Los héroes del 2020
La pandemia puso sobre el tapete la importancia de contar con personal médico y sanitario idóneo y experimentado, como el colombiano, y ratificó el aporte fundamental para la sociedad de quienes a diario deciden poner su vida al servicio de los demás, hoy considerados ‘verdaderos héroes’.
Al conmemorar el 3 de diciembre el Día Panamericano del Médico, el mundo rinde un homenaje a quienes han tenido que dejar de lado todo temor y asumir el reto que representó la coyuntura de la Covid-19; en pequeños pueblos, capitales grandes o pequeñas, en ciudades desarrolladas o en vías de desarrollo, en todo rincón de la región y del mundo, su labor y asistencia han sido fundamentales para salvar vidas.
Por eso mismo, el 7 abril, en el Día Mundial de la Salud, se reconoció la labor de estos héroes de la sociedad, y el 19 de agosto, en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, se les calificó como ‘héroes sin capa’, para dimensionar el impacto del servicio que prestan a toda la población y dar a conocer muchas de esas historias que inspiran y son ejemplo, y que han sido determinantes en el manejo de la pandemia.
No obstante, entre reconocimientos y agradecimientos, está también una realidad que devela una situación preocupante para los profesionales que día a día dejan sus vidas en el oficio por salvar otras. Son múltiples los problemas que afectan su quehacer, en especial en términos laborales y de protección, y ponen en riesgo incluso su salud física y mental.
“Es una realidad que hay fatiga laboral, cansancio, sobre todo en quienes trabajan en unidades de cuidado intensivo (UCI), en servicios de urgencias y hospitalización…”, destaca el doctor Germán Enrique Reyes Forero, presidente de Asmedas, seccional Antioquia. “No hay reemplazo de personal, la gente tiene que doblarse en los turnos y hacer jornadas excesivas”, complementa.
Por ejemplo, la última encuesta que realizó el Colegio Médico Colombiano (CMC) con más de 6.600 afiliados (2019) refleja un incremento del síndrome de burnout en los médicos, con agotamiento emocional, cansancio y fatiga o una combinación de estos, hasta llegar a casos de baja autoestima e incapacidad para soportar tanta presión que el entorno conlleva.
Resultados que el doctor Roberto Baquero, presidente del Colegio Médico Colombiano, considera “absolutamente preocupantes” y que los percibimos antes de la pandemia: “Ahora todo debe estar disparado”.
Para la psicóloga Luz Angélica Santos Andrade, del Colegio Colombiano de Psicólogos (Colpsic), es innegable que la población del sector salud se ha visto más expuesta a factores de riesgo psicosocial en las últimas dos décadas, en gran medida asociado a la manera como se estructuró el sistema de salud en Colombia (Ley 100 de 1993), lo que impactó las formas de trabajo, vinculación, jornadas laborales y atención, entre otras cosas. Consecuentemente, el sistema ha hecho a los profesionales del sector salud más susceptibles de padecer burnout.
Este año, en plena pandemia por Covid-19, la situación ha empeorado. Así lo estima el doctor Sergio Isaza Villa, presidente de la Federación Médica Colombiana (FMC): “Hemos encontrado que, además de la situación de muerte y desprotección, hay gran incidencia en la salud mental e, incluso, algunos suicidios en el personal sanitario. Hay temor a enfermar, a que las familias estén desprotegidas. Es importante medir todas esas manifestaciones y obtener una muestra poblacional con cifras que revelen de manera objetiva la realidad, y, por esto, estamos adelantando la ‘Encuesta de seguimiento: condiciones laborales de los trabajadores de la salud frente al Covid-19”.
Una de los aspectos que más preocupa, señala el doctor Baquero, es que “desde las mismas instituciones, tanto EPS como IPS, no se escucha hablar sobre programas de salud mental para atender a quienes están afrontando desde la primera línea el Covid-19. Es gente que está ‘en un campo de batalla’, que ve complicarse o morir a sus pacientes, y todo esto conlleva un estrés emocional violento; hay mucho sufrimiento”.
Múltiples causas
En varias regiones, los médicos no ejercen con las garantías y condiciones que exige su labor; deben doblar turnos o trabajar 36 horas seguidas; no reciben la remuneración adecuada, a lo que se suman contratos no laborales, sino comerciales, a 3, 6 o, en el mejor de los casos, a 1 año, o trabajos por horas, y en algunos hospitales les adeudan entre 6, 9 meses o más de un año de salario. Incluso hay amenazas de dejarlos sin trabajo para traer médicos de otros países.
Una encuesta del Colegio Médico Colombiano (CMC) con 8.200 profesionales de la salud reportó que el 36% de los médicos generales trabaja en dos o tres sitios, y el 30% de los especialistas, en tres o más centros médicos. Además, un 80% de médicos generales y un 81% de especialistas han visto afectado su ámbito laboral por cambios en las condiciones laborales acordadas y por acoso laboral.
