Conforme con un reciente informe epidemiológico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado el 26 de septiembre, la región de las Américas es aquella con mayor tasa de incidencia de Covid-19, con 124.6 nuevos casos y 2.3 muertes por cada 100.000 habitantes, seguida por Europa, con 117.6 nuevos casos y 1.6 muertes por cada 100.000 habitantes. Estos datos, sumados a la reciente entrada de la variante delta en América, hacen que los expertos del mundo, mantengan su mirada en la vacunación como principal método de protección contra el Covid-19.
“Las vacunas tienen una profunda historia de protección. Se calcula que con la inmunización se pudieron evitar entre 24 y 26 millones de muertes en la década de 2011-2020, en 94 países de renta baja o media-baja con solo la introducción y/o el uso continuado de 10 vacunas contra la hepatitis B, Haemophilus influenzae tipo B, virus del papiloma humano, encefalitis japonesa, sarampión, meningococo A, neumococo, rotavirus, rubeola y fiebre amarilla, afirma Hélida Silva, directora de Asuntos Médicos de Siemens Healthineers.
En el caso de la vacunación del Covid-19, la OMS ha concedido autorización a las vacunas de Pfizer/BioNTech, AstraZeneca/Oxford, Janssen, Moderna, Sinopharm y Sinovac y todavía se están evaluando otros inmunizadores. Unido a esto, y mediante datos recogidos por la compañía estadounidense Bloomberg (01/09), se han administrado más de 6.340 millones de dosis en 184 países y alrededor del 41,3% de la población mundial ha sido por completo vacunada.
En la pandemia por Covid-19, también se ha visto el potencial de las vacunas en ejemplos como el de Israel, el primer país en experimentar el efecto positivo. En febrero, alrededor del 84% de las personas de 70 años o más recibieron dos dosis y los casos graves y las muertes disminuyeron rápidamente. Un análisis en el Reino Unido mostró resultados similares.
A pesar de estos datos, una de las principales problemáticas que afronta el mundo referente a la vacunación del Covid-19 es el miedo que tienen las personas a los efectos adversos de las vacunas. Esto se evidencia en el estudio llevado cabo en Reino Unido: ‘Understanding Society’, que afirma que el 42,7% de los encuestados les temen a las consecuencias de mediano y largo plazo de la vacuna.
Sin embargo, dice Silva que “luchar contra estos mitos es el trabajo de todos los que hacemos parte del sector de la salud y la ciencia, pues somos quienes sabemos que la seguridad de los biológicos es siempre la máxima prioridad y esto no es distinto en el caso de las vacunas Covid-19. Todas pasan por varias fases de ensayos clínicos antes de ser aprobadas para su uso en la población. El objetivo de estos ensayos es garantizar la seguridad de la vacuna y su capacidad para proteger contra la enfermedad (eficacia)”.
De modo similar, las personas que ya completaron su esquema de vacunación deberán mantener las medidas de cuidado, “la inmunidad inducida por la vacuna puede tener múltiples formas de protección, incluyendo, entre otras acciones, la participación de diferentes anticuerpos que actuarán conjuntamente para combatir la infección viral. Sin embargo, solo una fracción de estos anticuerpos es capaz de neutralizar el virus y evitar la infección de nuevas células”, concluye.
Referencias: