Según la Federación Mundial de Obesidad, se estima que para 2030 mil millones de personas vivirán con obesidad.
Las tasas de obesidad en niños y adultos van en aumento y debido al Covid-19 su aumento se ha acelerado, de acuerdo con el ‘Atlas Mundial de Obesidad 2022’, publicado por la Federación Mundial de Obesidad. Este informe predice que mil millones de personas en todo el mundo vivirán con obesidad para 2030, así 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 7 hombres. Los continentes más afectados serían América y África.
La obesidad, como otras enfermedades crónicas, tiene una amplia gama de determinantes como son la genética, falta de acceso a la atención médica, la salud mental, factores socioculturales, los alimentos ultraprocesados, la economía, los factores comerciales y biográficos, determinantes ambientales, entre otros.
Es por ello que la organización enfatizó en la necesidad de un plan de acción global sobre la obesidad, detallando que durante demasiado tiempo se ha fracasado en la lucha contra la obesidad debido a malentendidos, fragmentación, inversión insuficiente y estigmatización de la obesidad y de las personas afectadas por ella.
Con el objetivo de centrar la atención en la prevención y el trato este fenómeno, 175 expertos y defensores de la obesidad de todo el mundo firmaron una carta abierta dirigida a los líderes mundiales de la salud en la que piden que brinden su apoyo para un enfoque integral y cohesivo para prevenir y tratar la obesidad. Allí se especifica que apoyar a las personas para que lleven una vida más saludable abordando los factores comerciales, ambientales y sociales de la salud es clave para sociedades más saludables. Por ende, es muy importante la implementación de políticas integrales para ayudar a reducir el riesgo de obesidad.
De acuerdo con el Atlas, como parte de los esfuerzos de seguridad sanitaria mundial, los gobiernos de todo el mundo deben asignar recursos del sistema de salud para garantizar la atención adecuada de las personas que viven con obesidad, asegurar que el personal de salud esté capacitado para tratar a las poblaciones vulnerables de una manera sensible y no estigmatizante, garantizar que las respuestas a futuras emergencias sanitarias integren las políticas de prevención de la obesidad, incluido el acceso equitativo a alimentos nutricionalmente adecuados, el apoyo a la actividad física y la promoción de una buena salud mental.