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¿Sirven los suplementos en enfermedades reumatológicas? Esto dice la evidencia.

Con frecuencia, muchas personas con enfermedades reumatológicas prueban suplementos para aliviar los síntomas. Se necesitan más estudios para validar sus efectos y su seguridad para los pacientes. No obstante, es en la alimentación adecuada donde se encuentran la mayoría de las vitaminas y minerales requeridos en el organismo.
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LSe calcula que el año pasado la venta de suplementos nutricionales alcanzó los 159 mil millones de dólares solo en Estados Unidos. Las investigaciones han encontrado que los utilizan 6 de cada 10 personas con fibromialgia, casi 8 de cada 10 con enfermedad de Sjögren y 8 de cada 10 con artritis reumatoide (AR).

El auge de los suplementos en pacientes reumatológicos

En ‘teoría’ para controlar o aliviar cada síntoma es posible encontrar un suplemento, pero de acuerdo con el artículo La guía de suplementos para enfermedades reumatológicas, publicado en Medscape, una revisión de estudios en RMD Open (24 revisiones sistemáticas y 150 artículos originales) sugiere que se necesita más investigación sobre los efectos de los suplementos dietéticos en las enfermedades reumatológicas. La mayoría de los estudios se han centrado en la AR o la osteoartritis (OA), donde el nivel de evidencia es moderado.
Según la doctora Janet Funk, profesora de la Facultad de Ciencias Nutricionales y Bienestar de la Universidad de Arizona con maestría en Ciencias, los estudios alrededor no son tan profundos. No obstante, recomienda hablar con los pacientes y revisar lo que toman para así brindarles orientación y estar atentos a las interacciones que pueda haber entre los medicamentos y los suplementos.
El problema es que la mayoría de los pacientes no han sido prescritos por un experto y, en ese sentido, deberían tener la suficiente confianza con el profesional de salud para informar todo tipo de medicación que ingieren, para que este pueda validar la seguridad, revisar posibles interacciones medicamentosas e incluso hacer una conciliación medicamentosa (algunas veces existe sobremedicación, varios suplementos que contienen las mismas vitaminas y minerales).
El consejo para los profesionales de la salud es decirles a los pacientes que deben saber lo que están tomando —pues existe la probabilidad de que los medicamentos interactúen con los suplementos— y asegurarse de que la combinación es segura para ellos. “El problema es que estos tratamientos no tienen tanta evidencia científica y pueden llegar a ser peligrosos”, comenta el urgenciólogo e intensivista, Daniel Núñez.

¿Qué dicen los expertos?

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Así es que, a pesar de los múltiples estudios y revisiones científicas, no existe suficiente evidencia médica como recomendación en patologías específicas, sin embargo, cada vez es más frecuente la autoprescripción de suplementos, especialmente en enfermedades de tipo autoinmune, complementario a los suplementos deportivos, en mujeres en perimenopausia y, en general, hay tendencia al uso de estos, ya que son de venta libre en farmacias y supermercados.
Por su parte, Elena Philippou, profesora asociada de Nutrición y Dietética en la Universidad de Nicosia, y Elena Nikiphorou, reumatóloga en el King’s College de Londres, “los suplementos vitamínicos per se no proporcionan ningún beneficio, a menos que la persona tenga una deficiencia específica”. Para algunos pacientes, la deficiencia es una realidad. Un estudio de cohorte retrospectivo, publicado en Journal of Clinical Medicine descubrió que las personas con Artritis Reumatoidea (AR) tienen 17% más de probabilidades de tener deficiencias de nutrientes, tal vez porque síntomas como la fatiga y el dolor afectan sus hábitos alimenticios.
De acuerdo con el artículo ‘La guía de suplementos para enfermedades reumatológicas’, publicado en Medscape, el 4 de noviembre de 2024, estos son los empleados con mayor frecuencia:

Estos son los suplementos más utilizados en enfermedades reumatológicas

Vitamina D

Se adhiere a los receptores de las células inmunitarias para reducir la inflamación. Su deficiencia es común en personas con AR, Lupus, enfermedad de Sjögren, espondilitis anquilosante, esclerosis sistémica y fibromialgia. En algunos casos, los niveles de vitamina D se corresponden con la actividad de la enfermedad y se cree que los corticosteroides pueden aumentar su deficiencia.
Una revisión sistemática de 11 estudios que incluían a 3049 pacientes publicada en Nutrition Reviews mostró que los suplementos de vitamina D redujeron significativamente el dolor de los pacientes y el índice de actividad de la enfermedad en articulaciones”. Las personas con enfermedades reumatológicas deben hablar con su médico y pedirle que controle su concentración de vitamina D en sangre.
Los consensos de sociedades científicas (endocrinología) consideran que la suplementación de vitamina D, se debe reservar solo a casos puntuales de pacientes con deficiencia de vitamina D asociada a patologías como osteomalacia, hiperparatiroidismo, osteoporosis y con riesgo de hipocalemia. La principal recomendación es la exposición a luz solar en horarios dispuestos. Además, la medición de niveles de vitamina D en sangre en pacientes con suplementación cada 6 meses, ya que el uso prolongado puede generar acumulación en sangre con efectos secundarios.

