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El etiquetado de medicamentos sí cuenta

El 27% en los errores de medicación son causados por problemas de etiquetado y empaque, prevenirlos gana relevancia. Estudio plantea el impacto de las marquillas en los medicamentos genéricos inyectables; mientras la OMS le apuesta a la “Medicación sin daño”, para implementar estrategias efectivas que reduzcan inconvenientes para el personal médico.
Entidades y empresas consideran cada vez más la necesidad de implementar de manera urgente tácticas eficaces para reducir los daños relacionados con la medicación en áreas de riesgo clave. La iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para mejorar la seguridad en el uso de los medicamentos y evitar errores en la medicación, ya sea en la prescripción, en la dispensación, en la administración, es un reto para el sector salud y, específicamente, para el cuidado del paciente.

Las prácticas de medicación poco seguras y los errores en la misma están entre las principales causas de lesiones y daños evitables en los sistemas de atención de salud en todo el mundo. A nivel mundial, el costo asociado se estima en US$ 42.000 millones anuales.

Los errores pueden producirse en diferentes etapas del proceso de uso de la medicación, ocurren cuando las deficiencias de los sistemas de medicación y factores humanos (fatiga, malas condiciones ambientales, escasez de personal, etc.) afectan las prácticas de prescripción, transcripción, dispensación, administración y control, lo que puede provocar daños graves, discapacidad e incluso la muerte.

Como respuesta a este hecho, la OMS ha determinado que la Medicación sin daño es el tema del tercer Reto Mundial por la Seguridad del Paciente. El objetivo de la OMS es lograr la participación y el compromiso generalizados de los Estados Miembros de la OMS y los organismos profesionales de todo el mundo para reducir los daños supeditados a la medicación.

Con la “Medicación sin daño”, la OMS tiene el objetivo de reducir el 50% de los daños graves que se deben evitar relacionados con la medicación en todo el mundo para los próximos cinco años con el propósito de utilizar en forma racional los medicamentos y hacer conscientes tanto a los profesionales como a los propios usuarios cuando utilizan un medicamento y frenar el desperdicio y, ante todo prevenir las fallas y las contraindicaciones en su uso.

Además, la Organización aboga para que se empodere a los pacientes y que estos sean expertos que se ayudan, que son solidarios, que se complementan y que se cuentan cómo les ha ido con su tratamiento, con sus medicamentos y qué precauciones deben tenerse para que no haya errores.

“El etiquetado de medicamentos es realmente crucial en los sistemas de salud, en particular para la seguridad de los pacientes, y también para la eficiencia del sistema de salud. Se podría decir que el etiquetado ofrece una identificación precisa y orienta al usuario, le detalla la información sobre el medicamento, especialmente valiosa para todas las enfermedades crónicas. Y hoy los usuarios son expertos, son usuarios son inteligentes, esto le permite a los pacientes y a los profesionales identificar correctamente un medicamento y usarlo en una forma segura. El etiquetado tiene la bondad de prevenir errores”, confirma Juan Eduardo Guerrero Espinel, médico cirujano general, magíster en salud pública y especialista en gestión de sistemas de servicios de salud, y actual presidente de la Junta directiva de la Asociación Colombiana de Salud Pública.

En el marco estratégico del Reto Mundial por la Seguridad del Paciente se describen los cuatro ámbitos del Reto: los pacientes y el público, los profesionales sanitarios, los medicamentos y los sistemas y las prácticas de medicación.

La herramienta se centra en cinco momentos determinantes, en los que la acción del paciente o del cuidador puede reducir el riesgo de daño ligado al uso de la medicación. Esta herramienta tiene por objeto implicar y capacitar al paciente para que participe en su propia atención. Debería utilizarse en colaboración con los profesionales de la salud, pero siempre tendría que estar en manos de los pacientes, sus familiares o cuidadores:

  1. Antes de comenzar a tomar un medicamento, los pacientes y los profesionales deben conversar y evaluar bien si el medicamento es apropiado para el paciente en función de su historial médico, evitar al máximo las posibles alergias y otro tipo de contradicciones.
  2. Es importante cuando se toma el medicamento verificar la dosis correcta que tiene que tomarse y el momento en que debe tomarse.
  3. Es relevante tener en cuenta la interacción entre medicamentos cuando se añade otro medicamento.
  4. Ser consciente de la periodicidad, de la dosis.
  5. La conexión médico-paciente en el uso de medicamentos es primordial. Enfermeras, químicos, farmacéuticos, son actores fundamentales dentro de los equipos de salud para la adherencia al tratamiento.

