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Medidas contra Enfermedad de Chagas

Medidas contra Enfermedad de Chagas

La enfermedad de Chagas, también es denominada “enfermedad silenciosa y silenciada” porque las personas infectadas no presentan síntomas.

La enfermedad de Chagas (tripanosomiasis americana) es causada por el parásito protozoo Trypanosoma cruzi (T. cruzi) y se encuentra en zonas endémicas de 21 países de América Latina, entre ellos  Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador y otros. En estas zonas la enfermedad se transmite a los seres humanos y otros mamíferos principalmente por las heces o la orina de insectos triatominos conocidos como vinchucas, chinches y otros.

Estos triatominos entran en actividad por la noche para alimentarse de la sangre de mamíferos, entre ellos los humanos, y por lo general pican en zonas expuestas de la piel, como la cara, y defecan/orinan cerca de la picadura. Los parásitos penetran en el organismo cuando la persona picada se frota instintivamente y empuja las heces o la orina hacia la picadura, los ojos, la boca o alguna lesión cutánea abierta. 

Por lo general, esos insectos que albergan los parásitos viven en las grietas y huecos de paredes y tejados de casas y estructuras exteriores, como gallineros, corrales y almacenes, en zonas rurales y suburbanas.

Según la OMS, la enfermedad de Chagas está confinada en la Región de las Américas y es allí donde prevalece, sin embargo debido a la movilidad de la población, se han detectado casos en Estados Unidos, Canadá, y algunos países de Europa, África, el Mediterráneo Oriental y el Pacífico Occidental. 

Aseguran que en todo el mundo hay entre 6 y 7 millones de personas con esta enfermedad que a su vez provoca 10.000 muertes cada  año.

 

Síntomas y prevención 

De acuerdo con información de la OMS, la enfermedad de Chagas tiene dos fases: la primera puede durar dos meses después de infectarse. En esta fase circula por el torrente sanguíneo una gran cantidad de parásitos, pero en la mayoría de los casos no hay síntomas específicos. Sin embargo, señales de alarma pueden ser una lesión cutánea o una hinchazón amoratada de un párpado, fiebre, dolor de cabeza, agrandamiento de ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico. 

Durante la segunda fase, los parásitos permanecen ocultos en el músculo cardíaco y digestivo. Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita por arritmias cardíacas o insuficiencia cardíaca progresiva como consecuencia de la destrucción del músculo cardíaco y sus inervaciones. 

Según la zona geográfica, la OMS recomienda: 

  • Rociamiento de las casas y sus alrededores con insecticidas de acción residual.
  • Mejora de las viviendas y su limpieza para prevenir la infestación por el vector.
  • Medidas preventivas personales, como el empleo de mosquiteros; buenas prácticas higiénicas en la preparación, el transporte, el almacenamiento y el consumo de los alimentos.
  • Desarrollo de actividades de información, educación y comunicación contextualizadas para los diferentes actores y escenarios sobre las medidas preventivas y los instrumentos de vigilancia.
  • Cribado de la sangre donada.
  • Pruebas de cribado en órganos, tejidos o células donados y en los receptores de estos.
  • Acceso al diagnóstico y el tratamiento para las personas en las que esté indicado o recomendado el tratamiento antiparasitario, especialmente, los niños y las mujeres en edad fecunda antes del embarazo, y cribado de los recién nacidos y otros hijos de madres infectadas que no hayan recibido antes tratamiento antiparasitario para diagnosticarlos y tratarlos precozmente.

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