Vitamina B12

“En un artículo de perspectiva de 2024 en Rheumatology International, los investigadores dijeron que los médicos deberían evaluar los niveles de vitamina B12 en las primeras etapas del proceso de diagnóstico de las enfermedades reumatológicas”. Se encuentra en gran variedad de alimentos y esta debería ser la principal fuente de ingesta.

Vitamina E

La vitamina E es un nutriente fundamental para la visión, el cerebro y la piel. Algunos alimentos aportan la dosis necesaria diaria, como son las nueces, aceite de oliva, carnes. La dosis máxima de suplementación oral diaria recomendada es de 15 mg/día.
En la AR, un suplemento de vitamina E podría contribuir a bajar la hinchazón y la sensibilidad de las articulaciones, según una revisión sistemática de nueve estudios que incluyeron a 39.845 pacientes en European Journal of Clinical Nutrition, pero puede aumentar el riesgo de sangrado en dosis superiores a 1000 mg/d.

Vitamina A

El riesgo de suplementación excesiva es mayor que la de suplementación insuficiente. En las personas con deficiencia, un suplemento de vitamina A puede ser útil para aliviar los síntomas del ojo seco comunes en la enfermedad de Sjögren, señala una revisión narrativa publicada en Nutrients.

Glucosamina y condroitina

La glucosamina y la condroitina se producen de forma natural en el organismo y ayudan a formar y proteger los tejidos conectivos. Esta combinación es el suplemento dietético más popular para la artrosis, pero se necesitan más estudios.

Ácidos grasos omega-3

Los ácidos grasos omega-3 tienen efectos antiinflamatorios que podrían explicar sus beneficios. En pacientes con AR, por ejemplo, la suplementación con aceite de pescado se asoció con niveles elevados de resolvinas y protectinas en sangre, que ayudan a calmar la inflamación. Philippou y Nikiphorou recomiendan combinar suplementos y alimentos: comer pescado azul (salmón, atún) al menos dos veces por semana, consumir vegetales como semillas de chía, de lino o nueces. Sin embargo, se necesita especial atención en pacientes que toman anticoagulantes.

Probióticos

Aumentar la cantidad de bacterias buenas en el intestino puede ayudar a combatir los efectos de las enfermedades reumatológicas. Una revisión sistemática de 80 ensayos controlados aleatorios en BMC Medicine sugirió que las terapias dirigidas a la microbiota intestinal podrían mejorar los síntomas o los factores inflamatorios en la enfermedad celíaca, el lupus, la artritis idiopática juvenil, la psoriasis, la enfermedad de Sjögren, la esclerosis múltiple, sistémica, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. También se encontró que los probióticos alivian el dolor en la fibromialgia. Al favorecer el equilibrio de las bacterias en el intestino, los probióticos podrían inhibir los factores proinflamatorios y las vías de señalización y regular la diferenciación de las células T CD4+. Hasta que se publiquen más estudios de alta calidad, los expertos recomiendan el consumo diario de yogur, kéfir, chucrut, miso y kombucha, con otros alimentos como plátanos, cebolla, alcachofas, espárragos, avena, puerros y ajo.

Suplementos vitamínicos
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Colágeno

Se habla de sus bondades para el pelo, la piel y las uñas, algunos suplementos de péptidos de colágeno o de colágeno hidrolizado también podrían contribuir a la salud de las articulaciones. Se necesita más investigación para determinar si los suplementos de colágeno son perjudiciales o útiles en la artrosis o la artritis reumatoide. Los estudios no han demostrado efectos adversos.

Coenzima Q10 (CoQ10)

Se trata de un antioxidante que se produce de forma natural en las células y se produce a través de la fermentación microbiana para su uso en suplementos dietéticos. Resulta beneficiosa en la artritis reumatoide, la fibromialgia o el síndrome antifosfolípido (SAF). En la AR incrementa el índice de actividad de la enfermedad, la velocidad de sedimentación globular (VSG) y los niveles de citocinas.
La CoQ10 podría proteger contra la sobreproducción de especies reactivas de oxígeno que pueden promover la inflamación y el daño articular. En la fibromialgia, la CoQ10 se asoció con mejoras en el dolor, la fatiga, el sueño, el recuento de puntos sensibles, los trastornos del estado de ánimo.
La CoQ10 podría ayudar en la fibromialgia al potenciar la disfunción mitocondrial. En el SAF, la CoQ10reforzó la función endotelial y disminuyó los mediadores protrombóticos y proinflamatorios.

