Tras un 2022 en el que pasar tiempo en casa se convirtió en tendencia, el interiorismo emocional cobra cada vez más relevancia.
La sociedad es consciente de la importancia de la salud mental, lo que supone que cada vez más esté presente en los debates de opinión y que las distintas formas de abordarla estén a la orden del día.
En ese sentido, se evidencia cómo van cobrando más protagonismo las técnicas para tratarla como son la terapia, ejercicios con expertos o psicólogos especializados y el interiorismo emocional, entendido este último concepto como la adaptación de los espacios y su decoración a la psicología y las emociones humanas. Cuidar la salud mental es clave, especialmente, en un contexto en que las nuevas modalidades de trabajo hacen que las personas pasen una gran cantidad de tiempo en casa, como se evidencia en los datos mostrados a continuación.
Con cifras del 2021 de la Organización Panamericana de la Salud, después de la pandemia los estudios muestran altas tasas de depresión y ansiedad, entre otros síntomas psicológicos, especialmente entre las mujeres y los jóvenes. Mientras que un estudio de Ipsos Global Advisor para el World Economic Forum, encontró que un año después del inicio de la pandemia, un promedio del 45% de los adultos de 30 países encuestados informaron que su salud emocional y mental se había deteriorado.
Elementos con los que convivimos a diario, como son el tráfico, la contaminación lumínica o la conciliación de la vida familiar, pueden alterar considerablemente nuestra tranquilidad. A esto se suma el estilo de vida acelerado y exigente que identifica la sociedad actual.
Y, precisamente, si hay algo que nos acompaña a diario donde sea que estemos es el diseño. Hay muchos tipos de diseño, e incluso diferentes estilos de diseño de espacios, pero en nuestro hogar o puesto de trabajo prima la importancia del diseño de interiores, pues es donde pasamos más horas y debemos convivir con él. Esther Rico, profesora del Máster de Diseño de Interiores de la Escuela Superior de Diseño de Barcelona Esdesign, señala algunos aspectos clave a tener en cuenta para facilitar el bienestar psíquico a la hora de organizar y decorar los espacios de estudio, trabajo, relajación o esparcimiento.
“Entre los principios básicos para que una persona cuente con un entorno saludable está, como hemos mencionado, respirar aire sin contaminantes. También tener acceso a agua limpia y sin contaminar. Además, tiene que contar, tanto en su vivienda como en su lugar de estudio y trabajo con un ambiente libre de elementos tóxicos”, indica.
Además, según la experta, para tener un ambiente saludable, los espacios deben tener unos niveles de temperatura y humedad adecuados y más que nada deben estar limpios, lo que evita que las personas estén expuestas a productos químicos y suciedad. “Un ejemplo de un entorno saludable, es un espacio construido siguiendo unos criterios de respeto con el medio ambiente, este equilibrio general con el ecosistema, hará que la salud física y mental del sujeto sean adecuadas para su bienestar”, agrega Esther.
Una concepción que permite ser implementada a bajo coste, por lo que es accesible para todos los presupuestos. A veces basta con que la acomodación de los elementos como muebles, plantas, cortinas, esté organizada de la manera más óptima y armónica posible, que no genere obstrucciones, desorden o que impidan que fluya la tranquilidad en el lugar.
Finalmente, la salud mental, puede apoyarse también de otro tipo de acciones como realizar ejercicio, tener una alimentación balanceada, un adecuado equilibrio vida-trabajo y tiempos de esparcimiento de calidad, que ayudan en conjunto con el diseño de interiores, a mantener una buena salud mental.