Definitivamente la productividad no tiene que ver con hacer más, sino con ser eficaz a la hora de sentarse a trabajar o de realizar una actividad en particular. No obstante, los distractores aparecen. Revertir este efecto sí es posible.
Por alguna razón, cada vez los días parecen más cortos, los meses pasan volando y todo parece ir más de prisa. En algún punto todos hemos sentido que el tiempo ya no alcanza para hacer esas actividades o tareas que teníamos programadas. Sin embargo, saber gestionar el tiempo no es más que cuestión de método y, claramente, es algo que se puede aprender cuando, sin duda, se carece de esa habilidad.
Y no. No se trata de ser una persona multitarea que hace diez cosas a la vez, tampoco de efectuar esas tareas o actividades en tiempo récord, sino de tener en cuenta tres puntos esenciales: organización, priorización y ejecución.
Parece sencillo, pero lo cierto es que a muchos profesionales les cuesta encontrar un método que les permita alcanzar su máxima productividad y sacar adelante sus proyectos, pues por lo general esto les termina tomando mucho más tiempo del planeado, lo que repercute en otros aspectos de su vida profesional y personal.
Procrastinación: la gran acusada
¿Le ha pasado que tiene una tarea importante, pero que no llama mucho su atención y entonces cuando encuentra el momento para llevarla a cabo decide hacer otras cosas y lentamente la va dejando para última hora? Esta es la famosa procrastinación, quizá una de las principales causantes de la baja de productividad en la gente.
Y es que posponer tareas, con frecuencia, tiene que ver con una iniciativa de la persona que decide que puede hacer en otro momento ese pendiente que le martilla la cabeza. Incluso, la procrastinación también se vincula con factores de la vida personal como, por ejemplo, retrasar el momento de realizar algún estudio, de buscar un nuevo trabajo, de empezar a hacer ejercicio, de mudarse de un lugar o de tener hijos, si así lo desea.
“La procrastinación siempre está asociada con algo malo, pero no siempre es así, al final nos puede dar unos indicadores muy interesantes. Por ejemplo, puede decir si la persona está bien consigo misma, si le gusta su trabajo o no, si le gustan sus compañeros de trabajo o no, o a lo mejor le faltan conocimientos para hacer bien su labor. Si no se tiene algo de esto es fácil que la persona procrastine”, comenta Miguel Nadal, CEO de la empresa española Emorganizer y experto en Neuroproductividad para empresas.
Aplazar y dejar para más tarde, para mañana o para empezar el próximo lunes, puede tener varias causas, más allá de la ‘pereza’ que le produce a la persona hacer esa tarea. De acuerdo con Nadal entre estas causas se encuentran:
No deje para después
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Calgary, en Canadá, reveló que cerca del 95% de la población tiende a aplazar algunas tareas o actividades, lo que impacta directamente en su productividad. Esto se traduce en falta de compromiso, mala gestión del tiempo y retrasos que tan solo pueden evitarse.
Por eso, el querer mejorar esa organización del tiempo y tener así un impacto positivo en la productividad, es posible siguiendo estos consejos:
La buena gestión del tiempo es contagiosa
Lograr un adecuado manejo del tiempo para ser más productivo también es posible para sus equipos de trabajo, esto significa animar a otros a ser más productivos. Estos consejos son determinantes para hacer que esta sea una práctica contagiosa:
El espacio de trabajo
El lugar en el que se trabaja es también primordial cuando de productividad se trata, y ya sea en la casa, en una oficina o consultorio, este debe estar adecuado para que sea el lugar ideal para que usted pueda llevar a cabo todas sus tareas profesionales.
“El espacio en el cual se trabaja, además de que lo ideal es que sea siempre el mismo, tiene que ser un sitio que para la persona resulte familiar, que le sea útil y cómodo. Otra premisa es que, entre menos objetos, menos distracciones, además porque de manera inconsciente cada objeto le puede ir ‘conversando y hablando’”,acota Nadal.
Estas recomendaciones también aplican al mundo digital. Así, el consejo es que mantenga en orden sus archivos y carpetas en su computador y, de igual manera, pocos elementos en su escritorio, dado que esto es una distracción visual que sin lugar a dudas puede retrasarlo en sus tareas o llevarlo a hacer una actividad diferente a la que trata de hacer. Igualmente, trate de tener abiertos los programas y ventanas necesarios a la hora de trabajar y, en lo posible, su bandeja de correo electrónico limpia y organizada.