La profesión médica se acompaña de horarios complicados e impredecibles, por lo que son necesarios lineamientos para determinar la duración apropiada del turno laboral. Hay evidencia que sustenta cómo regular su jornada. Le contamos.
En la programación de los turnos laborales se ha priorizado la productividad, con poca consideración hacia los efectos de los horarios sobre los profesionales de la salud. Las horas de trabajo han aumentado y cerca del 40% de los trabajadores reporta corta duración del sueño.
Trabajar en exceso se asocia a riesgos como desmejoras en el desempeño, efectividad y productividad, incremento de errores, ausentismo, comportamiento inmoral o poco ético, reducción en la satisfacción laboral, menor calidad de vida y más lesiones y/o accidentes relacionados al trabajo.
La Revista de Medicina Clínica del Sueño publicó una guía de práctica clínica con las mejores prácticas para determinar, con evidencia, cuánto debe durar la jornada de trabajo. Allí se revela la incidencia de la fatiga física y mental en los riesgos asociados con respecto al rendimiento, la seguridad y la salud por la duración del turno laboral. También se especifica cuáles son las contramedidas y la toma de decisiones para que puedan existir condiciones aceptables y soluciones para adecuarse al horario de trabajo.
El estudio, denominado ‘Principios rectores para determinar la duración del turno de trabajo y abordar los efectos de la duración del turno de trabajo en el rendimiento, la seguridad y la salud: orientación de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño y la Sociedad de Investigación del Sueño’, publicado en noviembre de 2021, plantea una pregunta clave: ¿Los riesgos de continuar trabajando son mayores que los riesgos de dejar de trabajar y cuándo?
Al respecto, sostiene que los riesgos pueden ocurrir y convertirse en severos o aceptables, y pueden ser multidimensionales, afectando varios dominios funcionales y diversos individuos o grupos de los mismos. “Entonces se requiere elegir entre aceptar los riesgos o intervenir para reducirlos. Los principios rectores proporcionados del documento están destinados a ayudar a diseñar soluciones personalizadas para abordar estos problemas”, explica la investigación.
Plantea, además, que los riesgos ligados con la fatiga que se acumula durante los turnos de trabajo se han manejado a través de arreglos de tiempo de trabajo que no son suficientes para frenar los riesgos causados por la desalineación entre los horarios de trabajo y la regulación biológica de la vigilia y el sueño.
Por tanto, “los enfoques basados en la ciencia para determinar la duración del turno y mitigar los riesgos asociados, mientras se abordan las necesidades operativas, requieren:
EL PROBLEMA
El análisis asegura que existe una necesidad crítica de políticas y regulaciones sobre la duración de los turnos de trabajo.
Los reguladores, las organizaciones, las comunidades y los trabajadores a menudo tienen dificultades para administrar la duración de los turnos y abordar los riesgos conexos de fatiga y somnolencia.
Las horas de trabajo se distribuyen cada vez más en todas las horas del día e infringen la ‘noche biológica’, o el período de tiempo en el que el reloj biológico le indica al cerebro que es hora de dormir.
Las horas de trabajo reducen la oportunidad de obtener un sueño adecuado, con aproximadamente el 40% de los trabajadores en varios sectores ocupacionales importantes que informan que la duración del sueño es corta.
Además de la degradación de la salud física y mental, los riesgos a largo plazo incluyen la reducción del bienestar individual y comunitario, así como pérdidas económicas.
En ese sentido, para ellos, la evidencia científica, brinda una base para tomar decisiones informadas sobre la duración de los turnos.
LA DURACIÓN, TODO UN DEBATE
El estudio asegura que las regulaciones prescriptivas para turnos máximos y mínimos de descanso por sí solas, no son un medio confiable para garantizar un sueño adecuado y/o mitigar los riesgos vinculados con la fatiga mental.
A pesar de décadas de esfuerzos de implementación y debate, no existe consenso sobre una duración máxima adecuada del turno. Lo que sí existe es una necesidad de políticas y regulaciones en torno a la duración de los turnos que reduzcan de manera confiable los riesgos relacionados con la fatiga/somnolencia. Sin embargo, acuerdos industriales y regulatorios relativos a la duración de los turnos no son claros y tienden a satisfacer son las demandas empresariales y no personales.
