Una reciente investigación encontró los beneficios que pueden tener estos animales en los niños con autismo al ayudar a disminuir su ansiedad.
La investigación hecha en la Universidad de Missouri (Estados Unidos), analizó a familias con niños entre los 6 y 14 años con autismo, los cuáles fueron contactados por medio del Centro Thompson de Autismo y Trastornos del Neurodesarrollo. Estos niños fueron monitoreados luego de adoptar a un gato como mascota, teniendo en cuenta factores como el temperamento de los animales para que estos fueran tranquilos y acordes para las familias.
Si bien es cierto que numerosos estudios hacen énfasis en los beneficios que tienen los perros, con esta investigación se encontró que, contrario a lo que muchas personas creen, los gatos también son una excelente compañía para los niños con este tipo de condiciones.
Así, los investigadores encontraron que los gatos ayudan a aumentar la empatía y disminuir la ansiedad en los niños. «Si una familia está considerando adoptar un animal de compañía, queremos proporcionar la mejor información posible basada en evidencia para que puedan tomar una decisión informada. De hecho, los gatos podrían ser más beneficiosos que los perros para algunas familias», explicó Gretchen Carlisle, autora principal de la investigación.
Un vínculo fuerte
Con la llegada de los gatos al hogar de las familias estudiadas, se encontró que hubo un vínculo rápido entre el niño autista y la mascota y, además, que esta estrecha relación se mantuvo a lo largo del tiempo, haciendo que los momentos de ansiedad disminuyeran notablemente.
La investigación también dejó ver la importancia de que los niños puedan crecer con un animal de compañía, pues el vínculo que crean puede tener numerosos beneficios para su crecimiento personal. «Descubrimos que el principal beneficio de los gatos es su aceptación incondicional por parte de los niños. Algunos niños con autismo pueden tener problemas sensoriales o ser sensibles a ruidos fuertes, por lo que un gato puede ser una mascota apropiada y reconfortante para las familias debido a su presencia tranquilizadora», dijo la investigadora.
Así mismo, los autores del estudio encontraron que la ansiedad por separación, el acoso y la hiperactividad de los niños disminuyeron durante el período que estuvieron con los gatos y mostraron más empatía después de adoptar a la mascota. Gracias a los cambios positivos que tuvieron los niños, la mayoría de las familias participaron en el estudio conservaron a las mascotas.