Los métodos de secuenciación genética permiten desarrollar vacunas basadas en neoantígenos para diversos tipos de cáncer, incluso los más agresivos. Un grupo de investigación del país trabaja en ello.
En América Latina, el cáncer más común en las mujeres es el de mama (25,4%), precisa la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con una incidencia de 34 casos por cien mil habitantes; y es el más frecuente en la población femenina de Colombia, reporta el Observatorio Nacional del Cáncer.
Dada la gravedad y la importancia de este cáncer, que se estima desarrollarán una de cada 12 mujeres a lo largo de su vida; en el mundo, en la región y en el país, los semilleros de investigación y los grupos ya consolidados progresan en la búsqueda de mejores herramientas para su detección temprana, de estrategias de prevención más sólidas y, sobre todo, de alternativas terapéuticas más innovadoras.
Uno de esos trabajos nació y se desarrolla en el Grupo de Investigación en Inmunología y Medicina Traslacional de la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá, bajo la dirección del doctor Carlos A. Parra López, PhD., profesor titular de la Facultad de Medicina, departamento de Microbiología.
Desde hace 12 años, este equipo científico multidisciplinario está tras la búsqueda de un tratamiento efectivo contra el cáncer de mama triple negativo, que es el más letal en el mundo, y fruto de su labor anunciaron la creación de una vacuna a partir de los tejidos tumorales de cada paciente.
Cáncer triple negativo
El cáncer de seno triple negativo (TNBC) representa entre el 10 y 15% de todos los tumores de seno. “Sus células no contienen receptores de estrógeno ni de progesterona. Tampoco producen exceso de la proteína HER2”, indica la Sociedad Americana contra el Cáncer (American Cancer Society).
Otra de sus características y que hace parte de las razones por las que los investigadores lo han puesto en la mira de sus estudios y realizaciones, es que se trata de un tipo de tumor que crece y se propaga con gran rapidez y tiene pocas o contadas opciones de tratamiento.
“Son los más agresivos, los más difíciles de tratar y los de peor pronóstico. Por eso, la necesidad de desarrollar estas vacunas”, señaló el profesor Carlos Alberto Parra, en la publicación del periódico El País.
Además, en muchos casos, las pacientes con este tipo de cáncer de mama recaen en los tres años siguientes, con más fuerza, agresividad, y mayores porcentajes de mortalidad.
La quimioterapia suele ser el tratamiento de primera línea en estos casos; cuando es recurrente y no puede ser extraído mediante cirugía, se utiliza inmunoterapia junto con quimioterapia.
Opción personalizada
El tratamiento está en ensayo clínico fase 1 y se ha aplicado a cinco mujeres con diagnóstico de cáncer triple negativo y pronóstico grave, según relata el diario El País, en el artículo ‘Un laboratorio colombiano contra el tipo de cáncer de mama más letal en el mundo’, escrito por Juan Miguel Hernández y publicado el 22 de abril de 2022.
Allí se explica cómo estas vacunas generan dos componentes principales que provienen del cuerpo de las pacientes: los antígenos obtenidos a partir del propio tumor, y las células dendríticas, que se encuentran en la sangre sana de cada persona, por lo que se trata de una vacuna única y 100% personalizada.
Laura Camila Martínez, microbióloga, estudiante de Maestría en Inmunología, y miembro del grupo de investigación, destaca en la publicación, que el primer paso para hacer la vacuna es extraer, preservar y estudiar el tumor de cada paciente. “Estos, más que residuos biológicos, son una verdadera caja de herramientas de la que se puede obtener mucha información para desarrollar nuevas alternativas terapéuticas”.
Luego se identifican aquellos antígenos del tumor (mutaciones) que serían claves para activar el sistema inmune y, mediante métodos de secuenciación genética de los cromosomas del tejido enfermo, se hace un cruce de información y se procede al análisis bioinformático con inteligencia artificial de estos neoantígenos, gracias al trabajo de un equipo multidisciplinario (ingenieros, biólogos, químicos y médicos).
Al tener las múltiples mutaciones, es fundamental elegir las más adecuadas, que se introducirán en las células dendríticas previamente extraídas de la paciente, con lo que se obtiene una vacuna, que es la que se está evaluando hoy en día, en especial en lo relativo a cómo se logra la destrucción del tumor.
