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Intoxicación por plomo 

El plomo es una sustancia tóxica que se va acumulando en el organismo, afecta diversos sistemas y es especialmente nocivo para los niños.

De acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el plomo es un metal tóxico presente de forma natural en la corteza terrestre. Su uso generalizado ha dado lugar a una importante contaminación ambiental y a graves problemas de salud pública en el mundo.

Más de tres cuartes partes del consumo mundial de plomo corresponden a la fabricación de baterías de plomo-ácido para vehículos de motor. Sin embargo, este metal también se utiliza en muchos otros productos, como pigmentos, pinturas, soldaduras, vidrieras, vajillas de cristal, municiones, esmaltes cerámicos, joyas, juguetes, algunos productos cosméticos como el kohl y el sindoor, y medicamentos tradicionales utilizados en países como la India, México y Vietnam.

Los niños pequeños son especialmente vulnerables a los efectos tóxicos del plomo pues puede afectar el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso. El plomo también causa daños duraderos en los adultos, como aumentar el riesgo de hipertensión arterial y de lesiones renales. En las embarazadas, la exposición a concentraciones elevadas de plomo puede ser causa de aborto natural, muerte fetal, parto prematuro y bajo peso al nacer.

El plomo se distribuye por el organismo hasta alcanzar el cerebro, el hígado, los riñones y los huesos. Se deposita en dientes y huesos, donde se va acumulando con el paso del tiempo. La exposición humana se suele evaluar midiendo la concentración de plomo en sangre.

 

Fuentes y vías de exposición

Las personas pueden verse expuestas al plomo en su lugar de trabajo o en su entorno, principalmente a través de:

  • la inhalación de partículas de plomo generadas por la combustión de materiales que contienen este metal (por ejemplo, durante actividades de fundición, reciclaje o decapado de pintura con plomo, o al utilizar combustible para la aviación con plomo)

 

  • la ingestión de polvo, agua o alimentos contaminados con plomo (por ejemplo, agua canalizada a través de tuberías de plomo o alimentos envasados en recipientes con esmalte de plomo o soldados con este metal).

 

  • Uso de productos que contienen plomo: esmaltes, cerámicos, algunos cosméticos y medicamentos.

Los niños pequeños son particularmente vulnerables a la intoxicación por plomo porque, según la fuente de contaminación de que se trate, llegan a absorber una cantidad de plomo entre cuatro y cinco veces mayor que los adultos. Asimismo, su curiosidad innata y la costumbre, propia de su edad, de llevarse cosas a la boca los hacen más propensos a chupar y tragar objetos que contienen plomo o que están recubiertos de este metal (por ejemplo, tierra o polvo contaminados o escamas de pintura con plomo), quienes pueden arrancar y tragar escamas de pintura con plomo de las paredes, los marcos de las puertas o los muebles.

En Nigeria, el Senegal y otros países, la exposición a tierra y polvo contaminados por plomo debido al reciclaje de baterías y a actividades mineras ha provocado intoxicaciones masivas por plomo y numerosas muertes en niños pequeños.

 

Efectos en la salud

La exposición al plomo tiene graves consecuencias para la salud de los niños. Si el grado de exposición es elevado, el plomo ataca el cerebro y el sistema nervioso central, lo que provoca coma, convulsiones e incluso la muerte. Los niños que sobreviven a una intoxicación grave por plomo pueden padecer secuelas, como discapacidad intelectual o trastornos del comportamiento.

Se ha comprobado además que, en niveles de exposición más bajos que no provocan síntomas evidentes, el plomo provoca daños muy diversos en múltiples sistemas del organismo humano. En los niños puede afectar, en particular, al desarrollo del cerebro, reducción del cociente intelectual, cambios de comportamiento, disminución de la capacidad de concentración, aumento de las conductas antisociales y un menor rendimiento escolar.

La exposición al plomo también causa anemia, hipertensión, disfunción renal, inmunotoxicidad y toxicidad en los órganos reproductores. Se cree que los efectos neurológicos y conductuales asociados al plomo son irreversibles.

La OMS considera el plomo uno de los 10 productos químicos que suscitan una mayor preocupación para la salud pública y que requieren la intervención de los Estados Miembros para proteger la salud de los trabajadores, los niños y las mujeres en edad reproductiva. La OMS ha publicado en su sitio web distintos documentos sobre el plomo, como información para los responsables de la formulación de políticas, recomendaciones técnicas y material de promoción. La Organización elaboró una Directriz para el tratamiento clínico de la exposición al plomo  y está preparando directrices sobre la prevención de la exposición al plomo, que ofrecerán a los responsables de la formulación de políticas, las autoridades de salud pública y los profesionales de la salud orientaciones basadas en la evidencia sobre las medidas que pueden adoptar para proteger la salud de los niños y los adultos frente a la exposición al plomo.

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