Un reciente informe de políticas de la Organización Mundial de la Salud llegó a la conclusión de que el cambio climático plantea riesgos para la salud mental y el bienestar.
Las conclusiones del más reciente informe de políticas de la OMS coinciden con las de otro informe reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado en febrero de este año. Estos informes señalan que la aceleración del cambio climático supone una amenaza cada vez mayor para la salud mental y el bienestar psicosocial, al provocar trastornos que van desde el malestar emocional hasta la ansiedad, la depresión, el dolor o las conductas suicidas.
La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como “un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad”.
Los efectos del cambio climático en la salud mental afectan sin determinar la situación socioeconómica, el género o la edad. Según una encuesta de la OMS realizada en 2021 en la que participaron 95 países, pero tan solo 9 de ellos habían incluido, hasta la fecha, el apoyo en materia de salud mental y psicosocial en sus planes nacionales sobre salud y cambio climático. Este apoyo a la salud mental la OMS lo describe como “cualquier tipo de apoyo local o externo cuyo objetivo es proteger o promover el bienestar psicosocial y/o prevenir o tratar los trastornos de salud mental”.
En este documento también resaltan que si se aumenta el apoyo a la salud mental y psicosocial como parte de las medidas de reducción del cambio climático, los países podrán hacer más para ayudar a proteger a las personas que corren mayor riesgo.
Por lo tanto, la Organización Mundial de la Salud instó a los países a incluir el cuidado de la salud mental como respuesta a la lucha contra la crisis climática, y dio ejemplos de países pioneros que lo han incorporado eficazmente. Sus recomendaciones tienen cinco enfoques:
- Integrar las consideraciones climáticas en los programas de salud mental
- Integrar el apoyo a la salud mental con la acción climática
- Basarse en compromisos mundiales
- Elaborar enfoques basados en la comunidad para reducir las vulnerabilidades
- Reducir el importante déficit de financiación que existe para el apoyo a la salud mental y psicosocial
Por ejemplo, mencionan que Filipinas reconstruyó y mejoró sus servicios de salud mental tras el impacto del tifón Haiyan en 2013. La India también creó un proyecto nacional que permitió ampliar la reducción del riesgo de desastres, preparar las ciudades para responder a los riesgos climáticos y hacer frente a las necesidades psicosociales y de salud mental.
El tema también se resaltó durante el Evento paralelo de Estocolmo+50: Juntos por una recuperación saludable, resiliente y ecológica, que reunió a varias agencias de las Naciones Unidas, ONG e instituciones académicas que trabajan en la intersección entre el derecho humano a la salud, el medio ambiente y el desarrollo sostenible para discutir y elevar las 6 recetas del Manifiesto de la OMS para una recuperación saludable de la COVID-19. Entre estas recomendaciones se incluyen: 1) Proteger y preservar la fuente de la salud humana: la naturaleza, 2) Invertir en servicios esenciales, desde agua y saneamiento hasta energía limpia en los centros sanitarios, 3) Garantizar una transición energética rápida y saludable, 4) Promover sistemas alimentarios saludables y sostenibles, 5) Construir ciudades saludables y habitables, 6) Deja de usar el dinero de los contribuyentes para financiar la contaminación.
Estas seis prescripciones del Manifiesto van acompañadas de más de 70 acciones, o medidas prácticas, para implementar el Manifiesto y crear un mundo más saludable, justo y verde mientras se invierte para mantener y resucitar la economía afectada por los efectos de la COVID-19. Estas recomendaciones también se pueden tener en cuenta la hora de cuidar la salud mental en temas referentes al cambio climático pues reconociendo la importancia de los determinantes ambientales tanto para la salud física como para la mental, se lanzó este nuevo informe de política sobre salud mental y cambio climático, destacando la importancia y las oportunidades de acción para proteger la salud mental de los impactos del cambio climático.