Además de las herramientas en papel, existe una aplicación móvil para que la utilicen los pacientes, sus familiares y cuidadores. La aplicación puede descargarse a través de los enlaces siguientes, en función del sistema operativo de su dispositivo: WHO medsafe. También se puede consultar en: patientsafety@who.int.
“En resumen, el etiquetado de medicamentos es una herramienta esencial para garantizar la seguridad, la eficacia y la confianza del uso de los medicamentos en un sistema de salud. Se convierte en un mensaje conector entre los profesionales y los pacientes, ayuda a construir confianza sobre la calidad y el uso de los medicamentos y advertir posibles contraindicaciones. Lo que hemos aprendido del etiquetado desde que este nos da la denominación genérica y distintiva del medicamento y cuál es el principio activo o la sustancia principal, en algunos casos también incluye una denominación distintiva, básicamente del medicamento genérico. Y esto es valioso porque los usuarios aprenden a entender que hay medicamentos que tienen diferentes nombres comerciales, pero que su principio activo es el mismo. Y eso tiene una diferencia interesante para que los sistemas de salud sepan qué comprar, cuál es el precio, qué privilegian para poder ahorrar recursos y tener eficiencia. Además, los usuarios, pueden tomar la decisión de comprar el medicamento que más se acomode a su bolsillo”, complementa el médico Guerrero.

ESTUDIO DE REFERENCIA

Profesionales asociados a la Universidad de Guadalajara de México, la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, la Asociación Colombiana de Farmacovigilancia y la Red Latinoamericana de Ergonomía y Factores Humanos en Sistemas de Salud (RELAESA), están desarrollando un estudio cuyo fin es descubrir el impacto que tiene el cambio del etiquetado en medicamentos genéricos inyectables.

El diseño de las etiquetas a analizar, fue realizado por el Laboratorio Vitalis que modificó el modelo usual del etiquetado de los medicamentos inyectables, incluyendo cambios sensibles como la diferenciación de colores entre productos y concentraciones, mejoras en la legibilidad de los textos, uso de mayúsculas resaltadas en diferentes lugares del nombre del medicamento, eliminación de abreviaturas peligrosas, entre otros aspectos, además de incorporar recomendaciones de seguridad de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), la Red Internacional de Seguridad de los Medicamentos (IMSN, por sus siglas en inglés) y del Instituto de Prácticas Seguras de Medicamentos (ISMP, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con la doctora Luz Adriana Aristizábal, directora médica de Vitalis: “los medicamentos son la tecnología en salud más utilizada en el mundo, por lo que prevenir daños a las personas, asociados a su uso, debería ser una prioridad para los diferentes actores de los sistemas sanitarios. La seguridad de la medicación y en particular, la prevención de errores durante su uso genera un impacto tan significativo en salud pública, que justifica toda nuestra atención y esfuerzo para entender la problemática, desarrollar estrategias de mitigación e investigar los resultados de las acciones implementadas”.

Por esto, utilizando metodologías validadas desde la perspectiva de la ergonomía y los factores humanos, se realizó en una primera etapa un estudio descriptivo, en el que, a través de grupos focales, al que fueron convocados profesionales en química farmacéutica (60%) y enfermería (40%), con experiencia en la gestión de medicación en áreas críticas de hospitales como urgencias y unidades de cuidados intensivos, fue posible conocer sus percepciones frente impacto del nuevo etiquetado.

Del análisis se destacaron tres grandes aspectos, como lo son: la diferenciación entre etiquetas, la buena legibilidad en el diseño y la información del envase; aspectos que para el 70% de los participantes en la muestra, reducirían el tiempo necesario para efectuar las tareas con seguridad.

Este estudio se convierte en la primera iniciativa en América Latina para medir impactos en seguridad de la medicación, validando conceptos de trabajadores sanitarios sobre un ejemplo real de un nuevo diseño de etiquetado de medicamentos, posicionando principalmente a Colombia y México como pioneros de esta investigación.

Esta iniciativa permitió que el estudio fuera seleccionado para ser presentado como ponencia en la Conferencia trienal sobre ergonomía de sistemas sanitarios y seguridad del paciente, evento global llevado a cabo en Países Bajos, que reúne a los más destacados investigadores de múltiples geografías, en temas relacionados con la manera como las personas se vinculan con sus sistemas de trabajo y el desarrollo de iniciativas que promueven una atención de salud más segura y eficiente.

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