A manera de guía (principios rectores), el documento ayuda a idear soluciones personalizadas concernientes con la duración del turno, considera evidencia científica, contextos basados en valores y ética, metas y objetivos de organizaciones e individuos, necesidades de recursos y viabilidad.
LAS CONTRAMEDIDAS
Las herramientas y estrategias planteadas y denominadas ‘contramedidas’, propenden por reducir las consecuencias adversas de los turnos de trabajo prolongados, entre ellas están:
Algunas contramedidas reducen los riesgos relacionados con la duración del turno al aumentar la cantidad de sueño o elevar el nivel de alerta de vigilia, pero “no necesariamente eliminan los resultados adversos asociados con la duración del turno”, explica la guía.
TOMA DE DECISIONES
Múltiples factores potencialmente competitivos pueden desempeñar un papel en la toma de decisiones sobre la duración del turno, entre ellos:
JORNADAS EN CONTEXTO (COLOMBIA)
Para toda la comunidad en general, es bien sabido que el personal médico trabaja en largas jornadas y se asume ‒como si fuera una obligación al escoger este tipo de profesiones‒ destinar parte de su descanso para atender personas que enmuchas ocasiones ni siquiera agradecen el esfuerzo, dedicación, conocimiento y tiempo que entrega el personal a sus necesidades médicas.
“Y es que los tiempos de descanso adecuados ayudan a tener un mejor estado de ánimo, más energía para desarrollar actividades diarias, nuevas relaciones interpersonales, reducen la depresión y ansiedad, mejoran la atención y memoria, lo cual desencadena que la labor del personal de la salud tienda a ser más humana y de mejor calidad”, explica Anlly Garzón, psicóloga clínica, especialista en Gerencia de Riesgos Laborales.
La problemática de las jornadas laborales del personal de la salud, no se da solamente en Colombia, el requerimiento de tener tiempo adicional es en todo el mundo y la falta de sueño de la población médica según Belenky y Cols (2003), ocasiona cansancio, problemas de atención, pobre concentración, dolor muscular o mialgia, además de cambios metabólicos, lo cual genera que la labor que desarrolla el personal médico afecte el resultado esperado en las tareas asignadas.
De cualquier modo, el afectado final es el paciente que recibe atención de un profesional con conocimientos, experiencia y habilidades para desarrollar un adecuado diagnóstico, pero los desencadenantes de la falta de sueño generan que se emitan diagnósticos equivocados, que generan reprocesos en las afectaciones médicas que tienen los consultantes, y ante este fenómeno que cada vez es más notorio, solo se pueden quejar muchas veces sin tener una solución a tiempo.
La raíz del problema en casos como el colombiano radica en que cada vez es menor la población que escoge este tipo de carreras como proyecto de vida, lo cual genera que los médicos deban trabajar más horas de las permitidas a la semana. No obstante, el parágrafo 1 de la ley 1917 de 2018 estableció que los médicos residentes de las instituciones prestadoras del servicio de salud, públicas, no podrán dedicar más de 12 horas por turno y de 66 horas a la semana, este horario incluye las actividades académicas, de prestación de servicios de salud e investigativas.
Aunque la excepción de estos dos artículos no se aplica a los trabajadores de salud del sector privado. Por consiguiente, la jornada máxima de estos es regulada por el artículo 161 del Código Sustantivo del Trabajo, que dice que la duración máxima legal de la jornada ordinaria de trabajo es de ocho (8) horas al día y cuarenta y ocho (48) a la semana, de forma tal que, una jornada diaria o semanal superior a la ordinaria, supondría trabajo suplementario o de horas extras.
“En conclusión, en Colombia existe una clara regulación sobre la jornada máxima laboral de los trabajadores en el sector privado y específicamente los trabajadores de la salud, que se encuentran cobijados por la regulación del Código Sustantivo de Trabajo sobre la jornada máxima laboral. Sin embargo, los empleadores violan con frecuencia el derecho a la jornada máxima laboral de estos trabajadores”, ratifica la especialista consultada.
Esto sin prever la afectación en el servicio que presta el personal y los daños que están ocasionando a su salud, pues al exponerse al contagio de enfermedades diariamente, no seguir con patrones de sueño, alimentación y cuidados personales muchas veces básicos, se están encontrando más problemáticas que se podrían remediar si tuviese la valoración que requiere esta profesión.
