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¿Qué dicen los estudios sobre la relación entre la vitamina D y el COVID-19?

Qué dicen los estudios sobre la relación entre la vitamina D y el COVID-19

Científicos y profesionales han emitido conceptos encontrados acerca de un tema que continúa siendo investigado, al igual que otros aspectos vinculados a la enfermedad.

A un año de la llegada de la pandemia a Colombia y de su aparición, meses atrás, en China, la ciencia continúa haciendo sus mayores esfuerzos para obtener vacunas y tratamientos más efectivos, así como para identificar aquellas sustancias o compuestos que puedan ayudar a hacerle frente a la COVID-19.

De acuerdo con estudios recientes, realizados de manera independiente por diversas instituciones y organizaciones clínicas, los niveles de vitamina D presentes en el organismo de las personas podrían brindar una barrera para contraer la enfermedad o minimizar sus impactos en la salud, en caso de ser adquirida.

Tras una investigación adelantada por la Clínica Mayo de Estados Unidos con 489 personas, se encontró que quienes tenían una deficiencia de vitamina D presentaban más probabilidades de obtener resultados positivos para el virus causante de la COVID-19, en comparación de los sujetos que poseían niveles normales del compuesto.

En ese sentido, un estudio aleatorio realizado con 50 pacientes hospitalizados por la enfermedad que recibieron altas dosis de calcidiol, un tipo de vitamina D, arrojó que solo una de ellas requirió tratamiento en unidad de cuidados intensivos (UCI), mientras que en otro grupo de 26 personas a quienes no se les suministró la sustancia, la mitad de ellos debieron ser llevados a la UCI.

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Resultados similares se observaron en una investigación con 216 pacientes de COVID-19 ingresados en un hospital de Santander, España, cuyos niveles de vitamina D eran considerablemente inferiores con relación a 197 personas que no contrajeron la enfermedad, que hicieron parte de un segundo grupo de estudio.

Según los análisis realizados al primer segmento se encontró que el 82,2 % tenían deficiencia de vitamina D, condición que tan solo compartía el 47,2 % de quienes no padecían COVID-19.

Llamado a aumentar los niveles de la vitamina D

Recientemente, más de 220 científicos y profesores universitarios suscribieron una carta, publicada en Vitamindforall.org, en la cual instan a los gobiernos del mundo a incrementar, de manera urgente e inmediata, los niveles de vitamina D, hasta alcanzar las 4.000 unidades internacionales (UI) por día o al menos 2.000 UI, como límite mínimo.

De acuerdo con la misiva, el compuesto modula cientos de genes y muchos aspectos de la función inmune. Con base en evidencia científica arrojada por los estudios, aseguran que:

  • Unos niveles más altos de vitamina D en la sangre están asociados con tasas más bajas de infecciones del virus que causa la COVID-19.
  • Los riesgos de casos severos como hospitalización, UCI o muerte relacionados con la enfermedad, disminuyen con niveles altos de vitamina D.
  • La influencia de la vitamina D en la COVID-19 tiene una alta probabilidad de ser causal, de acuerdo con diversos mecanismos biológicos, los estudios de intervención, el criterio de Hill y la inferencia causal.

Se requiere más investigación

Pese a los hallazgos encontrados en los estudios realizados y los llamados a hacer un mayor uso de la vitamina D como medida para prevenir o enfrentar la pandemia, no hay unanimidad de conceptos entre la comunidad científica.

Algunos de los puntos que hacen dudar sobre la efectividad del compuesto, parten también de análisis realizados por instituciones médicas.

En opinión del doctor William Marshall de la Clínica Mayo, “no hay suficientes datos para recomendar el uso de la vitamina D para prevenir la infección ni para tratar la COVID-19, de acuerdo con los institutos nacionales de Salud de los Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud”.

En este sentido, el profesional destacó que en años recientes se efectuaron dos ensayos clínicos aleatorios para evaluar los impactos de la vitamina D, con resultados poco alentadores.

En las pruebas se suministraron altas dosis de la sustancia a personas muy enfermas (que no padecían COVID-19), con niveles deficientes de la misma, la cual no redujo el tiempo de hospitalización ni los índices de mortalidad, al ser comparadas con los resultados de otro grupo a quienes se les dio un placebo.

Igualmente, los investigadores del estudio realizado en España concluyeron que si bien demostraron una asociación entre la presencia de vitamina D y la COVID-19, no es posible determinar una causalidad.

En consecuencia, aseguraron que no existe suficiente evidencia para establecer que la falta de vitamina D haga que las personas sean más propensas a contraer el virus. Asimismo, señalaron que tampoco se puede confirmar que el aumento en la ingesta del compuesto brinde protección contra la enfermedad.

Así como sucede con las vacunas y con diversos aspectos relacionados con la COVID-19, la relación de la vitamina D con la enfermedad -que ya ha arrojado más de 120 millones de contagios y 2,6 millones de fallecimientos- aún requiere de mayor investigación.

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