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Inflamación intestinal: más de 40 mil colombianos la padecen 

Inflamación intestinal: más de 40 mil colombianos la padecen

La inflamación intestinal es una enfermedad que no suele ser mortal, pero es crónica y desafía la calidad de vida de los pacientes. 

El término Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) agrupa dos enfermedades crónicas inflamatorias: colitis ulcerativa y enfermedad de Crohn. Ambas se manifiestan de forma gastrointestinal a través de dolor abdominal recurrente, pérdida de peso y diarrea crónica. Estudios han demostrado que la EII también causa problemas articulares, de tejidos blandos, cutáneos, hepáticos, entre otros. Aunque las enfermedades inflamatorias no suelen ser mortales, estas son limitantes y comprometen la calidad de vida del paciente. 

 

La enfermedad en Colombia 

Una investigación publicada en 2020 documentó 42.647 casos de enfermedad inflamatoria intestinal en Colombia (entre 2012 y 2016). También se llegó a la conclusión de que se presentaron 86 casos por 100.000 habitantes y se estableció una prevalencia un poco mayor en las mujeres (58%).

Con relación a los grupos de edad, desde los 30 y 34 años aumenta de forma progresiva la prevalencia de la enfermedad, la gran mayoría de los casos se encuentra en la población que tiene entre 70 y 74 años. 

Si se hace una distinción entre los dos tipos de EII, el número de pacientes es mayor en la colitis ulcerativa. Mientras la colitis está presente en 113 personas por 100.000 habitantes, la enfermedad de Crohn se evidencia en 17 personas por 100.000 habitantes. A su vez, las mujeres son más afectadas que los hombres por estas enfermedades (57.9% y 57.7% de los casos en las dos enfermedades).

Las regiones con mayor cantidad de casos son Viejo Caldas (Caldas, Risaralda y Quindío) y Antioquia. Por otra parte, las regiones con menos casos son Orinoquía y Amazonía. Esto se atribuye a la densidad poblacional y al desarrollo urbano.

 

Causas de la EII

Hasta el momento no hay una causa identificada de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, pero se cree que es una mezcla de factores genéticos, inmunológicos y ambientales. Para los investigadores esta patología es genéticamente compleja pues no puede atribuirse a una causa unificada. La evidencia epidemiológica señala que es más frecuente en países desarrollados y de población caucásica. No obstante, una explicación de ello podría ser la dificultad de acceso a servicios de salud en los demás países.

 

¿Cuál es la diferencia entre ambas enfermedades?

La colitis ulcerosa afecta al colon, la inflamación es superficial y el síntoma principal suele ser la diarrea. Por su parte, la enfermedad de Crohn puede afectar otras partes del tubo digestivo, la inflamación puede comprometer capas profundas de los tejidos afectados, genera problemas articulares graves y el síntoma principal suele ser el dolor abdominal.

La doctora Viviana Parra, gastroenteróloga y directora de la Fundación de Enfermedad Inflamatoria Intestinal Colombiana (FUNEIICO), explica: “Aunque no hay un medicamento que libere totalmente al paciente de la enfermedad, existen tratamientos que pueden mejorar su calidad de vida y cada día se tiene más conocimiento de cómo actúa esta patología en el organismo. La EII tiene períodos de remisión y de reactivación. Pero es importante que el paciente esté siempre un paso adelante, que nunca deje su tratamiento y que consulte con su médico cualquier decisión”.

De acuerdo con información de Takeda Pharmaceutical Company Limited, compañía biofarmacéutica líder global dedicada a descubrir y desarrollar tratamientos que transforman vidas, el manejo de la EII depende del grado de la enfermedad, existen los aminosalicilatos, los corticosteroides (esteroides) y los inmunomoduladores. En el caso de que la enfermedad sea de moderada a severa y no haya respondido adecuadamente a los tratamientos convencionales, se indican los medicamentos biológicos que suelen administrarse de forma endovenosa o subcutánea.

Las señales de alerta son el dolor abdominal, la presencia de sangre en las heces, diarrea constante, náuseas, pérdida de peso sin causa aparente y fiebre durante más de un día o dos sin un origen identificado.

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