A futuro, se espera poder tener una exitosa vacuna contra este tipo de tumor, como sucedió con la vacuna contra cáncer de próstata metastásico, ya aprobada por la FDA en 2010, y como ha sucedido con investigaciones muy adelantadas en cáncer de piel, según distintos estudios sobre el tema y otros sobre la viabilidad de este tipo de trabajos científicos.
Por ejemplo, uno de esos respaldos científicos fue publicado en la revista Nature(julio 2017), en donde oncólogos investigadores del Centro Médico Universitario de la Universidad Johannes Gutenberg, en Alemania, indicaron que “las mutaciones individuales se pueden explotar, abriendo así un camino a la personalización” al profundizar procesos de “identificación integral de mutaciones individuales y predicción computacional de neoepítopos para el diseño y la fabricación de una vacuna única para cada paciente”.
Incluso, el propio doctor Carlos A. Parra señala que en los “últimos cinco años, las vacunas terapéuticas contra el cáncer ‒importante modalidad de la inmunoterapia‒ progresaron del uso de antígenos asociados al tumor, a vacunas basadas en neoantígenos tumorales”.
En el editorial de la Revista Colombiana de Cancerología (órgano de difusión del Instituto Nacional de Cancerología (INC), edición octubre-diciembre de 2020), el doctor Parra resalta el análisis ‘Vacunas basadas en neoantígenos y control del cáncer: perspectivas’, del doctor Raúl Murillo, del programa de Doctorado en Oncología, de la Universidad Nacional, y del Centro Javeriano de Oncología, Hospital Universitario San Ignacio, en el sentido de que estas opciones “podrían resultar muy útiles”, dada su naturaleza de “vacuna personalizada, con capacidad de control efectivo del tumor sin causar efectos adversos”, lo que permitiría “medir en los pacientes vacunados, además de la supervivencia global, la supervivencialibre de progresión asociada a una buena calidad de vida”.
En la práctica, para citar otro caso, se avanza positivamente en la vacuna contra el cáncer de piel. En el artículo ‘Una vacuna inmunogénica de neoantígeno personal para pacientes con melanoma’, los investigadores del Dana-Farber Cancer Institute, en Boston, de la Facultad de Medicina de Harvard y del Instituto Tecnológico de Massachusetts, diseñaron vacunas con hasta 20 neoantígenosdiferentes, asociados a mutaciones de seis pacientes.
“De seis pacientes vacunados, cuatro no tuvieron recurrencia a los 25 meses después de la vacunación, mientras que dos con enfermedad recurrente fueron tratados posteriormente con terapia anti-PD-1 (antimuerte celular programada-1) y experimentaron regresión tumoral completa, con expansión del repertorio de células T específicas de neoantígeno. Estos datos proporcionan una sólida justificación para un mayor desarrollo de este enfoque, solo y en combinación con el bloqueo de puntos de control u otras inmunoterapias”, dicen los autores del estudio, publicado en la revista Nature, en julio de 2017.
Tras la búsqueda de nuevas opciones
En los últimos 40 años, los avances en el tratamiento del cáncer de mama han permitido, en los países de ingresos elevados, reducir la mortalidad por cáncer de mama en un 40%, no así en las naciones de ingresos bajos y medios, indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La doctora Sandra Franco, jefe de Oncología de la Clínica del Country, destaca adelantos como la inmunoterapia (con variedad de terapias biológicas); el desarrollo de pruebas genómicas que permite, a partir de exámenes diagnósticosgenéticos, perfilar los genes de un tumor, evidenciando las alteraciones en el ADN que contribuyen a su crecimiento y grado de agresividad, y las terapias blanco o dirigidas, que permiten atacar directa y únicamente las moléculas alteradas en los tumores.
En cuanto a las vacunas, la American Society of Clinical Oncology indica que la mayoría están en ensayos clínicos, algunas administradas solas y otras en combinación con medicamentos ya existentes.
Bibliografía
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Revista Colombiana de Cancerología. (octubre-diciembre de 2020) La implementación de las vacunas basadas en neoantígenos tumorales: un desafío para la medicina de precisión en oncología https://www.revistacancercol.org/index.php/cancer/article/view/713/527 – https://www.revistacancercol.org/index.php/cancer/issue/view/66/9
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