Esta sería una nueva forma de combatir la propagación de la enfermedad de transmisión sexual.
De acuerdo con el más reciente estudio “Effectiveness and impact of the 4CMenB vaccine against invasive serogroup B meningococcal disease and gonorrhoea in an infant, child, and adolescent programme: an observational cohort and case-control study”, publicado en la revista Lancet Infectious Diseases, la vacuna contra la meningitis B ofrece protección contra la gonorrea.
Este estudio se realizó en Australia, durante un programa de vacunación contra la meningitis B para bebés, niños (de 0 a 3 años), adolescentes (de 15 a 16 años) y adultos jóvenes (de 17 a 20 años).
Se concluyó que después de 2 años de la vacuna 4CMenB, dividida en 2 dosis, en la introducción del programa de vacunación infantil, mostró una eficacia sostenida contra la enfermedad meningitis B en lactantes y adolescentes, y una eficacia moderada contra la gonorrea en adolescentes. Afirman que la eficacia estimada de la vacuna de dos dosis contra la gonorrea en adolescentes y adultos jóvenes fue del 32,7%.
Junto a este estudio, hay otro realizado en Estados Unidos entre 2016 y 2018, el cual afirma que las dos dosis de la vacuna 4CMenB ofrecen una protección del 40% contra la gonorrea, mientras que una sola dosis protege en un 26%.
Sobre la gonorrea
La gonorrea es una infección de transmisión sexual (ITS) que es una gran preocupación para la salud pública. Actualmente, no existe ninguna vacuna para la gonorrea, el único método de prevención es el uso de preservativo durante las relaciones sexuales o abstencionismo.
Según información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020 se registraron casi 82 millones de nuevos casos de gonorrea y la mayoría de los afectados tenían entre 15 y 49 años.
Según la OMS, las infecciones gonocócicas causan graves repercusiones para la salud reproductiva, materna y neonatal, entre ellas: mayor transmisión del VIH, esterilidad, inflamación (que en las mujeres causa dolor agudo y crónico en el hemiabdomen inferior), embarazo ectópico y muerte materna, aborto en el primer trimestre de la gestación, infecciones oftálmicas graves en los recién nacidos que pueden causarles ceguera.