Investigadores descubrieron que el consumo tanto excesivo como escaso de café en pacientes con epilepsia se relaciona con un riesgo hasta dos veces mayor de sufrir convulsiones tónico-clónicas focales a bilaterales, en comparación con el consumo moderado en la misma población.
En un análisis transversal de más de 600 pacientes con convulsiones resistentes a los fármacos, el odds ratio (relación de probabilidades) de notificar al menos una convulsión tónico-clónica focal a bilateral al año fue de 2,05 en aquellos con un alto consumo de café y de 1,6 en los pacientes que nunca bebían café, en comparación con los participantes con un consumo moderado. “El mensaje principal es que el consumo de café no está contraindicado en personas con epilepsia. Pero tal vez sea importante hablar sobre la cantidad debido al potencial aumento de la frecuencia de convulsiones tónico-clónicas focales a bilaterales en los pacientes que beben más de cuatro tazas al día”, señaló la investigadora del estudio, doctora Julie Bourgeois-Vionnet, neuróloga de Hospices Civils de Lyon, en Lyon, Francia. Los resultados fueron publicados en versión web de Epilepsy and Behavior.
La cafeína es el principal estimulante que contiene el café, aumenta la excitación y la vigilancia al bloquear los receptores de adenosina. Las concentraciones extracelulares de adenosina aumentan después de una convulsión, y las investigaciones indican que esta sustancia química puede desempeñar un papel en el cese de las convulsiones.
Para analizar la relación entre el consumo de café y la frecuencia de las convulsiones, los investigadores llevaron a cabo un análisis transversal. Examinaron los datos del estudio SAVE, en que se evaluó lo que ocurría con la retirada de fármacos anticonvulsivos en pacientes con convulsiones resistentes a fármacos.
En el análisis se incluyeron 619 pacientes de 18 años o más (edad media: 36,1 años; 54%: mujeres) con epilepsia focal resistente a fármacos de quienes se disponía de datos sobre el consumo de café y la frecuencia de las crisis.
Así, los médicos deberían desaconsejar el consumo de grandes cantidades de cafeína, ya que se sabe que podría estar asociado a la privación del sueño, lo que puede reducir el umbral para las convulsiones.
Los médicos deben preguntar siempre a los pacientes acerca de todos los posibles factores desencadenantes de las convulsiones, como la ingesta de alcohol, el estrés, la actividad física, la dieta y la falta de cumplimiento de la medicación anticonvulsiva.