiacas ocasionadas por una mala alimentación y estilo de vida son prevenibles. Aunque resulta difícil eliminar por completo el azúcar de la dieta diaria, aún más durante Navidad y Año Nuevo. Por ello, hay que procurar consumir alimentos que contengan azúcar natural, como frutas y verduras. Además, es importante realizarse chequeos de rutina para revisar los niveles de glucosa en la sangre y así prevenir la aparición de la diabetes, ya que esta se puede evitar en su etapa inicial”.
Siempre es bueno llevar un estilo de vida saludable, sin dejar de disfrutar de momentos especiales con familia y amigos. Por esta razón, te dejamos algunos tips y alternativas para unas fechas felices y saludable.
- Cocine diferente, pero rico: alternativas al horno o al vapor son excelentes para evitar el consumo de aceite en sus platos. Utilice carnes magras como el pavo o pollo; también puede salirse de lo tradicional y cocinar alimentos del mar. No olvide acompañar las proteínas con una guarnición de vegetales, sopas o cremas. Por último, pero primordial, tomar mucha agua.
- Evite los excesos y equilibre su alimentación: en las reuniones siempre estamos rodeados de comida que nos encanta, por lo que, en estas situaciones será importante procurar comer con moderación y no dejarse llevar por la emoción. De igual manera, intente balancear sus otras comidas con alimentos bajos en calorías y azúcares, para mantenerse sano y libre de excesos.
- No se salte las comidas: saltarse las comidas puede parecer la mejor forma de reducir calorías, pero no es así, puede ser perjudicial para la salud. Llegar con hambre lo puede llevar a comer en exceso y, aún peor, beber con el estómago vacío puede aumentar los niveles de alcohol en el cuerpo más rápido. Coma equilibrado durante el día.
- Manténgase activo: cualquiera que sea la época del año, debe incluir por lo menos 30 minutos de actividad física dentro de su rutina diaria. Si no tiene tiempo, opte por caminatas. Está comprobado que el ejercicio ayuda a aliviar el estrés y tener buen humor.
- Descanse en la noche: si bien las fiestas pueden acortar sus jornadas de sueño, la importancia de dormir lo suficiente también debe darse en fechas especiales. Varios estudios demuestran que las personas que no logran descansar de siete a nueve horas tienen un mayor riesgo de sufrir de obesidad. Esto se relaciona principalmente con niveles más bajos de energía, desequilibrios hormonales y reducciones del metabolismo.
- Está bien decir «no»: en lugar de comer en exceso, diga ‘no’ cuando sea necesario y también puede fijar nuevas metas de salud.