Para el doctor Baquero, otro tema inquietante con la pandemia ha sido el de la agresión contra los médicos. “Da tristeza que no haya un verdadero reconocimiento al recurso humano en salud como actor fundamental del sistema de salud; el país no se preocupa por su formación, organización y bienestar”. Pide entender que “es un amigo que quiere ayudar, no un enemigo. No son contaminantes, nada que ver con algo tan desafortunado que se dijo como hablar de ‘un cartel del Covid’, ni se dedican a hospitalizar más para cobrar más”.
Otro problema es la carencia de elementos de bioseguridad indispensables para el personal de salud. “El Ministerio de Salud indicó que las ARL tenían que ayudar y dar esos elementos de bioseguridad, y se solucionó en parte la situación, pero la realidad es que el que es directamente responsable siempre debe ser el empleador”, coinciden los especialistas.
Por todos estos y otros factores, el doctor Reyes Forero califica la situación de los médicos en Colombia como complicada, con intentos fallidos por lograr una mejora salarial, terminar con la tercerización laboral y ampliar las oportunidades de educación continua.
Algunas propuestas
El doctor Germán Reyes, presidente de Asmedas seccional Antioquia, destaca la necesidad de establecer una escala salarial unificada a nivel nacional; tener un régimen especial para los trabajadores de la salud, que les permita jubilarse antes, y promover una mayor educación médica continuada, con la participación de universidades públicas y privadas, y apoyo del empleador público o privado, y no que sea del bolsillo del médico.
Por su parte, el doctor Roberto Baquero, presidente del CMC, reitera la necesidad de que se respete el trabajo de los médicos. “Hemos hablado mucho con el gobierno sobre este tema de la laborización del personal de salud, porque lo que hay es deslaboralización, formas irregulares de contratación, y si solicitan implementos o mejoras, les cancelan el contrato”.
El médico pediatra Sergio Isaza Villa, presidente de la FMC, insiste en la necesidad de respetar algunos acuerdos. Por ejemplo, se pidió que se declararan como enfermedad laboral los casos de Covid en el personal de salud y, aunque se hizo, es un acuerdo sobre el papel, “porque muchas ARL no lo reconocen”. También, “insistimos en que el personal sanitario que atiende lo relacionado con la pandemia sea vinculado mediante contrato laboral durante dos años, para darles estabilidad y protección, pero no se ha efectuado”. Y rechaza contundentemente “el Proyecto de Ley 10 de 2020, que busca privatizar la salud, y todo lo que atente contra ella es inconstitucional”.
Una radiografía real
Para los expertos, es fundamental que el país tenga un mapa real del verdadero recurso humano en salud y las proyecciones para tener un mercado laboral asequible. Hoy no hay una radiografía exacta. Unos dicen que son 70 mil, otros 100 mil.
“Hay médicos generales y médicos especialistas, y dentro de esta gama hay médicos que son empresarios, dueños de clínicas, de IPS, etc. Y unos cuantos que trabajan en cuestiones de intermediación. Los empresarios e intermediarios son la gran minoría, no alcanzan ni el 10%, afortunadamente. Los médicos generales son un 70% y el resto, los especialistas”, explica el doctor Isaza.
Lo cierto es que el ranking de la OCDE (2018) ubica a Colombia en los últimos puestos en número de médicos y enfermeros, con 1,8 médicos por cada mil personas, y en cuanto al personal de enfermería, el país ostenta un último lugar, con un índice de 1,1 por cada mil. Solo en el tema de especialistas la estimación de oferta de médicos en Colombia era para 2017 de 21 mil, con una proyección para 2030 de 35 mil.
Algunos logros
El médico pediatra Sergio Isaza Villa, presidente de la FMC, subraya la importancia de un instrumento incontrovertible, “no negociable”, que hay que hacer valer, como es la Ley Estatutaria de Salud (Ley 1751 de 2015), que incluye, entre otros aspectos, la autonomía médica, el respeto por la dignidad de los trabajadoes de la salud y condiciones laborales dignas.
“Sin ella no hay posibilidad de que un sistema de salud cumpla con su objetivo humanista; la salud queda a merced de los intereses de terceros. Sin ella, las personas pasarán a un segundo plano y los indicadores de salud seguirán rigiéndose por indicadores financieros del sistema de salud, como ya ocurre en Colombia”, ha explicado en varios escenarios, reiterando que “allí están planteadas gran parte de las posibles soluciones al problema de la salud de los colombianos en general y de los trabajadores de la salud en particular”.
Otro tema positivo, que responde a una lucha constante de los gremios en los últimos años, es el relacionado con los residentes en medicina. En septiembre de este 2020, el propio ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruiz Gómez, calificó de hito el comienzo de los pagos a 689 médicos residentes beneficiarios del Sistema Nacional de Residencias Médicas en Colombia, por valor de $1.814 millones, gracias a la Ley 1917 de 2018. Colombia era el único país de la región que no reconocía esa labor de los residentes como trabajadores de la salud.