Melatonina

Suele promocionarse como una ayuda para dormir, tiene actividades inmunológicas y antiinflamatorias que podrían beneficiar a las personas con enfermedades reumatológicas. Una revisión de 13 estudios que incluían a 533 pacientes en Clinical Nutrition ESPEN concluyó que la melatonina mejora el sueño, el dolor y el estado de ánimo en la fibromialgia, la artrosis y la osteoporosis, pero no en la AR. Los efectos secundarios fueron mínimos, pero algunas personas experimentaron náuseas, somnolencia, pesadillas o dolores de cabeza.

Derivados de las plantas

Influyen en los procesos de inflamación del organismo, afirma Luís Silva, PhD, investigador de Química Médica en el Instituto Politécnico de Guarda, Portugal. Algunos de los derivados de plantas son:

Cúrcuma y curcumina

Es una especia dorada que se encuentra en el polvo de curry, o curcumina y que tiene un compuesto antioxidante conocido como curcuminoide. Podría reducir la inflamación al eliminar los radicales libres e inhibir las enzimas que producen prostaglandinas, dice el experto. Se usa en las personas con AR, ESR, DAS y artrosis. Aun así, se recomienda vigilancia en pacientes que toman metotrexato, pues se asocia con problemas hepáticos.

Cardo mariano (silimarina)

Extracto que se promueve como suplemento y que favorece el hígado, pero se recomienda en el tratamiento de la artritis reumatoide y la artrosis, ya que podría mitigar el dolor, aliviar la inflamación y proteger la matriz del cartílago, la membrana sinovial y las células del cartílago en las articulaciones. Este suplemento podría ayudar a través de sus propiedades inmunomoduladoras, antiinflamatorias, antioxidantes y antiapoptóticas.

Jengibre

Este suplemento popular es utilizado entre las personas con AR. Puede aplacar el dolor y la inflamación sistémica en personas con artrosis.

Resveratrol

Se encuentra en las uvas rojas y el vino tinto y sirve para bloquear las enzimas COX-2. Se cree que alivia el dolor, la función y disminuye la actividad de la enfermedad, la hinchazón de las articulaciones y la inflamación.

Canela

Esta especie aromática reduce el azúcar en sangre y favorece la salud de los huesos, atenúa el dolor y el recuento de articulaciones sensibles e inflamadas.

Conclusión: ¿suplementos sí o no?

Aunque muchos suplementos pueden parecer una alternativa atractiva para controlar los síntomas de enfermedades reumatológicas, la evidencia médica aún es limitada y en algunos casos, contradictoria.

🔍 Recomendaciones clave:

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Bibliografía

La guía de suplementos para enfermedades reumatológicas. (2024). Medscape. En: https://www.medscape.com/viewarticle/guide-supplements-rheumatologic-diseases-2024a1000k2c?form=fpf

Ponce, Antonio. (2025). Guía de suplementos vitamínicos y plantas para enfermedades reumatológicas En: https://www.doctorponce.com/guia-de-suplementos-vitaminicos-y-plantas-para-enfermedades-reumatologicas/ Mantilla, M.J.

Ponce, Antonio. (2025). Guía de suplementos vitamínicos y plantas para enfermedades reumatológicas En: https://www.doctorponce.com/guia-de-suplementos-vitaminicos-y-plantas-para-enfermedades-reumatologicas/ Mantilla, M.J. Nutrición y enfermedades reumáticas. (2024). En: https://asoreuma.org/2024/07/01/nutricion-y-enfermedades-reumaticas/

Vitamina D y enfermedades autoinmunes reumáticas. (noviembre – diciembre 2015). Vol. 11. Núm. 6. En: https://reumatologiaclinica.org/es-vitamina-d-enfermedades-autoinmunes-reumaticas-articulo-S1699258X15001667

Suplementos dietéticos para la función inmunitaria y las enfermedades infecciosas. En: https://ods.od.nih.gov/factsheets/ImmuneFunction-DatosEnEspanol/ Recomendaciones dietéticas para pacientes con enfermedades reumáticas inflamatorias (2022). En: https://espanol.medscape.com/verarticulo/5908582

Los analgésicos de la dieta antiinflamatoria que te alivian el dolor reumático (2022) En: https://www.academianutricionydietetica.org/dietas/aliviar-dolor-reumatismo/

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