Para garantizar una estadía cómoda y relajante se debe planificar con tiempo y empacar todo lo necesario.
Los pacientes con diabetes deben mantener un control periódico de su salud junto a su alimentación para evitar que la enfermedad cause afecciones graves. Por ello, es importante seguir cuidando de ambas incluso cuando sale de viaje.
Según las recomendaciones de la Sociedad Americana de Diabetes, ADA por sus siglas en inglés, hay 8 pasos claves a practicar a la hora de viajar:
Planear con anticipación: según sus horarios de llegada y salida, duración de los vuelos y los cambios de zona horaria determine junto al especialista de salud si necesita modificar su régimen de insulina. Obtenga las vacunas que necesite al menos un mes antes y asegúrese de solicitar prescripciones adicionales en caso de que pierda sus medicamentos mientras viaja.
Si viaja a través de varias zonas horarias, es posible que deba cambiar el horario y la cantidad de dosis de insulina. Cuando viaja hacia el este, los días se acortan, por lo que es posible que necesite menos insulina de lo habitual. Si viaja hacia el oeste, los días se alargan, por lo que es posible que necesite más insulina de la habitual. Consulte con su médico especialista para ajustar la medicación según sea necesario.
Organizar el equipaje: guarde los suministros y medicamentos para la diabetes en un equipaje de mano, entre capas de ropa o envuélvalos en algo suave. Al guardarlos allí evitará perdidas y cuidará los suministros de temperaturas extremas.
Lleve dos monitores de glucosa en sangre (empaquetados en bolsas separadas) y suministros suficientes según la duración del viaje, también tiras reactivas y lancetas, baterías del medidor de glucosa y suministros para la bomba de insulina, si usa una. Considere llevar insulina de acción rápida, incluso si no la usa habitualmente, para tratar los niveles altos de glucosa en sangre o controlar los días de enfermedad.
Conozca las reglas: puede llevar jeringas y sistemas de administración de insulina en un avión solo si se presenta un vial de insulina con una etiqueta farmacéutica profesional preimpresa que identifique claramente el medicamento. Lleve la caja de insulina original, que generalmente tiene la etiqueta.
Alimentación saludable: lleve tabletas o dulces de glucosa para aliviar los síntomas de la hipoglucemia y snacks como barras, galletas saladas o frutos secos para comer en caso de retraso entre las comidas. Asegúrese de ingerir alimentos bajos en azúcar, grasa y colesterol, puede hacer la petición con la aerolínea y en el lugar de estadía. Manténgase bien hidratado y evite las bebidas alcohólicas o con cafeína.
Controle su glucosa en sangre al menos cada 4 a 6 horas y no administre insulina antes de las comidas.
Conozca qué esperar en el extranjero: en Estados Unidos, se utilizan jeringas e insulina U-100. Pero otros países pueden tener insulina y jeringas U-40 o U-80. Si necesita comprar insulina en el extranjero, recuerde que necesitará jeringas U-40 para la insulina U-40 o jeringas U-80 para la insulina U-80. Las jeringas que no coinciden con el tipo de insulina que usa extraerán la cantidad incorrecta.
Inyecte insulina de forma segura: las cabinas de los aviones están presurizadas, antes de usar una jeringa durante un vuelo, retire y reemplace el émbolo para permitir la igualación de la presión. Mientras vuela, mantenga su reloj de pulsera ajustado a la hora en la que se embarcó. Esto le ayudará a recordar cuándo debe administrarse la insulina. Cambie su reloj a la hora local la mañana después de llegar a su destino.
Proteja sus medicamentos: en lugares tropicales, refrigere su insulina lo antes posible. Si no hay refrigeración disponible, un termo o un termo con aislamiento de boca ancha e irrompible puede mantener la insulina a una temperatura segura. Llene el recipiente con agua fría o hielo para enfriarlo, luego desocupe el termo e introduzca la insulina y coloque la tapa. Nunca congele la insulina. Mantenga las pastillas secas para evitar daños por humedad.