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¿Problemas de concentración?

Problemas de concentración

Mucho se habla hoy en día de los problemas de concentración y de memoria y no es una preocupación solo de las personas de edad avanzada, afecta a todas las edades.

Para muchos resulta preocupante cuando no recuerdan dónde dejaron las llaves, se olvidan nombres de las personas en el momento de saludarlas o cuando manejando pasan de largo por la calle que todos los días se toma en la ruta para ir a la oficina. En otras ocasiones,  hay a quienes les  resulta imposible o muy difícil enfocarse en tareas, ya sea en el estudio o en el trabajo. Esa falta  de concentración se traduce en demoras en la productividad  o en errores que antes no se cometían.

Las causas de la falta de concentración son variadas y se tendría que empezar por analizar cuál es el factor que  la desencadena. Durante los  últimos  años, gran parte del problema de concentración los expertos se lo atribuyen al exceso de tecnología. Muchos  coinciden en que la tecnología domina la vida diaria con un creciente bombardeo de distracciones digitales que tiene un alto costo cognoscitivo.

Un estudio realizado en Canadá por Microsoft en 2015 reveló que en promedio el intervalo de atención de los individuos bajó de 12 segundos a finales del siglo pasado, a ocho segundos en el nuevo milenio.

El leer continuamente el correo electrónico, hablar por el teléfono móvil, consultar el Internet o ver lo que se ha escrito en las redes sociales hace que  las personas estén pendientes de muchos estímulos sin concentrarse en ninguno.

El neurocientífico y psicólogo cognitivo Daniel J. Levitin, autor del libro Organized MindLa mente Organizada, asegura que en la actualidad en promedio, estamos consumiendo información que es el equivalente a 175 periódicos al día. Esto se calcula que  es 30 veces el contenido que se consumía hace 30 años.

El cerebro busca novedad, y con el despliegue de opciones disponibles, la tentación de ser multifuncionales es abrumadora. Hoy en día la tecnología domina la vida de muchos durante el día y parte de la noche. Es imposible resistirse a la tentación de responder a la vibración que indica que llegó un nuevo mensaje. Esa falta de descanso tiene un costo cognoscitivo.

También está el fenómeno del desempeño de múltiples tareas en las que la atención pasa de una cosa a otra extremadamente rápido, algo que podría tener consecuencias  en cómo funciona el cerebro y cómo se libera el cortisol, la hormona del estrés.

El  estudio de Microsoft demostró también que cuando los trabajadores eran interrumpidos por dispositivos electrónicos, les llevaba unos 15 minutos volver a concentrarse en una tarea complicada.

 La concentración, por otra parte, tiene que ver con la falta de motivación. No es fácil concentrarse en lo que resulta aburrido. Tampoco es posible concentrarse si hay preocupaciones ya sea familiares, sentimentales o laborales que llevan a una espiral de pensamientos repetitivos.

Al igual que las distracciones electrónicas, las preocupaciones desencadenan privación del sueño, que se refleja en falta de concentración.

La buena noticia es que se pueden hacer cambios en la vida diaria y optar por prácticas para revertir la falta de concentración. Harvard Medical School acaba de publicar la guía ‘Improving Concentration and Focus’,  en la cual un grupo de investigadores revelan estrategias y técnicas que fortalecen la concentración y ayudan para poner en forma el sistema cognoscitivo, al usar de manera inteligente los estímulos de la tecnología.

La publicación hace énfasis  en la práctica de actividades para mantenerse enfocado, como  la meditación; destaca la importancia de una dieta rica en  alimentos que mejoran la memoria y cómo seguir un régimen para prevenir el deterioro cognitivo que viene con el paso de los años.

En las recomendaciones se incluye también el ejercicio. Un estudio en la universidad de Illinois,  sugiere que el ejercicio aeróbico mejora a corto y largo plazo las regiones del cerebro relacionadas con la atención.  A eso se suma las horas recomendadas de sueño.  Mientras se duerme el cuerpo se repara y se restaura y la mente se despeja para mantener la concentración al día siguiente.

 

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