En esta época de pospandemia, los líderes actuales enfrentan desafíos más complejos producto de la incertidumbre y ambigüedad que predomina en la sociedad. El reto está en acelerar procesos de innovación, encontrar nuevas dinámicas de productividad, fortalecer la cultura organizacional, la comunicación y la transformación digital.
Liderar en cualquier entorno ya sea familiar, empresarial, deportivo o político exige un esfuerzo orientado a producir un efecto transformacional de manera efectiva y sustentable. Este desafío se ha vuelto más complejo en este momento de la historia, debido a la incertidumbre y ambigüedad originada por la pandemia del Covid-19, que demanda acciones innovadoras.
A medida que el mundo experimenta el reinicio de todas las actividades que estaban a media marcha, los líderes ponen a prueba su capacidad para aprovechar y difundir las nuevas tecnologías de la cuarta revolución industrial (4IR), que juegan un papel clave en la recuperación de la economía y en la planeación del manejo de posibles futuras crisis.
Las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, implementadas de modo adecuado, deben usarse como base para replantear la forma como opera el nuevo contexto: desde los servicios gubernamentales, la educación y la atención médica, hasta la manera como las empresas interactúan y brindan valor a sus clientes.
En este contexto, Murat Sönmez, director de la Red de Centros para la Cuarta Revolución Industrial del Foro Económico Mundial, propone el enfoque de liderazgo 4D, basado en cuatro factores: diversidad, divergencia, digitalización y disrupción, como la ruta que permitirá a los líderes comunicarse, innovar y adquirir conocimientos.
Bajo esta perspectiva quienes están al frente de las organizaciones deben estar preparados para atender y resolver los problemas del actual entorno, relacionados con un nuevo orden sanitario, cambios en la interacción social, la economía y la geopolítica, en una nueva realidad digital para la que la humanidad no estaba preparada.
“Antes del desafío de la crisis provocada por el Covid-19, quienes lideraban equipos humanos se enfrentaban a retos naturales, casi que preestablecidos por varias décadas. La nueva normalidad ha acelerado los cambios en la forma de liderar, de innovar, de comunicarse, y esto exige el desarrollo de habilidades que resalten la creatividad, la innovación y que promuevan esa mirada diferente de la realidad. Quienes lo están haciendo son las organizaciones que sobreviven a la crisis de la economía mundial”, opina Camilo Gutiérrez, profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia y consultor de nuevas tecnologías aplicadas a las organizaciones.
Las 4D: diversidad, divergencia, digitalización y disrupción, que en otro momento fueron consideradas competencias blandas, en este momento son habilidades estratégicas, que permiten direccionar las organizaciones, ya que facilitan la motivación, el enfoque y direccionar a las personas desde el propósito de las empresas y el impacto que tiene su labor en el mundo.
Diversidad
Apostar por la diversidad es clave en un contexto más global. Las nuevas generaciones reivindican un reflejo de los valores de la sociedad actual, heterogénea e inclusiva, en las organizaciones. Gestionarlo requiere del liderazgo que abre mentalidades, donde el talento diverso es fuente de enriquecimiento y en la que se superen todas las dificultades que pueden suponer estas mismas diferencias. Ser competentes en la gestión efectiva de la diversidad es clave para una compañía que quiera atraer talento y, por lo tanto, es imprescindible ponerlo en la agenda de cualquier estrategia gerencial.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que diversidad es sumar valor social. Del mismo modo que el talento no tiene género, tampoco tiene clase social, ni raza, ni una edad predefinida. Si se quiere sacar lo mejor de la organización, hay que aprender a incentivarla y a gestionarla sin miedo.
Este factor hace alusión a trabajar la humildad, de forma inclusiva, y a valorar que se necesitan varias personas para aprovechar sus diferencias y similitudes con el fin de lograr resultados sobresalientes. “Según el más reciente informe de la compañía consultora Accenture, ‘Getting to Equal 2019: Creating a Culture That Drives Innovation’, las empresas que implementan la diversidad y la inclusión en sus equipos son 11 veces más innovadoras y sus empleados son seis veces más creativos”, señala el profesor Gutiérrez.
Divergencia
El psicólogo estadounidense Joy Paul Guilford definió la idea de producción divergente como la capacidad de generar múltiples soluciones a un problema a través del pensamiento creativo. Este factor no está vinculado a la inteligencia o a un alto coeficiente intelectual tanto como a los rasgos de personalidad. De ahí que las personas que sobresalen por sus rasgos divergentes tienden a ser inconformistas, curiosos, asumen riesgos y son persistentes en lo que emprenden.
Para quienes ejercen el rol de líderes puede ser útil trabajar con sus equipos estrategias como listas de preguntas, reservar tiempo para pensar y analizar, realizar lluvia de ideas, mapear temas, promover juegos de rol y actividades que estimulan este tipo de pensamientos divergentes.
Las empresas más valientes y visionarias, aquellas que utilicen la tecnología para dominar el cambio en los próximos años, se convertirán en líderes
“En las actuales condiciones es útil atreverse a hacer cosas diferentes, efectuando recolección de ideas, saliéndose del esquema convencional, siempre promoviendo el diálogo y el debate. Se busca darle cabida a la investigación, entendiéndose como el unirse a equipos multifacéticos, lo cual permitirá pensar de manera distinta ante problemas que puedan ir surgiendo”, explica Patricia Henao, consultora en gerencia estratégica.