Sobre eso, un estudio realizado en la Universidad del Rosario y la Corporación para el Desarrollo de la Seguridad Social (Codess), entre 2018 y 2021, el personal de salud tuvo aumentos constantes de horas trabajadas a la semana. Muchos trabajan en la informalidad, sin seguridad social, con salarios precarios, contratación de prestación de servicios o bajo reglas de cooperativas de trabajo asociado.
Varios de ellos, le pusieron el pecho a la pandemia, una emergencia sanitaria que profundizó sus inadecuadas condiciones laborales. “Se han presentado aumentos constantes en las horas trabajadas a la semana, tanto para personal de Enfermería como de Medicina”, dijo Iván Jaramillo, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario.
El estudio recomienda “mejorar las condiciones laborales en el marco de un trabajo digno y decente y disponer de espacios y tiempos adecuados de descanso para el personal de enfermería”.
CUIDADO MÉDICO DEL MÉDICO
Para el profesor chileno, Leonardo Serra, las recomendaciones son claras paraquienes realizan trabajo en turno, incluido el personal de salud: deben estar más atentos todavía a los factores de riesgo vasculares y de salud en general y procurar estilos de vida más saludables (alimentación, ejercicio) en lo posible, es ideal que se realicen tamizajes de salud (controles preventivos periódicos) y recibir educación sobre sintomatología cardio o cerebrovascular en el modo de reconocer síntomas y acudir precozmente a consultar en caso de presentarla.
“Finalmente, lo difícil aún es reconocer al subgrupo de trabajadores más vulnerable al trabajo en turnos”, explica en su investigación titulada ‘Trabajo en turnos, privación de sueño y sus consecuencias clínicas y médico–legales’.
En este sentido, otra investigación de la Corporación para Estudios de la Salud (CES) denominada ‘Relación entre el trabajo por turnos y la calidad del sueño en trabajadores del sector salud’, establece que la prevalencia de trastornos del sueño es más alta en mujeres que en hombres, lo que puede estar unido directamente con las características fisiológicas y psicológicas específicas del sexo femenino, adicional a la alta prevalencia del sexo femenino en el área de la salud.
“La prevalencia de trastornos del sueño, según los estudios, es mucho más frecuente en la unidad de cuidado intensivo, urgencias y obstetricia. Por ende, se podría implementar un plan de rotación entre los demás servicios que no requieren un nivel de demanda alto. Además, se sugiere la necesidad de estrategias de intervención en los hospitales para mejorar las condiciones de trabajo y salud del personal sanitario que labora bajo la modalidad de trabajo por turnos”, concluye el doctor Carlos Alberto Gutiérrez, uno de los autores del estudio de la CES.
Frente al tema de la exposición a la luz brillante o luz azul, José Martínez, coordinador del grupo de Cronobiología de la Sociedad Española del Sueño (SES), explica que: “Hay trabajos que nos exigen estar expuestos a la luz más azulada, esta nos activa porque rompe la melatonina a hormona responsable del sueño, por tanto, después de un trabajo por la noche se recomienda llevar gafas con filtro azul que nos faciliten conciliar el sueño si necesitamos echar una siesta al llegar a casa”.
Para Ivonne Selenne Verde, licenciada en Promoción de la Salud y especialista en sueño de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, la comunidad de especialistas en trastornos del dormir, debe trabajar en conjunto con los empresarios y las autoridades laborales para proponer la normatividad encaminada a disminuir la somnolencia excesiva diurna e incrementar la calidad del sueño en los trabajadores, “con el fin de mejorar las condiciones de seguridad laboral para obreros, enfermeras, choferes, personal de seguridad, ya que con ello se tendrían beneficios para la seguridad y la salud del trabajador”, explica.
En cuanto a la conveniencia de compensar el insomnio por la noche con una siesta durante el día, Juan Pareja, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid (España), considera que “el déficit de sueño se puede compensar durmiendo más al día siguiente o conciliando una siesta”. Para este especialista, el sueño se regula de forma homeostática.
Así, es clave para los médicos disponer de un ambiente confortable en el dormitorio con un colchón y una almohada cómodos, una temperatura agradable y con ausencia de ruido y luz. Igualmente, tomar infusiones o una bebida caliente antes de ir a la cama. Son consejos que se les pueden dar a los pacientes, pero que también deberían poner en práctica los profesionales de la salud.