La enfermedad de Lyme es una patología que afecta el sistema nervioso periférico y central.
La enfermedad de Lyme es ocasionada por una bacteria transmitida por la garrapata del ciervo (Ixodes scapularis), esta enfermedad puede causar síntomas que afectan la piel, el sistema nervioso, el corazón o las articulaciones de la persona.
Esta patología puede afectar a personas de cualquier edad, es especialmente común ser contraída en zonas boscosas, con abundante vegetación o cubiertas con hierbas pues sirven de hábitat para las garrapatas: bosques, jardines y parques.
La enfermedad de Lyme puede ser transmitida por la garrapata en estado ninfal o por la adulta. Aunque no todas las garrapatas de ciervo están infectadas con las bacterias que provocan la enfermedad de Lyme, estas pueden infectarse si se alimentan de animales infectados.
La enfermedad puede transmitirse cuando una garrapata infectada pica a una persona y permanece prendida a ella durante un tiempo. En la mayoría de los casos, la garrapata debe permanecer prendida durante 36 horas o más tiempo para que la bacteria se transmita. La enfermedad de Lyme no se transmite de persona a persona.
Las probabilidades de ser picado por una garrapata del ciervo son mayores en las épocas del año en que las garrapatas son más activas, mediados de mayo a mediados de agosto.
En el Día Mundial de la Enfermedad de Lyme (1 de mayo) se busca sensibilizar a la población mundial acerca de esta patología y sus terribles afecciones.
Señales de alerta
La enfermedad de Lyme se puede manifestar en un principio a través de un pequeño brote rojo y en el transcurso de un mes una erupción cutánea expandida en la que se aclara en el centro de la lesión.
La erupción usualmente está acompañada por fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga y dolores musculares. Se conoce de otros síntomas como la rigidez en el cuello, inflamación del cerebro y la médula espinal, sarpullido en varias partes del cuerpo, latido cardíaco irregular (Carditis de Lyme), parálisis facial o debilidad en los músculos faciales. Estos síntomas deben ser tratados urgentemente por un profesional, de lo contrario podrían desencadenar complicaciones, como inflamación crónica en las articulaciones denominada Artritis de Lyme, neuropatía y parálisis facial.
Recomendaciones de prevención
Se sugiere evitar el contacto con zonas boscosas o de ser posible usar vestimenta de colores claros (para detectar cualquier insecto cercano en el momento) y que cubra en gran proporción la piel, usar repelente de insectos y aplicarlo siguiendo sus instrucciones de uso, hacer limpieza y mantenimiento periódico de jardines y áreas verdes, reforzar el aseo periódico de las mascotas, para evitar contraer garrapatas.