Cada año se podrían prevenir entre cuatro y cinco millones de muertes prematuras en todo el mundo si las personas fueran más activas físicamente, reporta la OMS.
Sabemos que es necesaria una actividad física que exija esfuerzo al corazón y al sistema respiratorio, igualmente ejercicios de fuerza para fortalecer músculos y huesos. Sin embargo, la mayoría de la población todavía no practica el ejercicio suficiente, a pesar de que bastan 21 minutos diarios para conseguir beneficios. Lo ideal es completar al menos 2,5 horas a la semana.
Los expertos insisten en que cualquier tipo y dosis de ejercicio traen beneficios, incluso levantarse mientras pasan un anuncio en televisión es mejor que quedarse sentado en el sofá.
La OMS recomienda a los adultos, independientemente de su edad, entre dos horas y media y cinco horas de ejercicio moderadamente intenso a la semana, como caminar a paso ligero, ir en bicicleta al trabajo o cortar el césped. Así mismo, practicar deportes de resistencia intensivos durante 75 a 150 minutos a la semana, como jugar baloncesto, correr o saltar en el sitio durante una rutina de cardio. También que es posible combinar ejercicio moderado y extenuante, es decir, si realiza una hora de entrenamiento intenso por semana y se va al trabajo en bicicleta todos los días, se habrá cumplido con la cantidad mínima de deportes de resistencia.
Además, sugiere hacer entrenamiento con pesas, gomas, máquinas o ejercicios que utilicen el peso corporal (flexiones, sentadillas) para entrenar todos los grupos musculares importantes, al menos dos días a la semana.
Estas recomendaciones se pueden aplicar a personas mayores de 65 años, agregando ejercicios para mejorar el equilibrio y la coordinación como el taichí, durante por lo menos tres días a la semana para prevenir caídas.
Una regla básica es que si no se practica el suficiente ejercicio, no se debe intentar conseguir el ritmo de un día para otro, lo recomendado es aumentar la intensidad y la duración lentamente.
Lo cierto es que hacer ejercicio de forma regular contribuye a mantener una buena salud y a prevenir enfermedades, el entrenamiento muscular reduce el riesgo de diabetes, depresión y enfermedades cardiovasculares.