Digitalización
En el último año la tecnología ha sido casi un salvavidas para muchas empresas, entre otros motivos porque ha permitido disponer de nuevas fórmulas de trabajo y de relación con clientes y proveedores que, sin ella, hubiesen resultado imposibles.
Así lo recoge el informe “Technology Vision de Accenture”, que analiza las tendencias tecnológicas que conformarán la agenda de las compañías de los próximos años. El estudio concluye que solo las empresas más valientes y visionarias, aquellas que utilicen la tecnología para dominar el cambio en los próximos años, se convertirán en lo que denomina líderes o maestros del cambio. Por lo tanto, es a partir de ahora cuando aumentará la brecha digital entre unas empresas y otras.
El consultor Gutiérrez opina que la tecnología ya era un elemento que podía marcar diferencias en términos de competitividad y con los efectos de la pandemia se volvió un aspecto mucho más relevante: “La propuesta es implementar tecnología centrada en dar un mejor servicio al cliente y anticiparse a sus necesidades, lo que se traduce en eficiencia. Así mismo, para maximizar los beneficios de las tecnologías emergentes, a la vez que se minimizan los riesgos, se requieren decisiones rápidas y esta es una habilidad primordial, reaccionar rápido y, en lo posible, anticiparse”.
Disrupción
Innovación es la palabra que mejor define este enfoque de liderazgo. Se trata de trabajar con una actitud crítica que cuestione las formas tradicionales y prestablecidas. En otras palabras, es el líder que rompe con el status quo y, por ello, a veces puede verse cuestionado por sus colegas o, incluso, enfrentarse a entornos hostiles.
La consultora Henao destaca personajes como Steve Jobs, Bill Gates o Jeff Bezos como líderes en los que es claro el factor disruptivo en su estilo de liderazgo: “Por lo general se mueven guiados por sus instintos y, aunque casi siempre actúan en solitario, se les facilita contar con el apoyo de todo un ejército de seguidores. Es aquí donde actúan las dotes de seducción del líder, atrayendo a otros más sociales y comunicativos, para que hagan el trabajo de decodificar sus deseos y poner en marcha toda la ingeniería organizativa necesaria”.
Si bien el propio concepto de organización conlleva orden, control y estabilidad, no es menos cierto que el ritmo de los negocios después de la pandemia exige adaptación, flexibilidad y rapidez de respuesta. Pero ¿cómo hacer compatibles estas dos premisas? El consultor de negocios estadounidense Clayton Christensen, en su libro: El dilema de los innovadores, propone generar espacios para que coexistan las actividades de exploración, asociadas a la innovación disruptiva, a la experimentación y al ensayo-error, con otras de explotación, orientadas a gestionar el día a día, menos susceptibles a la improvisación.
El entorno de la salud
Para Henao, una de las enseñanzas que deja la pandemia ocasionada por el Covid-19 en materia de liderazgo es que se deben manejar relaciones más personales, donde cobra importancia el bienestar del equipo de trabajo: “En especial en el sector salud se ha evidenciado más que en otros, porque toma más relevancia asegurar que el cliente, que en este caso es el paciente y su familia, tengan lo que necesitan. Las necesidades cambiaron abruptamente y hay que satisfacerlas en forma oportuna más allá de las circunstancias. Por último, aprendimos que la sensibilidad social se ha convertido en un aspecto obligatorio para asegurar la viabilidad y estabilidad de nuestros países y nuestros negocios”.
Desde la perspectiva del Foro Económico Mundial, en el campo de la medicina hay mayor impacto de la cuarta revolución industrial y la pertinencia de trabajar con el enfoque de liderazgo 4D, destacando la oportunidad para hacer un gran cambio en la forma como se prestan los servicios de salud hoy en día. Además, la unión de los macrodatos y la inteligencia artificial promete mejores tratamientos, más económicos, con un matiz que atrae especialmente a los países cuya población envejece y cuyos costos sanitarios se disparan. Hacer uso de la digitalización requerirá algo más que el manejo de registros del paciente y almacenarlos en bases de datos. Se necesitarán los incentivos correctos: “Los pacientes quieren sentir que tienen el control de sus datos y la oportunidad de beneficiarse de su uso. Aquí es donde entran en juego nuevas formas de gestionar los datos”, opina la experta Henao.
Innovación es la palabra que mejor define este enfoque de liderazgo. Se trata de trabajar con una actitud crítica que cuestione las formas tradicionales y prestablecidas.
Para maximizar los beneficios de las tecnologías emergentes a la vez que se minimizan los riesgos, se requieren decisiones rápidas. Y no hay ningún manual práctico para seguir en este aspecto. Así, para lidiar con los desafíos sin precedentes de hoy, los gobiernos, las empresas, la sociedad civil, el ámbito académico y las organizaciones internacionales deben unirse de formas innovadoras.
Entorno para equipos 4D
Para crear el clima adecuado para que los equipos 4D obtengan excelentes resultados, hay que tener en cuenta las siguientes condiciones:
- Dirección convincente: el líder debe transmitir energía, orientar y lograr el compromiso de sus miembros.
- Estructura sólida: contar con el número adecuado de integrantes en el equipo, con tareas, procesos y normas definidas.
- Entorno de apoyo: incluye tener un sistema de reconocimiento y recompensas que refuerce el buen desempeño.
- Mentalidad: hay que promover una visión y pasión compartidas para lograr identidad y entendimiento común.